«Hay muy buenas truchas en Piedra del Águila»: Caña, línea, mosca, así pescó esta hermosa marrón
Era un sábado con viento, frío y lluvia. Cuando paró, Diego Freire bajó del auto y tuvo un gran pique que repitió el domingo a unos 30 km de Piedra del Águila en dirección a Bariloche por la ruta 237. Vecino de Plottier, acá cuenta los detalles y el equipo que utilizó.
El primer fin de semana de pesca Diego Freyre decidió ir desde Plottier, donde vive, a probar suerte a Piedra del Águila, a unos 240 km de Neuquén capital. Su historia, como la de muchos, arrancó a los 10 con la cucharita, pero a los 17 se enamoró de la pesca con mosca. Muchos años después, puede contar con orgullo que acaba de terminar cursar y aprobar para ser guía de pesca en la provincia de Neuquén y en el Parque Nacional Lanín.
Y nada mejor que celebrarlo con una trucha marrón como la que pescó. Y eso que el clima no invitaba, porque llovía, hacía frío y el viento de la Patagonia se hacía sentir.
"Es ahora o nunca"
Había llegado el sábado al mediodía y estaba en la Zona 1 Preferencial, en un lugar de acceso público a unos 30 km de Piedra del Águila en dirección a Bariloche por la ruta nacional 237, metido en el auto a la espera de que pasara el chaparrón. Así no daba.
«Cuando dejó de llover, dije es ahora o nunca. Y salí», recuerda Diego.
Preparó el equipo, se enfundó en su ropa de pescador y se fue a vadear.
«Había truchas marrones de muy buen porte y también truchas arcoíris«, recuerda. Y como todo pescador que se precie, aspiraba a conectar una de buen tamaño. Y fue lo que sucedió.
«Primera buena marrón de la temporada, Un día atípico, con lluvia, agua por todos lados. La venía remando. Sabía que tenía que aparecer, si venía haciendo las cosas bien, más que feliz», dijo en el video que registra el momento, con una gran sonrisa.
¿El equipo? Tenía la caña 8 con línea de hundimiento rápido fast 6 y una mosca verde oliva rabbit que la temporada pasada le había dado muy buen resultado.
Otros dos piques
Pasó la noche en Piedra del Águila y el domingo volvió al mismo lugar.
Tuvo otros dos piques. «Una muy linda marrón que pegó un salto y se escapó. Y otra hermosa que sí pude pescar. Otra vez más que feliz. Son peces difíciles de engañar».
«Me encontré con un lugar muy lindo y muy limpio. Volvamos con nuestra basura, cuidemos, el río, el ambiente, el agua. Hay pocos ambientes con tanta calidad. Por eso tenemos las truchas que tenemos«, dice Diego en la despedida.
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