Vuelve el wampo, una navegación ancestral mapuche en Villa la Angostura

En el Centro de Convenciones de Villa la Angostura y ante cientos se personas se estrenó el documental “Vuelve a navegar el Wampo” y esta noche hará su debut en Canal Encuentro.

Hace un año un wampo volvió a navegar por las aguas del Lago Correntoso en Villa la Angostura. Integrantes de la comunidad Kintuparay construyeron con un coihue ahuecado una embarcación igual a que la que usaban los mapuches hace cientos de años y en medio de una ceremonia navegó por cinco horas, a remo, hasta el territorio de la comunidad Paichil Antriao. Hoy, ese día vuelve en imágenes, para salir del museo y renacer.

Hace unos días, en el Centro de Convenciones de Villa la Angostura y ante cientos se personas se estrenó “Vuelve a navegar el Wampo”, un documental que retrata como fue la construcción y muestra cómo en abril del año pasado las aguas del Correntoso lo llevaron a unir las comunidades y esta noche hará su debut en Canal Encuentro a las 20.

La película fue dirigida por María Manzanares, con guion de Adrián Moyano y la música de Anahí Mariluan. “El documental narra la historia desde la investigación realizada por Adrián Moyano sobre los wampos y cómo el lonko decide construirla. Se puede visualizar todo el proceso de desarrollo, la construcción y luego la navegación por el Correntoso”, decía la directora Manzanares en la presentación.

En abril del 2022 el wampo atravesó de extremo a extremo el lago Correntoso y unió dos territorios en lucha.

El territorio de la comunidad Kintumparay está en la puerta del paraíso. A 30 km de Villa la Angostura, por la ruta de los Siete lagos, frente al Correctoso, después del río Ruca Malén empieza el territorio y lo primero que se ve es la casa de artesanías de Lucas Quintuparay, el lonko y uno de los artífices de esta historia.

Desde allí, el joven lonko dice: “Quedó muy lindo material, es emotivo por la realidad que vivimos como comunidad. Después que navegamos empezó el trabajo audiovisual, se revisó el tema de las voces, los sonidos, la imagen. Lo bueno fue mostrar el proceso, cómo nació la idea, cómo había unos que querían hacerlo y otros no tenían tantas ganas, pero el consenso comunitario es el que decide”, dice Lucas y enseña.

Celebra que para el estreno se el Centro de Convenciones se llenó de gente. «La idea, era invitar a la comunidad de amigos, compañeros y que se visibilice», destca. Y están contentos porque todo se dio muy rápido y además de salir en canal Encuentro hoy, también va a participar de un festival junto con otros documentales.

«Más allá de la política, de nuestras luchas, de la realidad y la estigmatización, tenemos estos momentos para festejar. El wampo suma y nos trae un poco alegría en tiempos que son complicados, pero tenemos siempre la convicción de que con las nuevas generaciones se puede», relata el joven mapuche.

Analiza que cree que el racismo que se vive, viene de la mano que siguen creciendo como pueblo y eso «asusta al poder político y los que tienen intereses en nuestros territorios. No es algo que puedan detener o esté a su alcance», porque asegura que continuarán tratando de «construir desde la palabra, desde la forma pacífica que hemos tenido como pueblo, para generar conciencia, empatía y sociedades interculturales».

Fuera del museo, en el agua

Quieren seguir fabricándolos para usarlos dentro de los territorios comunitarios. Con este ya tienen tres, los otros son más chicos, para una persona. Como lo relató Adrián Moyano el año pasado: “La travesía demandó algo más de cinco horas a puro remo, pero la hazaña superó ese marco temporal: el último registro sobre la existencia de un wampo data de 1920 y se tomó en el lago Lácar. Quiere decir que como mínimo, las antiguas canoas mapuches se habían ausentado de las aguas hace más de un siglo. Desde entonces, su lugar fue el silencio lóbrego de los museos”.

Para Lucas la idea es que wampo no quede en un museo, si no llevarlo al lago para poder hundirlo. «El cohihue es más resistente en el agua y de esa manera se evita que el palo trabaje con el calor del sol o con el aire, entonces se hunde y de esa manera se mantiene», explica y asegura que la idea de poder reflotarlo y usarlo cada vez que se necesite .


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