Iba por una ruta de la Patagonia, vio a los guanacos en la nieve y filmó un video glorioso
Diego Cabanas manejaba rumbo a un campo por la Ruta Nacional 26 en Chubut cuando lo sorprendió la manada que corría en la meseta nevada. Frenó, puso a volar el drone y registró esta maravilla. Mirá...
Ocurrió el sábado pasado en la Ruta Nacional 26 rodeada por la nieve en Chubut. Diego Cabanas iba al campo de un amigo, admirado como cada vez por ese mágico paisaje de estepa y cerritos pintados de blanco. Por si faltara un detalle, de repente apareció una manada de guanacos que corría a campo traviesa en ese escenario que parecía salido de un sueño. Detuvo la marcha y puso a volar el drone. Apasionado por la fotografía, suele llevarlo en las salidas, como la cámara. Con esos equipos hizo maravillosas tomas del regreso de las ballenas sei a la Patagonia después de casi 100 años en Punta Marques, la joya donde vive al sureste de su querida provincia ya cerca del límite con Santa Cruz. Lo que estaba por filmar también sería épico.
La ruta que atraviesa la meseta patagónica
La Ruta Nacional 26 está pavimentada: sus 210 km en el sur de Chubut atraviesan la meseta patagónica Pasa cerca de muchos pozos de petróleo, la industria con eje en Comodoro Rivadavia. Y es un corredor estratégico del sur, al conectar nada menos que al oeste con la RN 40 que sube hasta el norte bordeando la cordillera y al este con la RN 3, que corre en paralelo a la costa atlántica.
«Es una ruta importante para nosotros -dice Diego-. Comunica la RN 3 con los yacimientos petroleros de El Trébol, Pampa del Castillo, Cerro dragón, entre otros. Además conecta con el empalme con la Ruta 22 a la localidad de Sarmiento o siguiendo a Santa Cruz».
«Es zona de mesetas y valles áridos y secos en verano», agrega. Aquí, en pleno invierno, filmó este glorioso video camino a Sarmiento.
Los guanacos, los flamencos en la laguna congelada y la perdiz en la nieve
«Me gusta mostrar lo linda que es mi provincia y por eso paré», dice Diego.
En invierno, la nieve hace olvidar la aridez. «Era hermoso verlos correr en la nieve por la meseta nevada», agrega.
Pero le esperaban más sorpresas en el camino.
Por ejemplo, los flamencos que buscaban comida en una laguna congelada.
«La foto laguna la saqué pasando Sarmiento, frente al lago Musters en una laguna congelada que se hizo por la acumulación de precipitaciones. Me llamó la atención cómo se movían sobre el hielo buscando alimento, por lo que acerque el drone para tener una visión más clara y precisa», cuenta.
«Algo se alimentaban en las partes donde no había hielo», agrega.
Detuvo la marcha también cuando detectó a la perdiz en la nieve.
«El ave en la nieve es una Quiula patagónica o perdiz austral. Estaban cruzando la ruta en la zona de pampa del castillo, entre toda la acumulación de nieve se movían con bastante precaución», cuenta Diego.
En Chubut está habilitada la caza del guanaco
La temporada de caza va del 1 de abril al 31 de julio. Tras abonar un permiso de 8000 pesos, cada cazador puede transportar dos ejemplares machos adultos por día. Solo en la primera semana se vendieron más de mil permisos.
Tras desaparecer durante la conquista española, los guanacos regresaron a su territorio y hoy los ganaderos se quejan de que compiten con sus ovejas por las pasturas y el agua. Señalan también que el puma, su predador natural, no alcanza para contener la superpoblación.
Mientras tantos, muchos viajeros han reportado hallazgos de restos de guanacos que encontraron una muerte agónica y cruel al quedar enganchados en los alambrados de los campos de la Patagonia, algunos de ellos de púa.
Los guanacos en Santa Cruz: de los alambrados al parque nacional Perito Moreno
Es lo que pasó, por ejemplo, Lucía y Nahuel durante su viaje en bicicleta por la Ruta Provincial 41 de Santa Cruz. La maravillosa imagen de los guanacos en el Parque Nacional Perito Moreno no podía contrastar más con lo que habían visto kilómetros antes por la ruta 41, eso que los entristeció a cada metro que avanzaban: los restos de decenas de guanacos enganchados en los alambres de púa que delimitan los campos en la línea más alta que intentan saltar los guanacos que buscan seguir su camino y no entienden de propiedad privada ni de competencia por el pasto ni por el agua con las ovejas de los estancieros, que argumentan que esos grupos cada vez más numerosos de animales indomables son una amenaza para su producción. No alcanza con el puma, su predador natural. Otros proponen encerrarlos, producir carne y fibra de guanaco, exportarla y un puñado de productores ya empezaron a hacerlo. Por el medio de ese debate inconcluso pasaron con sus bicicletas Lucía y Nahuel, espantados por las alambres, los cuerpos inermes colgados, los esqueletos al sol. Optaron por no sacar fotos.
En cambio, sí lo hicieron en el Parque Nacional Perito Moreno: no hay alambrados y los guanacos deambulan libres y no son tan ariscos ni se ocultan como en el tramo anterior de la ruta 41. «En la reserva te dan la oportunidad de acercarte un poco más, pero igual mantienen distancia», dijo Nahuel.
«Son curiosos, se quedan mirando, pero cuando te acercás empiezan a correr. Podés ver al macho y su harén, a machos solos que miran todo desde lo alto y emiten un sonido territorial. Cuando te acercás, a una distancia prudente, emiten ese ruido inconfundible», agregó.
El rescate de un guanaco enganchado en los alambrados de un campo en Santa Cruz
Una semana atrás, tres brasileños viajaban por la Ruta Nacional 3 en Santa Cruz y tras ver los esqueletos de tres guanacos en los hilos de alambre detectaron a uno atrapado que tratada de zafar. Frenaron y lo liberaron.
Entre los comentarios que generó la nota de Río Negro, la mayoría celebraba la acción de los turistas, pero otros vieron que se escapaba una milanesa. En el sur, ya hay experiencias de producción de carne y otras de esquila, pero el debate sobre qué hacer o qué no hacer con los guanacos está lejos de ser cerrado.
Aquel día, Fernando, Valdecir y Gabriela, los brasileños que rescataron al guanaco, se fueron cantando «El no va a morir hoy».
Comentarios