La reforma de ganancias establece que deberán pagar ese tributo los empleados que cobran un sueldo bruto de $1.800.000 en el caso de los solteros y de $2.300.000 millones de pesos en el caso de los casados.
Vuelven a permitir deducciones por familiares, empleadas de casas particulares, seguros de vida y gastos médicos.
El impuesto que deberán pagar será el excedente entre el mínimo no Imponible y el sueldo bruto que perciben con una escala progresiva entre el 9% y el 35%, aunque el tope solo se aplicará a sueldos superiores a 36%.