El neuquino de hielo, desafía cascadas y ríos congelados en Europa en busca de Wim Hof
Federico Gerlero viajó a Polonia, sede de la Academia del método Wim Hof, donde acaba de conseguir el nivel 2 como instructor. Un camino de ida, que adoptó como estilo de vida.
Una vez en la vida, Federico Gerlero sintió que moría de frío, no como metáfora para enfatizar sobre bajas temperaturas. Estaba en el cerro El Plata en Mendoza con amigos. Intentaban subir sus 6000 metros cuando un viento blanco comenzó a castigarlos. “Fue a principio del 2020, pasé mucho frío, 15 grados bajo cero, sentí que iba a perder las manos, que moría, ahí, entré en contacto con el método Wim Hof, me comentaron de qué se trata y empecé a descubrirlo”.
El método Wim Hof combina respiración, entrenamiento en frío y concentración. Es una técnica natural que no para de sumar adeptos, es furor en todo el mundo y en la Argentina, creció sin pausa en los últimos años.
Muchos lo eligen para mejorar su salud mental y aumentar los niveles de bienestar, tener control de su cuerpo y su mente; reponerse después del ejercicio físico, combatir la ansiedad, el estrés, fortalecer su sistema cardiorespiratorio y mejorar la circulación.
En plena pandemia, Federico lo empezó a practicar con sus amigos. Luego, fue por más, y comenzó a estudiar para convertirse en instructor. Hizo un curso de un año y medio que terminó en España el año pasado y en todo el 2023 no paró de difundir lo que aprendió: dio 14 talleres, realizaron dos retiros de cuatro días en la cordillera.
Fueron a Caviahue y a Bariloche, hicieron caminatas sin remera en la nieve, se metieron en lagos y cascadas con hielo y en medio de esa ola helada llegó “carta” desde Polonia.
“Llegó la invitación a hacer el instructorado nivel dos, que permite desafíos más intensos, trabajar más el poder de la mente, cómo en situaciones complejas y desafiantes, podemos conectarnos más con nosotros, con la naturaleza, descubrir nuestro poder interior. Y dije. ‘¿Por qué no seguir explorando, profundizando mi práctica de conocimiento para a la vuelta a poder brindar a la gente de nuevas actividades”, destaca.
Antes de partir, miró el programa de actividades que realizarían y pensó que sería bueno un poco de entrenamiento previo. Por eso, hace un mes subió al volcán Lanín sin remera y en pantalón corto, con su fiel amigo Mati. Quería prepararse, sabía que dentro de los desafíos del nivel 2 del instructor del método Wim Hof iba a tener una montaña con mucho frío, probablemente con nieve.
Subir al Lanín en bermudas
Trepar 3200 metros de altura del mítico Lanín, junto al montañista y coordinador de actividades del Método Wim Hof, Matías Metzger fue, tal vez, el desafío más grande que hizo en su propia tierra: Neuquén.
Los dos escalaron hasta la cumbre, vestidos únicamente con shorts y botas.
“Subimos con Maty que es mi mejor amigo. Obviamente teníamos equipo de seguridad, nos habíamos registrado y teníamos un montón de abrigo necesario en la mochila. Ya había estado varias veces en Lanín conocía el camino”, cuenta desde Polonia Federico.
No había miedos ni inseguridades porque todo estaba organizado. Comenzaron a subir a la 1 de la madrugada, ahí la temperatura marcaba 12 grados. Alrededor de 4 había bajado a 5 grados, y la parte más fría, fue al amanecer, a los 3200 metros de altura, cuando el termómetro marcó cero grados.
“Dijimos probemos y si lo logramos llegamos a la cumbre y si no está todo bien. Era la preparación, sabía que en Polonia iba a enfrentarme a un frío mucho más intenso en pleno invierno”.
Y así fue…
En Europa bajo el crudo invierno
Polonia en invierno se ve como un país muy tranquilo, hay poca luz durante el día, casi siempre está nublado y húmedo. La zona en la que Fede estaba tiene muchos bosques, ríos y arroyos por todos lados. Casas de montaña, con estufas a leña en un paisaje bucólico y muy bonito.
“Me vine al otro lado del mundo. Estuve en la casa de Wim Hof, el creador del método, dónde se hicieron los estudios, combatió el frío. Quise venir al lugar en el que nació el método y quién dice, tal vez, hasta conocerlo a él”, relata el joven.
Se encontró con 58 personas de todo el mundo, todos instructores nivel que buscaban pasar de nivel para hacer actividades más avanzadas. Fueron cinco días, en los que hicieron ejercicios de respiración más profundos que los habituales, tuvieron inmersiones en un río, en una cascada, en pleno invierno y como cierre, subieron en pantalones cortos sin remera a la mítica montaña que siempre escaló Wim Hof.
“Hacía tes grados cuando empezamos a caminar. En el medio del camino, se largó a lloviznar primero y después comenzó a nevar. Nos pusimos los crampones, había nieve, hielo. Fue una experiencia hermosa, súper desafiante. Por momentos nos decían que nos saquemos los guantes, agarremos bolas de nieve y las manteníamos en la mano. Es incómodo, pero vas entendiendo la conexión y el trasfondo de esto”.
¿No sienten frío? ¿Cómo no se enferman?
La abuela diría “abrigate nene que te vas a enfermar”, pero desde Polonia, Fede contradecía la teoría de todas las abuelas del mundo. “El gran mito dice que el frío enferma, en realidad lo que nos enferma es tener hábitos que no son saludables, tener un sistema inmune debilitado debido malos hábitos nutricionales, deportivos, emocionales, entre otros”, destacó.
Aseguraba que al practicar la exposición al frío de manera segura, se fortalece el sistema inmune, genera mayor resistencia al estrés y bajan los niveles de inflamación. Aparte de generar muchísimos cambios a nivel hormonal, aumentar el número de glóbulos blancos, entre otras cosas.
En las redes, los comentarios con emoticones sorprendidos decían “¿Cómo resisten el frío?”.
Federico explicó que el cuerpo cuando empieza a enfriarse, va a empezar a generar calor y hacer todo lo posible para que la temperatura no baje.
“Es importante mantenerse enfocado, no gastar energía de más y cuidar las extremidades principalmente, ya que van a ser las primeras que pierdan temperatura”.
Pasa como en una pileta de hielo, los primeros segundos son difíciles porque la piel está a 37º entonces es incómodo. Luego de un tiempo y con calma, el cuerpo se adapta.
Obviamente depende de la temperatura y el tiempo de exposición, a la larga un estrés tan fuerte como el frío obviamente es peligroso y causa daño. Siempre es importante estar con alguien que pueda guiarte y proporcionar seguridad.
Wim Hof en Patagonia
En Argentina son 11 instructores. Federico Gerlero es el primero de Alto Valle, y en el país es el segundo que consigue el nivel dos. “Estamos en la Patagonia, para brindarle a la gente esto que sabemos”, destaca.
Por estos días Federico seguía en Europa, después del curso, aprovechó el viaje para conocer. Ayer estaba en Budapest, en las imágenes que compartió en sus redes se veían las calles heladas de la ciudad después de la lluvia, y él que comenzaba a correr en musculosa y short. “Vamos a ver si lo encontramos a Wim Hof por acá”, decía y se metía al agua helada del río Danubio.
La gente abrigada con sus paraguas abiertos caminaba en un día gris. “Nos miran como pensando ¿Qué le pasa a este sudaca a caso quiere morir?… o tal vez quiere vivir de un modo distinto”, decía para cerrar su video.
Federico está en las redes como @fedegerle.
Una vez en la vida, Federico Gerlero sintió que moría de frío, no como metáfora para enfatizar sobre bajas temperaturas. Estaba en el cerro El Plata en Mendoza con amigos. Intentaban subir sus 6000 metros cuando un viento blanco comenzó a castigarlos. “Fue a principio del 2020, pasé mucho frío, 15 grados bajo cero, sentí que iba a perder las manos, que moría, ahí, entré en contacto con el método Wim Hof, me comentaron de qué se trata y empecé a descubrirlo”.
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