Ya hubo rescates en la nieve en el lugar donde murieron los hombres extraviados
Los cuerpos de Francisco Herrera y Daniel Venegas fueron hallado en el "atravesado", un peligroso sector de la ruta 13. Hubo críticas porque las barreras no estaban cerradas.
La ruta 13 tiene dos barreras: una en el cruce con la 23 y otra a la altura de Primeros Pinos. Estos límites marcan la peligrosidad de ese camino de montaña, sinuoso, que muchas veces se vuelve intransitable por la acumulación de nieve y el viento blanco. Y en el mismo, un sector, llamado la «atravesada» o el «atravesado», se destaca por su riesgo, que quedó demostrado por los últimos rescates de personas que se extraviaron o quedaron varadas.
Este punto, cercano a Primeros Pinos, fue el escenario donde esta mañana se produjo el hallazgo de los cuerpos de Francisco Herrera y Daniel Venegas, los dos hombres oriundos de Plottier que estaban perdidos desde el miércoles. Su acompañante, Georgina Oñate, había sido encontrada ayer, a 20 kilómetros, antes del cruce con la ruta 15, dentro la camioneta que compartían antes de que el viento blanco les impidiera avanzar. Un hombre que ocupaba una VW Amarok también detenida por la nieve, alertó a los gendarmes sobre otro rodado más adelante.
En el operativo de estos dos últimos días fue clave la participación de la compañía Cazadores de Montaña N°6 del Ejército, los mismos que, hace un mes, habían participado de un importante rescate en ese lugar. En ese caso se trató de un grupo que había comenzado una travesía de montaña con un guía contratado, pero se habían perdido al regresar. Nuevamente, el viento blanco hizo su aparición y borró la visibilidad. Las ocho personas, que contaban con un distinto nivel de experiencia y de equipamiento, pasaron la noche a la intemperie hasta que fueron halladas.
En ese momento, el Teniente Coronel Ignacio García Solorzano, encargado de coordinar los trabajos de rescate, explicó que el clima en el «atravesado» camina repentinamente y se vuelve extremo.
El otro rescate reciente en este sector ocurrió a mediados de junio, cuando los bomberos se dirigían a auxiliar a un padre y su hijo, y vieron a una familia en una camioneta cubierta de nieve. Eran ocho personas sin calefacción, comida, abrigo ni bebidas calientes. Habían pasado seis horas así, a unos 10 kilómetros de Primeros Pinos.
Se salvaron por otro rescate, el de un padre que también se había quedado varado en la ruta provincial 13 junto a su hijo de siete años, en una camioneta Renault Koleos. Ellos tenían el tanque lleno, frazadas y comidas. Habían previsto que algo podía pasar y al mediodía una familia que los esperaba en Zapala, dio aviso al sistema de emergencias para que los busquen.
En este caso y en el de hoy, resurgió el cuestionamiento al control de las barreras, que deberían impedir que los rodados avancen sobre la ruta 13 cuando las condiciones climáticas son adversas. Sin embargo, los vecinos relataron que las encuentran abiertas, poniendo en peligro a quienes desconocen el lugar, por lo que se reclama que se refuerce el control de las mismas para evitar otro final fatal.
Vialidad Provincial emitió un comunicado en el que se desligó de toda responsabilidad por lo ocurrido con los dos hombres que perdieron la vida al intentar buscar ayuda.
«Las circunstancia de lo sucedido son ajenas a nuestro entendimiento y será motivo de la investigación judicial pertinente. Sin embargo, la fatalidad nos obliga a advertir que transitar una ruta cerrada, intransitable por sus condiciones meteorológicas significa peligro de muerte tanto para quienes la transitan como para los organismos que se ven obligados a montar operativos de rescate para resguardar la vida de quienes negligentemente ingresan a estas rutas desoyendo las advertencias de las instituciones que tienen a su cargo la transitabilidad de las mismas», informó el organismo provincial.
Recordaron que periódica y masivamente publican informes detallados sobre el estado y las condiciones de las rutas de Neuquén y recordaron que el tramo donde fueron encontrados los cuerpos de los dos hombre se encuentra intransitable desde junio de este.
«Sin embargo, nos enfrentamos diariamente a la obstinación de aquellos que transgreden las medida de seguridad, inclusive violentando las barreras ubicadas en cada extremo del tramo para evitar que un conductor desprevenido ingrese a la misma desconociendo su condición. Vulnerar una barrera cerrada es transgredir una norma de seguridad vial atentando contra la propia vida y la de los demás», concluyeron.
La ruta 13 tiene dos barreras: una en el cruce con la 23 y otra a la altura de Primeros Pinos. Estos límites marcan la peligrosidad de ese camino de montaña, sinuoso, que muchas veces se vuelve intransitable por la acumulación de nieve y el viento blanco. Y en el mismo, un sector, llamado la "atravesada" o el "atravesado", se destaca por su riesgo, que quedó demostrado por los últimos rescates de personas que se extraviaron o quedaron varadas.
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