Viajes a Brasil: tres joyas cerca de Río de Janeiro que aman los argentinos, cuánto cuesta ir

Río de Janeiro volvió a ser un destino muy elegido y estas tres maravillas cercanas, Buzios, Angra dos Reis y Paraty, convocan cada vez a más. Mirá por qué.

Paraty a 232 km de Rio de Janeiro.

Brasil, siempre Brasil, aunque haya crisis, o el dólar esté caro, los argentinos siempre se las ingenian para ir. En estos días el encarecimiento del turismo en Argentina, tanto para los extranjeros como para los turistas locales, sumado a la devaluación del real brasileño, vuelve más atractivo viajar al país carioca y Río de Janeiro y sus maravillas cercanas son lo más elegido. Las playas más lindas de tres destinos que aman los turistas en Brasil son Angra dos Reis e Ilha Grande, Buzios y Paraty. ¿Vamos a recorrerlas?


Angra dos Reis, el tesoro de las 365 islas


Ubicada a 164 kilómetros de la ciudad de Rio de Janeiro, en el litoral sur del estado, en Angra hay 365 islas. El punto de partida más usual es el muelle de Santa Luzia, en el centro de la ciudad, y algunos de sus destinos más impactantes son Praia do Dentista y Praia de de Lopes Mendes, en Ilha Grande (que forma parte de Angra).

Maravillas do Brasil. Lagoa Azul y lagoa verde, Angra dos Reis.

Situada a 150 kilómetros de la ciudad de Río de Janeiro, a Ilha Grande sólo se puede llegar en barco; no hay aeropuertos ni se permite la entrada de autos.

El atractivo de Lopes Mendes es su entorno rústico, con arena dorada y un mar entre verde y azul, normalmente con buen oleaje. No hay estructura de carpas, bares ni restaurantes (los vendedores ambulantes rara vez acuden), por lo que hay que llevar provisiones.

Se accede por un sendero corto que sale de Praia de Palmas, donde llegan los barcos procedentes de Vila do Abraão, un trayecto de entre 10 y 20 minutos.

Playa Lopez Mendes, acuarela do Brasil.

Paraty, con tanta historia como belleza

Ha sido fundada en 1667, está ubicada a 232 km de la ciudad de Rio de Janeiro, Paraty es un ejemplo de preservación y riqueza de la arquitectura colonial. El puerto de la ciudad fue muy importante durante el Ciclo del Oro en Brasil, pues era por ahí que fluía la producción de oro y piedras preciosas desde Minas Gerais hacia Portugal. Paraty es parte de la ruta Estrada Real (Camino Real), la más grande del país, con cerca de 1630 km que pasa por tres estados – Minas Gerais, Rio de Janeiro y São Paulo.

También es parte del Parque Nacional da Serra da Bocaina, una reserva natural de 110 mil hectáreas con relieve accidentado con valles y cuencas, además de una rica fauna y flora. Importante polo turístico, está envuelta por aproximadamente 50 playas y 65 islas, y muchas embarcaciones atraviesan su espacio marítimo.

Paraty, hermosa e histórica ciudad, a 232 km de la ciudad de Rio de Janeiro.

La playa de Mirim. En una franja de arena donde el mar verdoso se encuentra con las aguas oscuras y frescas de un río, la playa de Paraty-Mirim es ideal por su belleza y su buena estructura para los visitantes, con restaurantes simples, estacionamientos y posadas muy básicas en la Aldea Caiçara, donde se encuentra la iglesia más antigua de la región.

También es el punto de partida hacia la hermosa playa de Saco de Mamanguá. Paraty es una hermosa ciudad de arquitectura colonial situada en la región de la Costa, 250 kilómetros al sur de la capital carioca.

Playa de Mirim, una joya para descubrir.

Buzios, la joya que descubrió Brigitte Bardot


Su verdadero nombre es Armação de Buzios y para encontrar su origen hay que remontarse al siglo XVI, cuando los piratas franceses que intentaban apoderarse de Río de Janeiro lo usaban como escala para abastecerse de agua dulce. Los barcos atracaban en sus amplias bahías ricas en caracoles (Buzios) y organizaban sus instrumentos (Armaçoes) de pesca.

Fue desconocida hasta los años 60, cuando la famosa actriz francesa Brigitte Bardot y su novio brasileño del momento Bob Zaguri, despistaron a fotógrafos y periodistas y escaparon de Río rumbo a Buzios en busca de tranquilidad.

Buzios, un paraíso.

Alquilaron una casa y se quedaron 4 meses. En aquellos años Buzios era sólo un pueblo de pescadores de 350 habitantes. A su regreso Brigitte le dijo a la prensa que en “Buzios no había electricidad ni teléfono, ni agua corriente; apenas el mar, el cielo, una casita rústica y dulce, playas doradas e infinitas, y embarcaciones coloridas con las que los habitantes pescaban en el mar abierto”. Después de esa gran publicidad la ciudad comenzó a recibir turistas de todo el mundo. Hoy vive de sus visitantes.

Buzios es una península que emerge del mar como un clavijero de una guitarra gigante y permite la formación de 17 playas en los espacios que quedan entre las clavijas. Tiene seis kilómetros de largo, por lo que se adentra en el océano Atlántico, y otros tres de ancho. Estas son sus tres playas más lindas.

Las playas de Azeda y Azedinha son hermosas, de mar calmo y ambiente rústico. Ambas tienen una franja de arena corta, pero Azeda es un poco más grande y posee más infraestructura que Azedinha.

Azeda y Azedinha

Como están separadas sólo por un corto camino empedrado, es fácil caminar entre ellas. A las playas se puede llegar a pie, en una caminata algo exigente desde Praia dos Ossos o João Fernandes, o en taxi-lancha.

La playa de Geribá. Con una extensión de casi dos kilómetros de arena, es la playa para «ver y ser visto», la más concurrida de la ciudad, que soporta multitudes sin perder su belleza natural. El barrio que la rodea está repleto de posadas y hoteles boutique, como el tradicional Le Relais La Borie (uno de los más exclusivos de Buzios), así como de opciones gastronómicas más modestas.

El mar suele estar agitado y la playa es ventosa, ideal para practicar surf y windsurf. La esquina derecha de la costa está más vacía, mientras que el centro está más concurrido y la esquina izquierda tiene un oleaje apacible.

Una de las más visitadas, Geribá.

La playa de Forno. No suele estar entre las más concurridas de Búzios, pero es una buena opción en temporada alta. Con oleaje amigable, su arena posee un inusual color rosa.

A pesar de estar al borde de la ruta, Praia do Forno no es muy frecuentada por los turistas. Con su mar tranquilo y cristalino, es ideal para practicar snorkel. El trayecto entre Río de Janeiro y Búzios suele hacerse por vía terrestre; en auto, insume unas dos horas, si el tránsito está en condiciones normales.


Cuánto sale ir a Río de Janeiro: precios de referencia


En el último año, la moneda brasileña se depreció un 14% respecto del dólar y esa ventaja cambiaria ya atrajo, en 2023 a casi dos millones de turistas argentinos. Este año, la tendencia ya se está viendo en estas vacaciones de invierno y se podría extender a la próxima temporada de verano.

Por lo pronto, en las agencias de viaje estiman que puede llegar a haber un aumento del 30% de turistas que viajen a Brasil respecto del año pasado. Esta tendencia se ve impulsada, además, por la situación económica local ya que a la devaluación del peso le siguió una fuerte suba en los precios, entre ellos, los vinculados al turismo.

En cuanto a precios, un viaje a Río de Janeiro para 2 adultos, en noviembre, con vuelos desde Neuquén con equipaje de cabina y escala en Buenos Aires, que incluye 7 noches de alojamiento con desayuno en hotel en Copacabana, traslados incluidos, puede salir desde $ 1.900.000.

Otra joya escondida: la playa de Forno.

Para combinar Río de Janeiro y Buzios, para 2 adultos, en noviembre, con vuelos, equipaje de cabina. Con 3 noches en Rio, con desayuno y 5 en Buzios con desayuno y todos los traslados incluidos, puede salir desde $2.200.000.

En cuanto a gastronomía hay muchas opciones y se pueden buscar precios de acuerdo al bolsillo. Hay que tener en cuenta que en los restaurantes se suma el 10% para la propina y que en las playas, al comer en un parador, incluye reposeras y sombrillas que usarás durante el día. Ejemplo de precios.

– Un menú ejecutivo, que incluía plato principal, postre, bebida y una copa de champagne salía 58 reales por persona. Unos 9000 pesos argentinos.

– Una pizza con cerveza para dos: 130 reales, unos 21.000 pesos argentinos.

– El famoso queijo a las brasas de la playa estaba 15 reales y una caipiriña 12 reales.

En cuanto a formas de pago, se pueden llevar dólares para cambiar, o usar tarjetas. En las casas de cambio el precio en que le toma el dólar, varía mucho si es dólar cara grande, cara chica, azul. Poner el stop debit en la tarjeta de crédito y al llegar pagar los gastos con dólares en el banco, es uno de los sistemas más recomendados.


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