Playas Doradas, agreste y encantadora: un rincón mágico para desconectar
Está a pocos kilómetros de Sierra Grande, y es ideal para el descanso
A 32 km en dirección al este de Sierra Grande, por ruta provincial nº 5, se accede a un balneario que deslumbra por su belleza y tranquilidad.
No en vano se llama Playas Doradas. Es que su arena reluce en cada tramo de costa, y se funde después en un mar enorme, que deja con la boca abierta a los que no están acostumbrados a que la naturaleza se muestre tan plena.
Por eso sus paisajes se recorren así, con la mirada deslumbrada de puntos de luz, que llenan de efectos especiales la percepción de la playa. Y nos hacen sentir pequeños dentro de esa gigantografía saturada de brillos.
Largas caminatas junto al mar, el mejor plan
Sus kilómetros y kilómetros de costa se presentan francamente, sin ocultarse detrás de acantilados.
Entonces, al recorrer las callecitas céntricas uno siempre está escoltado por el mejor paisaje, y para buscar el agua sólo hay que caminar en dirección a ese horizonte inmenso.
Quizá ese dato no cuente para los que están acostumbrados a vivir “adentro” de una postal como ésta.
Pero para los que llegan hastiados de ruido y de cemento que el mar se meta siempre por los ojos es impagable.
La geografía de estas playas también las hace especiales para los deportes de viento. El kite surf y el carrovelismo tienen el mejor de los espacios en este destino, tan tranquilo como estimulante.
Por eso es habitual ver a fanáticos de estas disciplinas deslizarse entre las olas o recorrer velozmente la orilla. También suelen organizarse eventos que atraen a gente de todo el país.
La pesca, abundante y variada, es otra de las riquezas del mar. Desde la costa son muchos los que prueban suerte con las cañas, y ganan siempre en esa apuesta que les devuelve peces de distintas especies y grandes tallas, para apurar después la mejor selfie.
Para ir agendando una escapada, si sos fanático de los rincones costeros.
Comentarios