Playas Doradas: así pescan con un palo Fede y su hija Josefina y asombran a turistas y pescadores

Son de Centenario y viajan desde la ciudad neuquina a la villa balnearia de la costa de Río Negro y maravillan a todos cuando ven qué bien les va con su método con la marea baja. ¿Qué pescan? ¿Cómo lo hacen? Federico Riffo cuenta la historia y comparte un video genial.

Padre e hija todos los veranos viven momentos muy divertidos en Playas Doradas. Se trata de una pesca en las cuevas (o pocitos) en las piedras que quedan al descubierto cuando la marea baja. Federico Riffo y su hija de Josefina, de 9 años, lo primero que observan es la marea y en base a eso empiezan a organizar la salida: tiene que estar baja para poder empezar la aventura.

Arman los equipos pesca sin caña, usan un palo de árbol tipo Paraíso que sacan de su casa de verano, preparan tanza, anzuelo y como plomada utilizan piedras huecas que van juntando camino al mar. Para la carnada viene bien algún langostino o pulpo que sacan.

Josefina sonríe después de pescar en Playas Doradas. Fotos: Federico Riffo.

«Los turistas se quedan asombrados con esta pesca»

Solamente es la pesca, Josefina, papá y el mar. Federico se encarga de guiar a Jose, indicándole los mejores lugares. Cuando llega el momento de la pesca también se encarga de sacar el anzuelo y devolver los peces capturados al mar. Es pesca y devolución. Y cuentan que sólo a veces si la pesca incluye algún mero grande lo llevan para hacer alguna comida rica, un ceviche, por ejemplo.

«Los turistas que suelen pasar y ver, se quedan asombrados con esta pesca. Con los pescados, su tamaño y sobre todo con nuestras “cañas”. Muchos creen que para pescar se necesitan cañas grandes y sofisticadas, para tirar más de 50 metros al mar; y al ver que pescamos los mismos peces y hasta a veces en mayor cantidad e incluso de manera más divertida y con gran variedad (desde mero, cabrilla, vieja del agua, sargos, entre otros) aparecen las ganas de copiar y sumarse a esta pesca al palo», relata Federico.

Josefina desde los 3 años que pesca de esta manera. Hoy con 9 años, sigue disfrutando de ella y todos los veranos pide cómo actividad obligatoria hacer este ritual con su papá. Es una amante de la pesca, cómo él. Federico también de niño disfrutaba de la pesca y hoy de adulto continua con esta pasión, pero con la pesca con mosca.

Más allá igual del disfrute y la aventura de esta pesca atípica, es también el disfrute por el compartir esos momentos únicos entre padre e hija.

«Playas Doradas, es un lugar mágico, que visitamos como familia todos los veranos. Nosotros somos de la ciudad de Centenario, provincia de Neuquén y hace más de 15 años que visitamos estas hermosas playas, en un rincón tan lindo de la provincia hermana de Río Negro. Ojalá la vida nos permita seguir así por muchos años más, hasta que por generaciones se vaya pasando esta tradición de pesca al palo», dice Federico.


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