Las seis playas solitarias de la Patagonia en las que podés encontrar un tesoro de tranquilidad

El sur también es sinónimo de sol y mar: un puñado de balnearios con aguas transparentes, escondidos entre médanos y acantilados, donde reina la tranquilidad

Fuerte Argentino es una de las excursiones más impactantes cerca de las Grutas. Fotos: Martín Brunella.

Argentina tiene casi 7000 kilómetros cuadrados de costa frente al mar. Menos de la mitad está explotado, y de esa mitad, un porcentaje menor son destinos turísticos tradicionales y allí es donde se produce el mayor movimiento comercial y de personas. Existen caminos que llevan a playas desérticas, donde la belleza se encuentra en estado de puro. Mirá.

La Patagonia tiene playas alejadas del turismo masivo y exiliadas en caminos olvidados, su costa esconde costas secretas, las condiciones para disfrutarlas es abandonar la señal telefónica, la comodidad urbana y animarte a lo inesperado.


Fuerte Argentino


El fuerte argentino se dibuja imponente a la distancia, desde cualquiera de las playas del centro de Las GrutasEs esa enorme meseta, que sorprende por sus formas rectas, y a veces se muestra velada por la sutil polvareda que levanta el viento patagónico.

Su presencia es todo un hito porque marca, de alguna manera, la finalización de esa sucesión de playas agrestes ubicadas en dirección al sur. Y despliega el encanto de miles de historias, que la rodean igual que esa laguna en la que se puede disfrutar de las mejores inmersiones para hacer snorkeling.

Llegar a ella no es difícil, porque son varias las empresas de excursiones que la tienen como punto de visita, en una recorrida que culmina allí pero abarca un apasionante derrotero por esas bellas playas que la preceden. El viaje es toda una aventura, además, porque se circula en vehículos todoterreno.

Ofrece bellas panorámicas y vestigios del pasado geológico. Fotos: Martín Brunella.

La otra opción es armarse con todo lo necesario para pasar el día y arrancar el viaje con familia o amigos. O incluso en soledad, si la idea es desconectarse a pleno. Pero si ese es el plan hay que saber que, para llegar sin contratiempos sí o sí el vehículo debe ser del tipo 4×4. Esta condición es tan estricta porque el último tramo del viaje es de arena suelta, así que no hay forma de que un rodado que no tenga la suficiente capacidad de maniobra no se encaje.

Aclarado ese punto, optar por recorrer por cuenta propia el sector es maravilloso. Se parte desde el centro, llegando a esa suerte de portal de las costas del sur que es Piedras Coloradas, y después de ese balneario se toma el camino de ripio que sigue abriéndose hacia el área. Las playas que se conocerán no cuentan con servicios de ningún tipo ni asistencia de guardavidas, así que es importante acopiar todo lo necesario para disfrutar del día. 

Como las playas son tan bellas es importante no perder de vista que el destino es el Fuerte, que está a 42 km al sur desde Piedras Coloradas. Así que demorarse mucho en otras zonas le quitará tiempo de disfrute al lugar, que tiene mucho para ofrecer.


Los Pocitos


Un rincón alejado y paradisíaco en el extremo sur de la provincia de Buenos Aires se ganó el apodo de “Caribe Bonaerense”. Se trata de Los Pocitos, una playa de aguas cristalinas y arena suave. Esta pintoresca playa, en la que viven unas 60 personas de manera estable durante el año, está ubicada en la puerta de la Patagonia -cerca de Bahía San Blas y a 80 kilómetros de Carmen de Patagones- y fue fundada en 1959 como un destino de veraneo para los habitantes de las zonas urbanas y rurales cercanas.

Actualmente, Los Pocitos desarrolló una infraestructura turística más amplia, con opciones de alojamiento como cabañas y departamentos disponibles para alquilar y poder disfrutar de una buena estadía en un marco natural rodeado por hermosas playas de arena dorada y agua de mar cristalina.

Además de su abundante vegetación, en sus costas se destaca la presencia de marismas, humedales, canales, playas de arena y dunas. La pesca -tanto de costa como embarcado- representa el principal producto del destino. Sobre el muelle siempre verás a diferentes grupos de pescadores.

Esta localidad costera de la provincia de Buenos Aires toma su nombre de cinco pozos de agua ubicados en la zona, cada uno con capacidad para almacenar más de 200 litros. Además, cuenta con un pintoresco muelle de madera ideal para fotografías.

Los Pocitos también alberga una reserva natural donde diversas aves playeras anidan y realizan sus migraciones. Entre ellas destaca la gaviota cangrejera, una especie en peligro de extinción. Asimismo, la zona es famosa porque el delfín franciscana elige estas aguas como sitio de reproducción.


Bahía Creek


Es un remanso de paz alejado de las multitudes ubicado en el Golfo San Matías. Bahía Creek es ideal para quienes buscan escapar del bullicio y conectarse con la naturaleza en el maravilloso Camino de la Costa. Con extensas playas, se caracteriza por ubicarse entre los acantilados patagónicos y los inmensos médanosEstá a 135 kilómetros de Viedma y se puede llegar a través de la ruta Provincial N° 1, que tiene 60 kilómetros asfaltados hasta La Lobería y otros 70 de ripio y arena.

Otra opción es la ruta Provincial N° 51, con poco más de 100 kilómetros de ripio, que conecta con la capital provincial por la zona de la Cuchilla. Es un pueblo de tres cuadras con pocos habitantes estables y casas con vista a un mar de un azul incomparable. La comunidad local promueve iniciativas de preservación y concientización ambiental.

En cuanto a los servicios en Bahía Creek, hay una proveeduría, un camping y un hostel que ofrece habitaciones dobles y cuádruples, un domo, baños y cocinas compartidos, así como un comedor con platos típicos de la región. Siempre es una opción el alquiler temporario de casas y alojamientos.

Vista de Bahía Creek, belleza pura de la Patagonia. Foto: Marcelo Ochoa.

A la hora de visitar el lugar, es importante tener en cuenta algunas advertencias. El consumo de agua corriente no está permitido, por lo que se recomienda a los visitantes abastecerse de agua mineral

Asimismo, al visitar las playas, es crucial estudiar los horarios de las mareas y consultar el pronóstico, ya que fuertes vientos pueden modificar el comportamiento del mar y llevarlo hasta los acantilados.
Las tablas con los horarios de las mareas se encuentran en la delegación municipal de jurisdicción de la playa o en la Prefectura Naval Argentina, y también se pueden consultar en línea en diversos sitios web.


Playas Doradas


A 32 km en dirección al este de Sierra Grande, por ruta provincial nº 5, se accede a un balneario que deslumbra por su belleza y tranquilidad. No en vano se llama Playas Doradas. Es que su arena reluce en cada tramo de costa, y se funde después en un mar enorme, que deja con la boca abierta a los que no están acostumbrados a que la naturaleza se muestre tan plena.

Un lugar para el descanso

Por eso sus paisajes se recorren así, con la mirada deslumbrada de puntos de luz, que llenan de efectos especiales la percepción de la playa. Y nos hacen sentir pequeños dentro de esa gigantografía saturada de brillos. Sus kilómetros y kilómetros de costa se presentan francamente, sin ocultarse detrás de acantilados.

Entonces, al recorrer las callecitas céntricas uno siempre está escoltado por el mejor paisaje, y para buscar el agua sólo hay que caminar en dirección a ese horizonte inmenso. Quizá ese dato no cuente para los que están acostumbrados a vivir “adentro” de una postal como ésta. Pero para los que llegan hastiados de ruido y de cemento que el mar se meta siempre por los ojos es impagable.

Rincones que enamoran

La geografía de estas playas también las hace especiales para los deportes de viento. El kite surf y el carrovelismo tienen el mejor de los espacios en este destino, tan tranquilo como estimulante. Por eso es habitual ver a fanáticos de estas disciplinas deslizarse entre las olas o recorrer velozmente la orilla. También suelen organizarse eventos que atraen a gente de todo el país.


Playa Magagna


Al sur de Rawson, Chubut y de su balneario Playa Unión, luego de haber cruzado el río Chubut cerca de su desembocadura, se llega hasta una pequeña villa prácticamente desconocida en el resto del país. Lleva el nombre de un carpintero italiano que se instaló en ese lugar hace alrededor de un siglo. Ese balneario forma parte de la aglomeración de la capital de Chubut, aunque esté a poco más de 12 kilómetros.

No tiene un verdadero casco sino que su ejido se estira a lo largo de la costa y las casas fueron construidas directamente frente al océano, al reparo de pequeñas bardas donde abundan fósiles de ostras y otros bivalvos.

Los caminos son de arena y la urbanización es tan limitada como los servicios, pero hay varias opciones de alojamiento e incluso algunos negocios. Servicios en verano: comercios y varias alternativas para hospedarse. En las cercanías están Rawson y Playa Unión, que cuentan con todas las comodidades.


Cabo Raso


Está ubicado a la vera de la ruta provincial 1, a 170 kilómetros al sur de Trelew. Una traza de ripio que recorre la costa atlántica chubutense y une Puerto Madryn con Comodoro Rivadavia. Es un paraje rústico cincelado por la historia, por los fantasmas de sus pioneros, por el viento salobre y por la inmensidad patagónica.

Este lugar invita a volver atrás en el tiempo, a entrecerrar los ojos para imaginar el pasado usando de referencia el entorno. Recorrer las casas abandonadas, sentir el silencio interrumpido por las olas del mar, detenerse en los vestigios históricos de lo que alguna vez fue un pueblo activo, disfrutar de la desconexión.

Toda esta energía vital resonó fuerte en la humanidad de Elaine y su familia. Si bien la pulsión de alejarse de las grandes ciudades ya estaba creciendo, fue en 2007 cuando el impulso se materializó y se mudó a Cabo Raso.

La principal atracción es la desconexión. Sin embargo, el lugar cuenta con algunas opciones para disfrutar de la Patagonia y su magnificencia. Debido a las enormes olas que azotan las costas, es un sitio muy buscado para practicar surf. También hay varias opciones de pesca y algunos senderos aledaños para realizar caminatas.

Al ser una zona rica en vida silvestre, se puede observar fauna marina como lobos marinos, petreles, gaviotas y mucho más. En la parte terrestre es frecuente toparse con maras, choiques, guanacos y la típica flora patagónica.


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