Yuco, el paraíso que eligen todos a 30 km de San Martín de los Andes
Son cinco playas en el Parque Nacional Lanín: tres en bahías de aguas cálidas y tono turquesa (las más concurridas) y dos más frías sobre lago abierto. Hay proveeduría, food truck, fogones y baños. Conviene ir temprano antes de que se completan los estacionamientos.
A 30 km de San Martín de los Andes, por la ruta provincial 48 llegás a las cinco espectaculares playas de Yuco, conectadas por unos 600 metros de senderos. Las tres primeras, las de las bahías, son las más elegidas: Turquesa (la uno, de de unos 100 metros de largo por unos ocho de ancho; Arenosa (la dos, de unos 150 metros de largo por 15 de ancho) y la más chica, Rocosa (la tres, de unos 10 metros de largo por 10 de ancho). Del otro lado, ya sobre lago abierto, aguas frías y sin reparo, aparecen la cuatro, Muelle viejo y la cinco, Del bosque.
¿Por qué es tan convocante esa península y sus bahías? Por las aguas cálidas protegidas del viento a las el entorno de coihues y el origen glaciar le dan ese irresistible tono turquesa. Por las playas de arena, los arrayanes sobre la costa, las rocas ideales para tirarse a tomar sol, las corrientes calmas para remar en el kayak o parado sobre la tabla de SUP, meterse con la colchoneta inflable y dejarse llevar. Por ese suave declive de unos 30 metros hasta el veril.
Aquí, en el Parque Nacional Lanín, no hay que pagar para acceder como en otras zonas y el área está habilitada de 9 a 20.30 horas, cierre pensado para que quede luz natural para el retorno o para chequear si hay algún rezagado en los senderos.
Hay que llevarse la basura y no se puede ir con mascotas. Y hay que tener extrema precaución con el fuego y solo encenderlo en los lugares habilitados.
No hay servicio de guardavidas. “Por la cantidad de visitantes, deberíamos tener”, afirma el guardaparque Esteban Saez y agrega que la capacidad de los estacionamientos es de entre 80 y 100 autos, que suele quedar superada en la hora pico (entre las 14 y las 15) y muchos dejan el vehículo en las banquinas de la ruta provincial 48, de ripio y serruchos, como para ir despacio, con cuidado. «Además, hay mucho tránsito en esta época y alguno que no se banca la fila lenta se larga a pasar en contramano, así que con precaución», señala Esteban.
El guardaparque estima que los días de concurrencia masiva hay unas 1.200 personas en Yuco, cuando la capacidad de carga es de 800.
Por eso presentó una propuesta para que se regule el acceso, ya que el exceso de visitas causa un triple efecto: los turistas quedan muy cerca entre sí, hay quienes se aventuran al bosque y las piedras en lugares no habilitados y todo el lugar sufre el daño ambiental. «Está todo desbordado. Creo que cuando termine enero se va a acomodar porque en febrero suele bajar bastante», agrega.
«Ojalá que el próximo verano se pueda activar la idea de controlar el acceso acá a la península y poder regular la capacidad de carga y que todo pueda estar dentro de los límites de lo que está establecido para el uso», señala el guardaparque.
«Además, te da pena cuando los ves bajar cargados con la heladera portátil, las reposeras y la sombrilla y caminar por los senderos hasta cada playa y no encuentran lugar», describe.
En esos casos, suele decirles que las opciones más cercanas son el lago Nonthue a unos 10 km y la playa Hua Hum a unos 15 km.
Desde el verano 2020, tras un inédito convenio de Parque Nacionales con la Asociación de Skate de los Andes Club ASA Patagonia, en Estación Yuco (en la zona cercana al estacionamiento de las playas dos y tres) hay proveeduría, fogones, food truck (hay choripanes caseros con vegetales salteados, hamburguesas y propuestas vegetarianas entre otras opciones), mesas hechas con troncos caídos y baños de uso libre y gratuito (piden encarecidamente tirar los papeles solo en los cestos de basura).
También están a disposición de los visitantes juegos como tejo (hay una cancha delimitada con piedras), jenga, ta-te-ti-, dados, cartas y ping-pong y hay mesas de uso público y comunitario donde te podés sentar a disfrutar de tu propia vianda.
Cada una de las nueve parcelas que incluye el uso del fogón, la parrilla y la mesa tiene un costo de 1.500 pesos para residentes de San Martín de los Andes, Junín de los Andes y Aluminé y de 2000 pesos para el resto.de los visitantes.
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