Recorren el país en moto: «Un día despertás y es tarde, viajá ahora»

Desde El Bolsón Gustavo de 57 años y su compañera María de los Ángeles de 53, salen en moto a recorrer el país para cumplir su sueño.

“Hola gente bonita”, se presenta el Tano para comenzar a charlar, en una pausa de acelere de su moto. Su nombre es Gustavo de 57 años, su compañera es María de los Ángeles de 53. Él llegó a vivir a El Bolsón desde Buenos Aires hace unos 33 años, se enamoró de las montañas y los lagos, mientras trabajaba en su taller de chapa y pintura, pero hace 15 años, algunos tropiezos y dificultades le mostraron que había que vivir la vida y salió a cumplir su sueño: viajar.

Tarde, pero a tiempo para hacerlo, salí a recorrer primero la Argentina. Todos los lugares me parecieron lindos, porque disfruto desde que me subo a la moto, al agarrar la ruta, sentir a pleno el camino, llorar adentro de un casco, reír o gritar que ‘estoy viviendo la vida’”, relata el Tano.

Así viven con María, conociendo todo, el norte, el sur y el país completo de este a oeste. Fueron hasta el Glaciar Perito Moreno, a las Cataratas del Iguazú, estuvieron por el norte del país, llegaron hasta Bolivia.

Sufrieron caídas, roturas de la moto, un día los agarró la nieve en el camino y cuando quisieron seguir quedaron tirados en el camino. «Son circunstancias. En la vida siempre existirán adversidades, solo habrá que aprender a superarlas», dicen positivos mientras hacen un parate.

Llevan la sonrisa como bandera. «La gente que te cruzás, a veces te mira se ríe y dice ‘vos estás loco’, pero no. Uno se lleva lo que quiere de la vida y yo quiero llevarme el disfrute de viajar, de conocer gente y mi país”, jura el motoquero.

De todos los medios de transporte, el Tano elige la moto para viajar por la sensación de libertad que les da. A veces, cuando no está en viaje, las paredes de su taller en el que trabaja le opacan el horizonte, pero sabe que la moto se lo devuelve en cada aventura.

El viaje al Glaciar Perito Moreno fue un desafío con vientos de 80 Km por hora.

“Cuando estoy estresado, agarro la moto, hago un par de kilómetros y vuelvo con paz en el corazón. No son solamente dos ruedas y un par de fierros, sino una parte de mi alma”, asegura el Tano con orgullo.

Es un tipo que trabaja, y asegura que «al que nadie le dio nada». Y hay algo que tiene en claro para sus andanzas: su moto, es esta y no la cambia por nada. Lo llevó a recorrer tantos kilómetros en este tiempo: Kawasaki Tengai, cuyo nombre «quiere decir hacía el fin del cielo».

Por los caminos de la cordillera rionegrina, rumbo a Bariloche, la nieve «los dejó tirados».

Los amigos le dicen que la cambie, que se compre una mas nueva, pero les contesta que también él tiene sus achaques, así que la va a arreglar hasta dónde quiera y sabe que los va a llevar, a él y a María a compartir los mejores momentos de la vida, esos que pasan en las rutas.

Algunos tramos de viaje

Llegaron hasta las Ruinas Jesuíticas de San Ignacio que se ubican en el noreste de la provincia de Misiones, y son las reducciones más emblemáticas de la Compañía de Jesús en América declaradas Patrimonio Universal de la Humanidad por la UNESCO.

«Recuerdo cuando pasamos por las ruinas de San Ignacio y tomamos rumbo por la ruta 12 para llegar a la paz Entre Ríos, la provincia dónde mí padre nació. Ahí disfrutamos un buen pescado al horno y nunca olvidaré el sabor del Paraná», escribe el Tano y acompaña con una foto de Mari en las ruinas.

Una foto más y ella suma «Llegando a un nuevo paraíso, bellezas naturales de nuestro país, Argentina: ¡Las Cataratas del Iguazú!«.

En su paso por el norte, llegando a Tilcara vivieron una experiencia única. Los paisajes los emocionaron pero pasó algo no muy agradable, la altura los atacó por la espalda y el Tano se apunó.

«Me sentí esforzado a sentarme y detenerme por varias horas», dice el hombre. Y al llegar a las famosas Salinas tuvieron un humilde recibimiento en un quincho con bancos y mesas de sal donde almorzaron las tortillas típicas de Purmamarca.

«Quiero llegar a esos que sueñan con viajar, no tengan miedo, porque te paraliza, salgan que no se van a arrepentir”, aseguran con voz firme y a la distancia abrazan a todos sus amigos los motoqueros.

Para despedirse invitan al canal de Youtube Una moto y muchos caminos argentinos en el que comparten sus historias de viaje.


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