El pueblito de Jujuy que es un «oasis de la Puna», y quiere ser el más lindo del mundo
El pequeño poblado de 400 habitantes fue seleccionado por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación para participar del concurso Best Tourisme Villages (Mejores Pueblos Turísticos el Mundo) de la Organización Mundial del Turismo.
Dentro del corredor Puna Norte en Jujuy, a unos 17 kilómetros al este de La Quiaca, se emplaza el singular pueblo de Yavi, que invita a sumergirse en sitios con historia viva, como su iglesia y la Casa del Marqués, y a emprender paseos que conectan con la extrañeza del paisaje del altiplano andino.
Ponderado como «oasis de la puna», el pequeño poblado de no más de 400 habitantes fue seleccionado por el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación para participar del concurso «Best Tourisme Villages» (Mejores Pueblos Turísticos el Mundo) de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que promueve destinos turísticos en entornos rurales.
Yavi tiene una fisonomía de calles anchas y casas de adobe; material de construcción en base a barro típico en la zona, con cualidades térmicas que resultan clave por las características del clima en la región. Sus pobladores, que se dedican principalmente a la agricultura y a la ganadería, ofrecen variados servicios para quienes llegan con intenciones de quedarse a disfrutar de una experiencia integral en el lugar.
Además de posadas, y hasta hoteles boutique para alojarse, Yavi ofrece una gastronomía especial, con platos que apuestan a revalorizar los productos de la zona y recetas ancestrales que permiten disfrutar desde un rico estofado con carne de llama hasta un guiso de quinua.
«El plato más tradicional a encontrar es la calapurca -de origen precolombino- elaborada con maíz y carne de cordero, y que lleva una piedra en el plato que se le pone para que pueda comerse bien caliente», contó a Télam el secretario de Turismo de Yavi, Luis Condorí. Esta típica preparación para disfrutar en días de frío «lleva chachacoma, planta medicinal que se encuentra en el pico de los cerros y se usa para los resfríos, para aumentar las defensas», agregó.
De acuerdo con la disponibilidad de tiempo de los visitantes, se pueden realizar actividades en medio día, como un city tour al que se accede desde la casilla de información turística ubicada en el ingreso al pueblo.
En el recorrido, que es uno de los más demandados, se aprecia la historia de Yavi, en especial de la famosa Casa del Marqués y de su iglesia, consagrada a San Francisco de Asís, construcciones que se encuentran una frente de la otra y fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.
Yavi fue lugar de asiento del único marquesado en territorio del antiguo Virreinato del Río de la Plata, el Marquesado del Valle de Tojo, con una historia que abarca desde el régimen de la encomienda, la construcción de iglesias en toda la región para evangelizar a la población originaria, hasta la Guerra de la Independencia.
En la casona de estilo colonial donde actualmente funcionan un museo y una biblioteca llegaron a alojarse figuras como Mariano Moreno y Manuel Belgrano. En la histórica iglesia, por su parte, ofrecieron misas el fray Mamerto Esquiú y San Francisco Solano.
Para disfrutar de las bondades del paisaje, Yavi presenta alternativas de trekking por un mirador en altura sobre el cerro frente al pueblo, siguiendo el cauce del río que lo surca, y llegando hasta cascadas y cuevas con pinturas rupestres y otros múltiples yacimientos arqueológicos.
Unos de los principales circuitos es el de la Laguna Colorada y el cerro los Ocho Hermanos, en el que se pueden apreciar, transitando unos 8 kilómetros, pinturas rupestres con figuras humanas, llamas y situaciones de la vida cotidiana de los pueblos primitivos del lugar, hasta llegar al depósito natural de agua.
«Lo que aconsejamos es que planifiquen venir a quedarse al menos una noche en la que, además de irse aclimatando, por la altura y la amplitud térmica, puedan experimentar en profundidad cómo se vive aquí y disfrutar de la luna y las estrellas en la tranquilidad del poblado», recomendó a los turistas el secretario de Turismo de Yavi. También indicó que las cuatro estaciones son bien marcadas y que las temperaturas bajas en invierno requieren llevar muy buena cantidad de abrigo.
Para llegar hasta el pueblo, la accesibilidad es óptima durante todo el año tomando por la ruta provincial 5 desde La Quiaca, en vehículo particular o en transporte público de pasajeros.
Uno de los mejores momentos para visitar Yavi se asocia a Semana Santa, que se vive con un sincretismo muy particular entre las creencias del cristianismo y de los pueblos originarios, cuando destaca el canto de las ‘doctrinas’ de Yavi y se elevan oraciones en forma de lamentos, costumbre que se remonta a tradiciones musicales indígenas.
La agenda cultural suma también las celebraciones del Inti Raymi (Fiesta del Sol); ferias que reivindican las formas económicas que tenían las comunidades; y otros festejos muy vinculados al sur de Bolivia, ante la cercanía a la frontera, resaltó, en diálogo con Télam, Natalia Lamas, coordinadora de Turismo Rural del Ministerio de Cultura y Turismo provincial.
Sobre los atractivos en la zona, Lamas subrayó un área importante para la conservación de las aves, con «un reservorio endémico muy destacado, en el que se encuentran el Jilguero Corona Gris, el Picaflor Andino, la Palomita moteada, el Payador Vientre Gris, entre otros». «Son aves que hacen que muchos amantes del turismo de observación lleguen hasta la localidad», apuntó al respecto.
Finalmente, hizo referencia a proyectos de desarrollo local que invitan a visitar Yavi como el manejo sustentable de vicuñas en estado de silvestría, con la concreción de Chakus -técnica ancestral prehispánica de captura y esquila de la especie- que los visitantes pueden apreciar.
Fuente Télam.
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