Qué pasará con las fiestas nacionales del Mar y el Río en Viedma
Con la llegada de cambios políticos y la asunción presidencial en el horizonte, las tradicionales celebraciones enfrentan desafíos que podrían poner fin a sus importantes trayectorias.
La edición pasada contó con la presencia de 80.000 personas en El Cóndor. Foto: Marcelo Ochoa.
La Fiesta Nacional del Mar y el Acampante, que se realiza en El Cóndor, y la Fiesta Nacional del Río, que tiene lugar en la capital provincial; están en duda en el marco de la incertidumbre generada a partir de la próxima asunción del presidente electo Javier Milei.
La Fiesta del Mar, que marca el comienzo de la temporada estival y rinde homenaje al principal recurso económico local, el mar, en su edición pasada atrajo a 80.000 personas y contó con la participación de artistas como Fabiana Cantilo, Sele Vera, Horacio Guaraní Rodríguez y Rodrigo Tapari.
Asimismo, la Fiesta del Río, que se realiza los últimos días de febrero en el parque Jorge Ferreira de la capital provincial, contó en su pasada edición con mas de 50.000 personas y la presentación de artistas como La Delio Valdez, Rombai, Mya, artistas locales y mas de 220 puestos habilitados para la venta de comidas, helados, cervezas artesanales, y artesanos.
La situación se complica con la próxima asunción presidencial, y hasta el momento, no existe una evaluación clara por parte del municipio de Viedma sobre cómo abordar los eventos masivos en este contexto, dado el potencial impacto de las medidas que pueda tomar el nuevo gobierno.
En palabras de las autoridades municipales «en principio está todo en veremos, se está esperando cuál es el impacto de las medidas que pueda tomar el gobierno entrante el 10 de diciembre, en función de cuál sea el panorama económico, las fuentes de financiamiento de una posible fiesta, el volumen de esa fiesta y si tiene sentido realizarla».
Las autoridades municipales subrayan que «no queremos asegurar nada en esta instancia» y que «no vamos a avanzar con anuncios hasta no tener claro el panorama».
La realización de ambos evento está en riesgo, y se plantea la posibilidad de reconsiderar el tamaño de cada fiesta, sin embargo, destacan que estas festividades nacionales tienen una jerarquía, y ante la disyuntiva entre hacerlas de manera reducida o no hacerlas, se inclinan por la opción de no llevarlas a cabo.
La incertidumbre política y económica se cierne sobre ambas fiestas, dejando a la comunidad a la espera de definiciones y sin certezas sobre la continuidad de estas tradicionales celebraciones veraniegas.
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