«La trucha del año»: Así pescó una de 11 kilos en un lago de Neuquén, al norte de la Patagonia

Fue en un embalse donde se puede pescar en invierno. Aquí, el guía Pablo Oscar Blasco comparte su relato y cuenta qué equipo, línea y señuelo utilizó y pide que se respete la devolución obligatoria.

Por estos días, pese al frío, la lluvia y las neviscas de la Patagonia, el guía de pesca rionegrino Pablo Oscar Blasco sale con amigos desde Cipolletti, donde vive en el Alto Valle, rumbo a los embalses cercanos a Neuquén capital donde es posible pescar en invierno, como Los Barreales, Mari Menuco y Ramos Mexía de El Chocón. Como buenos pescadores de ley, cada vez que van sueñan con piques de truchas gigantes. Y a veces, los sueños se hacen realidad.

Cuando la temporada ya finalizó en la gran mayoría de los lagos y ríos de la Patagonia, a esos tres embalses se puede ir a probar suerte con la caña y los señuelos, aunque siempre con devolución obligatoria de las truchas, como remarca el guía.

«Hay pocos controles y muchos furtivos. Es necesario que devolvamos los peces a su hábitat y así poder seguir en el futuro con esta actividad que nos apasiona», advierte Pablo.

Mejor no le podría haber ido en las últimas salidas: con sus amigos pescaron y devolvieron enormes truchas de más de 10 kilos, la más grande de 11 kilos. Aquí comparte el relato de esas aventuras y sus consejos para tener grandes piques.

Truchas inolvidables. La pesca de las últimas salidas en los embalses cercanos a Neuquén.

La trucha del año: que caña, línea y señuelo usó

Ahora Pablo cuenta cómo fue ese día de pesca que no olvidarán. «Un día de semana salimos con Diego y Mario. Sabíamos que íbamos a pescar seguro. Teníamos las condiciones justas: poco viento, temperatura estable y buena luna«, relata.

«Ese día ‘pinchamos’ cinco truchas. Una fue un monstruo de arriba de 10 kilos. Durante la tarde se apagó el pique y en el último momento salió este gran ejemplar de trucha marrón«, agrega.

Pablo, Diego y Mario y la trucha de colección antes de la devolución.

Después de tomar unas fotos, la devolvieron al agua. «La sacamos con un equipo de Baitcast (caña de 2.30 metros con un reel que recoge en forma horizontal, más rápido y liviano y con mayor capacidad de nylon), en la modalidad trolling (pesca embarcada de arrastre) usando un señuelo verde y líneas multifilamento 0.25, menos no porque se puede cortar. Son hilos trenzados con mucha más resistencia que la tanza», describe el guía. Y recuerda el cierre de aquel día: «Todos contentos, fue la trucha del año para mi», afirma.

No es poca cosa que lo diga Pablo. Experto pescador, acostumbrado a grandes piques, está en el centro de un grupo de pescadores nucleados en Limay Medio Desembocadura. Allí lo siguen, le preguntan, lo admiran. Las truchas que pesca y devuelve, la generosidad para compartir sus técnicas, explican por qué.


La pregunta del millón: ¿Dónde pescó esa trucha gigante?

La trucha marrón de 11 kilos que apareció cuando terminaba la jornada picó en el lago Los Barreales.

«Es el lago donde sale las truchas más grandes, eso es innegable, pero también presenta más dificultades, porque el agua es más oscura, más barrosa», detalla el guía. ¿Cuál es entonces su consejo para ese lago? Señuelos oscuros con detalles brillosos. «Y horas, es un lago para meterle horas para tener una buena captura, es la única manera», responde.


Pescar en la modalidad trolling

A modo de cierre, el guía remarca que en estos tres embalses, Los Barreales (70 km de Neuquén capital), Mari Menuco (117 km) y Ramos Mexía de El Chocón (132 km), en estos días la pesca de truchas es siempre con devolución. «Sabemos que es la época de reproducción, debemos respetar el Reglamento de Pesca», insiste.

«Da mucha pena ver a furtivos que sacrifican a estos grandes reproductores. Esas truchas tardan entre 10 y 12 años para llegar a ese tamaño. No se dan cuenta de que así matan el futuro», repite.


Otras dos grandes truchas marrones que Pablo, sus amigos y clientes pescaron en los embalses cercanos a Neuquén en las últimas semanas.

«Se practican varias modalidades pero la que más resultado da es el trolling. Esta es una modalidad de de arrastre. Consiste en ir despacio en la embarcación dándole línea al señuelo, más o menos 80 a 150 metros de distancia y la profundidad se la da el señuelo, que puede trabajar en profundidades de tres a 15 metros», explica el guía.

«Es una pesca muy tranquila ya que solamente hay que esperar el pique. Así podemos recorrer en la lancha o en la embarcación unos 40 km aproximadamente, depende el embalse», continúa.

«Con esta modalidad podemos capturar truchas muy grandes, pero no quiere decir que con otras no podamos», agrega.


«Estas truchas son como reliquias. Llegan a tamaños grandes con 10 kilos o más de pesos porque su alimentación es pura de otros peces como el pejerrey», explica. Y se despide con un pedido sobre el tema que lo obsesiona: «Hay que devolverlas».


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