¿Las Grutas en invierno? ¡Sí! Hay ricos platos, playas despejadas y avistaje de fauna marina

El invierno atraviesa su último tramo y, para los amantes del mar, las playas de Las Grutas siguen siendo una buena opción pese al frío. Es que las largas caminatas disfrutando de la costa despejada, los ricos platos y el avistaje de fauna marina son una tentación en esta época del año.

A eso se suma la posibilidad de ver ballenas, ya que, a mediados de este mes, arrancará una nueva temporada de avistaje embarcado de cetáceos, que entre fines de julio y finales de octubre visitan la zona para reproducirse. Es posible apreciarlas desde la costa, pero para verlas en plenitud nada mejor que embarcarse y gozar de un completo paseo. Aunque todavía no hay precios ni fecha oficial para el lanzamiento de la actividad.

Con respecto a los alojamientos, desde la Asociación de Prestadores Extrahoteleros, que nuclea a los dueños de departamentos y complejos, aseguraron que un lugar para 4 personas (una pareja y dos niños) ubicado en la periferia de la ciudad está entre $12.000 y $15.000 diarios, y de $18.000 a $20.000 si la vivienda se ubica más cerca de la playa.

-La gastronomía es una tentación en Las Grutas-

Los que lleguen con ganas de mariscos y pescados podrán aprovechar la carta de algunos de los restaurantes que siguen funcionando en la peatonal. Por estos días las porciones de rabas están $4100, y hay menúes que incluyen pesca del día, guarnición y una copa de vino. Por caso, el salmón blanco con papas noisette y vino sale $4790, y por el mismo precio hay una alternativa para los que prefieren las carnes. El cordero a la parrilla con papas fritas o ensalada y una copa a elección también está $4790.

Con respecto a la cerveza, la pinta artesanal sale $1400 y el litro de las industrializadas ronda los $2300.

Volviendo al disfrute de la naturaleza, el mejor plan es gozar del relax al que predispone un paseo por la costa, pero los que quieran hacer una excursión podrán consultar por propuestas disponibles, ya que hay salidas a las salinas del Gualicho y recorridas por las playas del sur.

La idea es aventurarse, y animarse a descubrir los paisajes costeros en el marco distinto que les aporta la temporada baja.