Recorren la ruta 40 desde la Patagonia, subieron al Piltriquitrón y vieron un fenómeno que no olvidarán
Matías Derisio y su novia Tamara Giudici salieron a recorrer la ruta 40 desde Ushuaia a la Quiaca y en El Bolsón un halo solar los sorprendió en el cerro más mítico.
“Sigo pensando que la Patagonia es un lugar que deja en ridículo a la imaginación humana”, pensó y escribió alguna vez Matías Derisio, después de tomar una foto a su novia Tamara Giudici frente al Cerro Torre, en El Chaltén. Tal vez por eso, desde hace años no puede dejar de explorar esa tierra milímetro a milímetro. Sin importar los kilómetros que sume, el sur siempre hace de las suyas . Eso pasó hace unos días, cuando en medio de su recorrida por la ruta 40, las nubes, el hielo y el sol, lo sorprendieron con un espectáculo de la naturaleza que no olvidará: un halo solar Cerro Piltriquitrón a 2.270 msnm.
Matías es un caminante del sur más profundo, ese en el que, por estos días, los lagos se congelan y los días se acortan. Además es guía de turismo aventura, montañista y trabaja en El Calafate y en Ushuaia.
“La Patagonia, siempre lo digo, es mi lugar en el mundo y lo que me encanta, es ir por ahí descubriendo pueblos nuevos o lugares que apenas aparecen en el mapa”, comienza a narrar en medio del viaje por la cordillera de Río Negro.
Este año, partieron el 18 de marzo desde Ushuaia con la idea de recorrer toda la ruta 40, de sur a norte, sin miedo al frío. Generalmente los viajeros que la cruzan suelen andar en verano, de norte a sur, pero este viaje tiene sello de origen patagónico.
Para Matías los meses de calor son de mucho trabajo. En plena temporada alta guía a los turistas para conocer los lugares más lindos y cuando los colores acechan furiosos en ocres rojos y anaranjados en los bosques, se da vuelta la tortilla. Llegan sus vacaciones, el esperado tiempo de ocio que elige matar viajando.
Halo solar y el Piltriquitrón
Surcaron el sur y llegaron a El Bolsón. Allí, el otoño se mostraba en paz, cubierto con el blanco de la nieve. “Mi pasión, mi hobby es subir montañas y por El Bolsón paso muy seguido porque tengo amigos que me alojan. En ese lugar tengo una historia muy particular: siempre que voy tengo que subir al Piltriquitrón. No sé, tiene algo que me invoca. Llegar a la cumbre es como una sensación muy única. Veo todo desde arriba y la cumbre es tan pequeña es como majestuosa”, dice y con el relato invita a subir con ellos.
Busca cómo describirlo, y quedan chicas las palabras. “Es épico majestuoso”, la lista de adjetivos se vuelve eterna, pero hace una pausa y asegura que, además, esta vez fue diferente.
Fue con Tamara y con sus amigos subieron con un tiempo bastante malo. Al llegar arriba estaba todo nevado y peligroso. A medida que ganaban altura, las nubes tapizaban la vista hacia abajo. “De repente vemos este fenómeno, un halo solar muy particular que lo tuve que grabar porque yo nunca había visto algo igual”, dice y comparte el video en las redes para que de inmediato, miles de personas comenten y compartan.
La gente escribía que también se llama espectro de Brocken, de la montaña o Gloria. Ese halo solar, es como un arcoíris redondo. En la cumbre hacía muchísimo frío, recuerda que grabó el vídeo un minuto y tuvo que guardar sus manos en los bolsillos, porque estaban literalmente congeladas.
“Este hablo solar se forma porque hay cristales de hielo en la atmósfera, en la neblina, que refractan la luz del sol, el sol estaba justo detrás nuestro. De las veces que subí fue la mejor, aparte por la compañía, subir con amigos y mi novia”.
No solo subieron al cerro, también fueron a El Cajón del Azul, recorrieron los refugios como El Retamal, fueron a conocer El Hoyo, Lago Puelo, la gran Comarca Andina y luego siguieron camino.
Recorrer la mítica 40
Cuando salieron de Ushuaia, primero viajaron hasta Cabo Vírgenes donde está el kilómetro cero y desde ahí, comenzaron a subir. La idea es terminar en la Quiaca. Están en la mitad todavía, pero sin prisa sin apuro avanzan mientas se deslumbran con paisajes y disfrutan la compañía de la gente que se cruzan en el camino. Van en un auto “que se la re banca”, tienen una cocina, una carpa y se acomodan como para hacerlo lo más económico posible.
“Uno siempre hace una hoja de ruta, anota que se va a quedar dos días y los planes cambian. Por ejemplo, en El Bolsón nos quedamos 7 días. Surgen cosas en el camino y a nosotros nos encanta esa idea improvisada de viajar, es lo lindo de estos viaje, conocer y estar en contacto con los lugares y con su gente”.
Por eso, de repente salen de la ruta 40, se desvían para después retomarla. En una parte fueron por la 25, para conocer Los Altares. Allí se encontraron con Flora que les regaló unas torta fritas para el viaje y les dijo que si podían, le dejen un saludo a don Meliqueo en Pampa de Agnia, Chubut, un pueblo casi fantasma con solo dos habitantes.
Como no hay prisa, hacia allí partieron y encontraron al hombre en una estación de servicio abandonada, solo con su caballo, en el medio de la ruta. Los invitó a pasar, a tomar unos mates y fue muy gentil. “Nos gusta compartir esas historias, las anécdotas para contar”, dice Mati.
También en el viaje, comparten con la gente en las redes. En Instagram y en el Facebook, ellos suben sus vivencias y reciben muchos mensajes. “A veces subo una foto en Facebook, por ejemplo, y me dicen ‘yo pasé por ahí en el año 89 y estaba así’. Incluso algunos nos invita a su casa. Por ejemplo, en San Martín de los Andes una persona se ofreció a alojarnos. La gente es muy solidaria con los viajeros”, asegura.
Luego de la cordillera siguieron viaje. Ya pasaron la mitad de la ruta 40, y se sacaron una foto en el km 2.623 en Chos Malal (Neuquén), luego se los vio degustar un sándwich de jamón crudo y aceite de oliva, con un buen malbec en el Cañón del Atuel, Mendoza. Avisan que quedan michos kilómetros por delante y “la mitad de sueños y el encanto de viajar por nuestro amado país: Argentina”.
Consejo de buen viajero
“Metan los pies en el agua helada. Suban montañas. Aprecien la belleza a su alrededor. Contemplen un buen atardecer. Amen y respeten la naturaleza, cuídenla, protéjanla. Disfruten cada momento, compartan cosas que les guste hacer con otras personas. Conozcan mas gente, viajen, viajen mucho, no hace falta hacer viajes largos, vayan a un lugar de su ciudad que aun no conocen o vayan caminando a sus trabajos o estudios. Conozcan nuevos lugares. Permítanse nuevas experiencias. Nunca dejen de soñar”.
Texto que Matías Derisio compartió en sus redes para el día del Turismo.
En Instagram @matiderisio.guia y Matías “Caminante” Derisio Photography en Facebook.
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