Fin de semana largo: paseos por la arena o el fondo del mar en el Camino de la Costa y Las Grutas

Los destinos de la costa atlántica rionegrina se preparan con infinitas alternativas para que quienes decidan visitar la región vivan cuatro días increíbles.

Las playas están frías, tranquilas y proponen divertidas aventuras para disfrutar este fin de semana largo con papá en el Golfo San Matías en Las Grutas. Y salir a recorrer el Camino de la Costa será un viaje de cara al mar, lleno de paz y paisajes hermosos. Estos también son buenos planes para tener en cuenta en las vacaciones de invierno. La agenda involucra avistajes de fauna marina, buceo para expertos y principiantes, visitas a las Salinas del Gualicho y unos mates, abrigados, mirando el mar.


Avistar fauna marina en Las Grutas


Para el fin de semana, en el que todavía no estarán las ballenas, se puede salir a observar lobos marinos de uno o dos pelos y distintas especies de delfines que se suman a una gran variedad de aves características de la zona como pingüinos, petreles, gaviotas y cormoranes playeros rojizos que brindan un espectáculo natural único cerca de las embarcaciones.

Una salida embarcada de los prestadores habilitados de la zona permite a los y las visitantes observar de cerca a los distintos animales marinos que habitan la región y aquellos que se trasladan a las más cálidas aguas que ofrece el Golfo San Matías, ambiente propicio para su reproducción. Y para las vacaciones de invierno llegarán los primeros ejemplares de ballena franca austral a las aguas de Las Grutas y el Puerto de San Antonio Este.

Cada salida implica una incógnita, es imposible saber con qué especies se va a topar durante el recorrido, lo que le da un toque especial a la actividad y la transforma en una opción súper tentadora para aquellos que deseen vivir una alternativa a las clásicas propuestas que tiene el balneario.

Aunque el pico de avistaje se da entre julio y octubre, según informaron desde Turismo de la provincia, hay grandes expectativas sobre el arribo de turistas de distintos puntos del país para la temporada de invierno.

Golfo San Matías, delfín común.

Bucear en Las Grutas


Los amantes de la aventura acuática encontrarán en Las Grutas la posibilidad de explorar la naturaleza marina que se forma entre los arrecifes artificiales que yacen en antiguas embarcaciones hundidas en las profundidades. Hay propuestas para buzos experimentados y bautismos enfocados en aquellos que quieran dar sus primeros pasos en esta inquietante actividad.

Esta alternativa, que tiene al Parque Submarino Las Grutas como protagonista, permite visualizar en cada inmersión un sinfín de peces y crustáceos que conforman el lecho marino del Golfo San Matías, entre los que se encuentran cangrejos, esponjas, caracoles y otras especies.

Foto: Cota Cero Buceo.

El parque está conformado por cuatro buques pesqueros en desuso que fueron reacondicionados especialmente para la ocasión, a los que próximamente se sumará el Magdalena María que completará la primera etapa de hundimientos y permitirá ubicar a este atractivo entre los más grandes de Latinoamérica.

Quienes se animen a vivir esta acción también tendrán la posibilidad de visitar la cava submarina, donde descansan cientos de vinos rionegrinos a 15 metros de profundidad que fueron sumergidos en contenedores de acero inoxidable para llevar adelante un novedoso proceso de estacionamiento de las bebidas. Consultar en Cota Cero Buceo.


Salina El Gualicho


A 50 kilómetros de Las Grutas se encuentran las Salinas del Gualicho, un atractivo maravilloso y plagado de misterios que invita a vivenciar una experiencia mágica entre impresionantes vistas panorámicas que albergan uno de los atardeceres más bellos de la región, caracterizado por el impresionante resplandor que se genera sobre el blanco espejo salino.

Se trata de unas salinas conformadas hace millones de años por la evaporación de las aguas del mar que cubrían el lugar, que actualmente se presentan como una de las más extensas del país gracias a sus 35 kilómetros de ancho y 18 de largo y además son consideradas unas de las más productivas de Sudamérica. 

Salina El Gualicho.

Las excursiones al Gualicho, que parten desde el balneario grutense, incluyen una visita al Museo de la Sal, donde los visitantes podrán adentrarse en el mundo de la producción salina, así como también una interesante charla sobre las historias y leyendas que guarda este sitio tan particular, rodeado de misterios y mitos vinculados a fantasmas y dioses tehuelches. El broche de oro, es un brindis para coronar la salida.

Para llegar hasta allí, se recomienda hacerlo a través de la contratación del servicio en agencias de viaje.


Playas extensas en el Camino de la costa rionegrina


En El Cóndor, a 30 kilómetros de Viedma, nace el Camino de la Costa, una ruta escénica que resguarda variadas playas que se caracterizan por su amplitud y tranquilidad y que invitan a ser disfrutadas aún durante el invierno, con distintas propuestas para toda la familia.

Este balneario, que se presta para la práctica de deportes de viento, también propone descubrir alguna de las 200 fascinantes especies que conforman el “Cielo de aves” y embellecen los cielos de la región mediante el avistaje de avifauna en alguno de los distintos circuitos que hay en el lugar.

Lobos marinos en la reserva de Punta Bermeja en el Camino de la Costa. Foto: Alejandro Carnevale.

El Cóndor también resguarda dos sitios históricos como el Faro Río Negro, una estructura de gran porte que recientemente cumplió 130 años desde su fundación, transformándose en el faro más antiguo en servicio del país y el más longevo de la Patagonia, mientras que a pocos metros de este espacio se sitúa el Memorial de Malvinas, en memoria de los combatientes que batallaron en el histórico conflicto bélico de 1982.

Siguiendo la Ruta Provincial 1, que abre su paso un camino escénico con vistas privilegiadas sobre el mar, se arriba a La Lobería, un balneario resguardado por altos acantilados y a mil metros, Punta Bermeja, un Área Natural Protegida que alberga de forma permanente a más de 6000 ejemplares de lobos marinos de un pelo llegando a 9000 en la temporada alta.


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