Una playa agreste y tranquila para disfrutar muy cerca de Las Grutas
Un desierto de arena atrae a los turistas y locales que buscan una playa familiar. Y no son los únicos, los amantes de la pesca y del kitesurf también la eligen. La naturaleza agreste genera postales únicas.
A sólo 15 km de Las Grutas, San Antonio Oeste también tiene mucho para ofrecer y La Mar Grande es uno de sus balnearios más lindos. Es que combina buenos piques, un paisaje agreste y, por ser de baja pendiente, sus playas son ideales para que los chicos correteen sin riesgo, porque el agua, salvo que uno se aleje mucho de la orilla, nunca registra mucha profundidad frente a la costa.
Este dato no es menor. El clima familiar reina en este lugar, en el que los papás de nenes chiquitos, a diferencia de cualquier otro punto, se muestran inusualmente distendidos.
Tal vez porque confirmaron que el mar aquí no es motivo de alerta constante. Descubrieron que, incluso cuando se registra la pleamar y el agua alcanza su altura máxima, hay que internarse mucho para que las olas superen las rodillas.
Las escenas tiernas y familiares, inundan este rincón. Que también aman los vecinos de la zona, que se escapan a disfrutar, junto al rumor de sus aguas, algún momento que le roban a sus horas de trabajo o estudio.
Sin embargo, el perfil del visitante habitual no se agota allí. Las aficiones y deportes que giran en torno a la playa también atraen a dos grandes grupos: los amantes de la pesca y del kitesurf. Los primeros, en los meses de calor pescan aquí lenguados, chuchos y rayas. Y siguen visitándola todo el año, porque, a partir de octubre, saben que comienzan a abundar los pejerreyes.
En el caso de los que disfrutan del kite adoran su geografía, que se potencia al máximo cuando el viento patagónico impulsa esos cometas que guían sus tablas, haciendo que puedan lograr sus mejores saltos.
Para llegar, hay que dirigirse al cruce de las rutas 3 y 251, en cuyas inmediaciones se inicia un camino ubicado sobre la ruta 2 que conduce a la firma Álcalis de la Patagonia (Alpat), que posee cartelería para orientarse.
La naturaleza agreste de la zona también permite acceder a postales que no son habituales en otros sectores.
La presencia de flamencos, que, con sus plumajes rosados, se ganan todas las miradas. Allí, recortándose nítidos contra el horizonte. Como si posaran reposados ante las cámaras, y fueran conscientes de esa belleza que los convirtió en iconos de la cultura pop.
Quizás por todo eso este balneario sea un lugar único, bordeado de brillantes médanos que invitan al relax, y cubierto de una arena densa que conduce suavemente hacia el mar.
Por otra parte, para que la visita a San Antonio Oeste se pueda aprovechar al máximo, lo ideal será visitar otras playas que se pueden conocer en la zona, más próximas al centro. Entre ellas, Los Tamariscos, Punta Verde y los sectores que se extienden cerca del muelle.
La playa posee un perfil familiar y relajado. Por años, fue el secreto mejor guardado por los sanantonienses, que encontraban en esa porción de costa el lugar ideal para distenderse, alejados del ruido.
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