Zoolítica
Neuquén
Que no nos sorprenda que una de las mejores herramientas de la actividad política, como ser, la capacidad de sus actores de disfrazarse de seres hospitalarios y receptivos a la diferencia, sea en esta nueva época, revestida con tintes animalísticos. Hoy, “el otro” es el animal. Ayer fue la mujer. Otrora fue el pobre.
Sumada a la lista, esta última conquista discursiva (animal), pone de manifiesto la utilización con fines políticos de todos estos agentes políticos de nuestra sociedad, que lejos de haber saciado sus carencias o expandido sus derechos, han por el contrario, continuado en la marginalidad y la oscuridad del olvido, hasta volverse funcionales. Como ahora. Que iluminados por la benevolencia oportunista que otorga el discurso de los políticos en campaña, arteramente y con maniobras reduccionistas, se han transformado en condimentos proselitistas; conformando así un pastiche abyecto, repetido ad nauseam, en boca de “salvadores”.
Lo pregunta insoslayable y concluyente es: ¿Sabrán nuestros políticos que los michifuces y los pichichos no votan?.
María Fernanda Lamboglia
DNI 28.572.132
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