Se propuso un viaje en moto por las montañas y en la Patagonia lo sorprendió un lugar increíble

Gastón Gatto Suárez es de Villa la Angostura y comenzó a vivir el gran proyecto de ir por Sudamérica a través de Los Andes hasta Venezuela por caminos de off road, con su moto como fiel compañera.

Va con su moto y borda entre las montañas de la Patagonia, una línea que de a poco comienza a subir hacia el norte. Gastón Gatto Suárez acelera contra el viento de la Patagonia, y descubre paisajes y gente que comienzan a tejer de a poco, el lienzo del proyecto de viaje que soñó: recorrer Sudamérica a través de Los Andes.

Gastón (@gasti_pormontanias) tiene 27 años, nació en San Fernando, Buenos Aires, pero a las 12 años, después de varios hechos de inseguridad, su familia decidió mudarse a Villa La Angostura y entre las montañas descubrió una nueva vida.

“Hice la secundaria ahí y Villa me hizo ser quién soy, porque la naturaleza te forja. Cuando egresé decidí estudiar para ser guía de trekking. Me recibí, hice la habilitación para trabajar en el Parque Nacional Nahuel Huapi, y ahí trabajé 4 años”, cuenta para escribir la introducción de esta aventura.

En esas salidas supo que además de la pasión por recorrer lugares hermosos había un amor, atado a ese otro: retratar los paisajes cordilleranos. Así comenzó a apasionarse por la fotografía y en el 2018 abrió su canal de Youtube para mostrar videos entre las montañas, por los ríos y lagos de la región.

“Ahí decidí estudiar Marketing Digital en una institución de España y gané un día para pasar en la empresa de Barcelona, para mostrar un proyecto”. Viajó con su mamá y alquiló un auto y se fue a Los Pirineos. Ahí la primera noche paró en un hospedaje de una señora que después fue como una madre allí.
“El primer amanecer iba por un bosque de bellotas y cierro los ojos, respiro profundo y cuando exhalo me siento como en casa, abrazado por el lugar. Ahí sentí que quería vivir viajando por el mundo, pero sobre todo por las montañas”, dice.

Con esa idea volvió a Argentina y la pandemia detuvo sus planes un tiempo. En esa pausa, descubrió la otra hebra crucial de este proyecto, la moto. Fran un amigo, un día lo invitó a dar una vuelta, lo llevó por algunos lugares y de a poco empezó a perderle el miedo.

“Un día me dice, querés manejar, yo nunca lo había hecho, pero manejo autos desde los 8 años, así que vi donde estaban los cambios, el embrague y salí a andando como si nada.]Sentí la libertad, la adrenalina y dije ‘el viaje se hace en moto’”.

Le gusta la vida nómade, pero también la tranquilidad de su casa. Son dos extremos que se unen en él. El 23 de junio salió en su moto Royal Enfield Himalayan Bs6 a hacer el primer tramo del gran proyecto de viaje. Comenzó por Neuquén, primero había que hacer el service y su amigo Fernández Carrillo se unió en estos primero kilómetros.

Es un loco de los viajes como yo, y nos conocimos en un sábado de café, en un lugar que hacen los service los que tienen motos grandes. Éramos los más chicos y empezamos a charlar. El día que iba a salir, me ofreció ir a Villa la Angostura y arrancar el viaje conmigo, así que hicimos el primer tramo juntos hasta Caviahue”, cuenta.


La experiencia más increíble


No había ido nunca a la tierra del volcán en invierno, y después de Neuquén ese fue el punto que marcó para continuar el viaje. “Conocía de hacer trekking en verano pero lo que viví ahora fue increíble. Salimos en moto de nieve con NQN turismo, parecía que estábamos en Siberia, era una cosa de otro mundo. Nunca voy a un lugar con expectativas, espero que me sorprenda, pero ya desde manejar una moto de nieve, que es una experiencia diferente, hasta encontrar ese hotel abandonado fue estupendo”.

En el viejo hotel vivieron un viaje en el tiempo, mediante el relato de la historia de esos hombres que, hace mucho, llegaban allí para aclimatarse antes de ir a hacer las expediciones a la Antártida. El bosque de araucarias también lo enloqueció.

“Entre la nieve cobran un protagonismo especial. Ves el bosque blanco y las araucarias, parece que te cuidan, yo sentí eso. Los pueblos originarios lo usaban para subsistir y como cosmovisión son un ejemplo, porque están desde la época de los dinosaurios. Yo tengo la loca idea que como se separaron de sus hermanos de África en la Deriva Continental, están esperando a que regresen y por eso no se van de ahí”.

Para la excursión salieron a las 14 y fueron dos o tres horas. La temperatura ahí es muy cruda, en la ruta le tocó andar a -6 grados y con los puños calefactables, estuvo bueno. Si bien tiene una campera de verano, tiene un chaleco de que es calefactable, y compensa.


Contra el viento del norte


De Caviahue se fue hacia el Norte y en Loncopué se despidió de su amigo para tomar la ruta provincial 32, hacia Buta Ranquil, que es toda de ripio y está en muy buen estado. Agarró para Chos Malal y en Buta Ranquil, paró en un hotel porque el pronóstico anunciaba que habría fuertes vientos y al despertar agarró la moto para darle la vuelta al volcán Trómen.

“No llegue a darla completa, porque en un momento comenzaron a aparecer manchones de nieve en el camino que tuve que empezar a sortear entre las rocas, los coirones. Mi moto pesa 200 kilos, los primeros los pasé y el último era muy extenso. Eran las 13 y lo encaré porque pensé, hay luz y una tormenta amenazaba del cielo. Empiezo a hacer campo traviesa, y la moto se me entierra. Estaba solo muy cansado y no tenía agua, ni comida. Dije tengo que salir, así que después de media hora, de varias caídas, logré sacarla”, recuerda.

A la vuelta, el viento fuerte amenazó tirarlo, pero llegó a salvo al hotel y comenzó a preparar todo para ir hasta Malarwe. La clave para el viaje era salir temprano, porque el pronóstico decía que vendrían cuatro días de viento. “En el camino era tierra, la pasé mal, había que ponerse detrás del parabrisa. En dos oportunidades me tiró a la banquina el viento pero logré recuperar, pero en otro tramo, que estaba más cansado, se me termina cayendo la moto, y por suerte yo no me hice nada, solo se doblé un poco el manubrio y se me rompí el cubre puño”.

Mendoza lo recibió con viento Zonda. Si bien lleva carpa y todos los elementos para acampar, aquí lo esperaban unos amigos que le dieron hospedaje. Luego el viaje continuó por San Juan. La idea es llegar hasta Jujuy, supone que lo hará por noviembre y de ahí volverá a bajar al sur para ir hasta Ushuaia y comenzar a subir, uniendo con Chile, por los cruces fronterizos para “tejer ambos países”, dice.

Proyecto Andes busca unir Sudamérica por la cordillera de los Andes, en un viaje en moto. El objetivo final es Venezuela. Gastón calcula que lo hará en tres años. “No es solo andar en moto, es unir sociedades, culturas, romper barreras entre países hermanos en base a la naturaleza, el viaje”.

Gastón comparte sus aventuras en YouTube: Gasti por montañas y en Instagram @gasti_pormontanias.

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