Hizo cumbre en los volcanes Copahue, Lanín y Tromen en 5 días de épicos ascensos y las vistas más lindas de la Patagonia

De chico, cada vez que lo sorprendía el inmenso volcán Lanín, Gerardo Barion decía que algún día lo subiría. A los 29 años, ya geólogo, acaba de lograrlo y también llegó a lo más alto del Copahue y el Tromen, los tres volcanes activos de Neuquén. Acá cuenta esta aventura inolvidable y comparte sus fotos y videos de colección.

De chico, cada vez que veía el volcán Lanín, el ícono que siempre se las ingenia para aparecer en las rutas de Neuquén como un inmenso faro de la Patagonia, decía que algún día quería subirlo, ver el mundo desde su cumbre. Una semana atrás, ya geólogo y con 29 años, Gerardo Barion cumplió su sueño. «Y fue impresionante», dice. Pero antes, para entrar en calor, llegó a lo más alto del Copahue, otra maravilla del sur con una laguna en el cráter en la frontera con Chile. Y después, siguió otro inolvidable ascenso: el Tromen, en el indómito norte de la provincia de picos nevados que sobrevuelan cóndores y merodean pumas mientras los arrieros pasan a caballo con sus ovejas y chivas. Eso hizo: los tres volcanes activos de Neuquén en cinco épicos días. Aquí, paso a paso, cuenta esta gran aventura.


1. El volcán Copahue y su mágica laguna en el cráter


Primer ascenso, volcán Copahue. Así se ve la laguna en el cráter. Domingo 21 de enero. Nivel de dificultad: de fácil a moderado. Fotos @gerardobarion

A 360 km de asfalto de Neuquén Capital, después de atravesar un cajón y los puestos de los arrieros, una recta te lleva hacia un lago azul que espeja las montañas los días sin viento. Estás en Caviahue. A la izquierda, ves la primera línea de cabaña y hosterías. Y detrás, el volcán y su fumarola en los días despejados. Este es el punto del mapa donde comienza la narración de Gerardo.

«La idea inicial del viaje era llegar a la cumbre del Lanín, pero antes quería ‘calentar’ con un cerro un poco más accesible, así que pensé en ascender primero a la cumbre del Copahue», relata. Para eso conversó con el guía Paulo Fanti, experto conocedor de la zona, sobre el estado del sendero y las rutas que le aconsejaba para llegar a lo más alto con las menores complicaciones.

Así fue que con sus recomendaciones hizo cumbre en la mañana del domingo 21 de enero. Era un día hermoso, despejado, con temperatura agradable. Salió a las 9 y llegó a las 12. La vista era impresionante: en el cráter hay una laguna de tonos celestes y láminas de hielo.

«Había un grupo que hacía la misma excursión y que me recibió con un aplauso, fue muy lindo«, recuerda. El descenso lo comenzó a las 13 y llegó a las lagunas Las Mellizas a las 15: se congelan en el invierno y por esas condiciones extremas son utilizadas por el Ejército como aclimatación en las campañas preantárticas. Siguieron unas horas de descanso: lo esperaba el ascenso más exigente.


2. Rumbo a lo más alto en el volcán Lanín para cumplir un sueño


Selfie soñada. Gerardo en la cumbre del Lanín. Amanecer del martes 23 de enero. Nivel de dificultad: moderado a difícil.

El lunes 22 antes de reiniciar la travesía, chequeó las condiciones climáticas del volcán Lanín y observó que iba a estar con poco viento, despejado y bastante sol: muy buenas condiciones para intentarlo Revisó su registro para el ascenso y después emprendió viaje hacia Junín de los Andes, para ir luego a la seccional de los guardarques de Río Turbio, cerca del paso Maluil Malal.

Hizo el chequeo de equipo. El guardaparque lo impresionó por su idoneidad y experiencia en montaña y le dio el ok para seguir. Comenzó el ascenso hacia el Campamento Base RIM ubicado a 2315 metros de altura por el clásico sendero de Espina del pescado con la variante del Camino de mulas. Tardó 2:37 hs en llegar. 

Armó su campamento, saboreó un mix de frutos secos y una barrita de cereales y analizó sus posibilidades de realizar el ascenso bien temprano para lograr llegar a ver el amanecer en la cumbre.

Se despertó 30 minutos después de la medianoche, terminó de armar el equipo (linterna, radio, gps) y empezó a subir. «Durante la caminata tenía de compañía a la luna que se veía anaranjada ayudándome a iluminar el camino», recuerda. A lo lejos, el volcán Villarrica, cada tanto mostraba un rojo intenso en su cumbre acompañado de una columna de ceniza y gases, evidencia de su intensa actividad.

«Ya cerca de la cumbre, en la famosa Canaleta, me sorprendieron algunas caídas de rocas», dice. Se emocionó cuando llegó al planchón de nieve e hielo a metros de la cumbre: se habían formado penitentes por el viento.

Hizo cumbre a las 6 AM, un poco más temprano de lo que había pensado. Amaneció media hora después: estaba frío y un poco ventoso pero la vista era increíble: lagos y montañas teñida de ese rojo que viraba al naranja y detrás la sombra en forma de cono: «Todo valía la pena en ese momento mágico».

Se quedó casi una hora y media allí, deslumbrado por esa cumbre tan imponente. Comenzó el descenso a las 7:20: «Aprovechando las zonas con nieve pude bajar bastante rápido para estar nuevamente en el inicio de todo a las 12», cuenta. 

Más información: http://www.pnlanin.com.ar/ Guías habilitados


3. A conquistar el volcán Tromen con los consejos del puestero y el gringo que se sumó


«Luego de dormir en Junín de los Andes, me levanté con un poco de dolor muscular y cansancio. Previo a seguir mi viaje, hice el chequeo del pronóstico para la zona de Chos Malal y el parque Provincial El Tromen. Viendo que las condiciones climáticas aun me acompañaban, continué hacia esa zona con la idea de poder hacer cumbre en el Tromen», relata.

Volcán Tromen. Amanecer del jueves 25 de enero. Nivel de dificultad: moderado

«Me recibió José, un puestero de la zona que me dio información y me contó cómo estaban los senderos para el ascenso. Ya armando mi carpa y preparándome para comer me sorprendió Alex, un gringo que estaba de viaje esperando un repuesto de su bicicleta y que quiso hacer la misma aventura que yo», continúa.

Se pusieron de acuerdo para salir a las 2 AM hacia la cumbre del volcán Tromen para llegar en el amanecer. Hicieron el ascenso por la ruta corta pero muy empinada de la carta norte. Sintió el desgaste físico y mental por el desgaste de las dos cumbres anteriores. Logró la tercera el jueves 25 de enero.

«Fue una subida con mucho acarreo porque ya no había mucha nieve, cada paso era costoso de realizar y difícil de mantener. Valió la pena: La vista fue impresionante del amanecer, con el sol iluminando a la Cordillera del Viento y al Domuyo», relata.

Después de las tres cumbres, ya de regreso en Neuquén capital, dijo a Diario Río Negro: «En todas las cumbres, agradecí al universo, agradecí estar vivo, a mi hermano, hermana y mi padre por estar siempre, estar pendientes y acompañar en estas aventuras, a todos aquellos que motivan y ayudan a crecer, por la salud de amigos y familia, a los que no están. Fue una experiencia motivadora y personal muy grande: uno siempre se pone límites mentales en cosas que en realidad son posibles. El primer paso es pensarlo, luego comenzar a transitarlo para llegar a ese objetivo, todo se puede«.

¿Por que tres cumbres en cinco días? La respuesta: «La principal motivación fue las ganas de demostrarme que las cosas se empiezan pensándolas y que al dar el primer paso de ese pensamiento que se cree abstracto va tomando forma y se puede cumplir. Muchas veces se realizan los ascensos por separado y se prepara una logística para cada una de ellas de forma independiente, pero yo quería hacerlos en un mismo viaje. Además, tenía poco tiempo y vi que el clima estaba con buenas condiciones en todas las zonas a las que quería ir. Esto me ayudo mucho a tomar la decisión y cumplir la meta.

Más información: https://www.anp.gob.ar/que_son_las_anp.html


El equipo y las recomendaciones


Gerardo aclara que los ascensos fueron realizados con todo el equipamiento técnico y de montaña necesario. «Para lograr la mayor confianza en uno y con el entorno», explica:.

El equipo: Botas de montaña, polainas, campera rompe viento, campera de pluma, micro polar, pantalón impermeable y de trekking, primera piel, guantes, lentes de sol, protector solar, crampones, piqueta (piolet), bastones de trekking, aislante, carpa 4 estaciones, bolsa de dormir -15°C, Radio VHF con batería extra, linterna frontal con pilas de repuesto, sistema de GPS y botiquín.

Chequeos indispensables. «Siempre es clave chequear el pronóstico para cancelar o analizar, como también las rutas de ascenso y consultar su estado», dice.

Guías. «Si uno no cuenta con la experiencia suficiente o tiene poco conocimiento de montaña o más aun baja confianza, es recomendable no realizar estas actividades solo y siempre hacerlas con guías habilitados para prevenir accidentes y malas experiencias», señala.


Año Nuevo con los amigos del secundario en Las 5 Lagunas de Bariloche


Año Nuevo en Bariloche en laguna Ilón con los amigos del secundario.

Gerardo Barion, de 29 años, es de Neuquén capital. Se graduó como geólogo en 2020 en la Universidad Nacional de Río Negro. «Desde chico siempre tuve una afinidad por la naturaleza y el medio ambiente. Agradezco profundamente a mis padres por inculcarme la pasión por salir a acampar y disfrutar de actividades al aire libre«, dice.

Hace 10 años, esta conexión se fortaleció en una salida con amigos a El Bolsón. Y se incrementó aún más por su profesión, que le da la chance de explorar lugares poco conocidos e inhóspitos.


Sus experiencias en la montaña van del trekking y la escalada en roca al running y la natación. La última travesía, Las 5 Lagunas en Bariloche, la hizo junto a amigos del secundario durante el fin del 2023 y comienzos del 2024, con un cierre de lujo para celebrar Año Nuevo en la montaña, en laguna Ilón.

Entre otros trekking y ascensos ha estado en la cumbre del cerro Lindo, Piltriquitrón, cerro Año Nuevo, Pirque, Achen Niyeu, en la Laguna de Los Tres y el Cerro Torre en El Chaltén, donde quiere volver. Y en Bariloche, destaca estos trekking: Frey, Jakob, Laguna Negra, Otto Meiling, Catedral. «Quiero hacer cumbre en el Domuyo, el techo de la Patagonia, y tengo como meta también el Aconcagua», dice.

¿Qué lo impulsa? «La montaña y el trekking se han convertido en una especie de refugio, una forma de salir de la zona de confort. Estas experiencias no solo han sido una vía de escape, sino también un terreno para reflexionar y tomar de decisiones importantes. En cada caminata, encuentro un espacio que me permite explorar mis pensamientos  y enfrentar desafíos personales. No solo nos brinda vistas impresionantes y desafíos físicos: también nos instruye en lecciones esenciales sobre la paciencia, la resistencia y la voluntad». 

Podés ver más fotos y videos de en https://www.instagram.com/gerardobarion/



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