Descubre los pueblos secretos de Argentina en su moto, los caminos son su hogar e inspira a viajeros

Julia, Penny, Turner es una viajera de Cipolletti que hizo de la ruta su hogar y de su moto, una Honda XR 150, su compañera inseparable. A sus 30 años, vive su sueño, lleno de aventuras.

Aunque su camino no tiene un destino fijo, cada parada es una nueva oportunidad para aprender, crecer y conectar. Fotos: Instagram: penny.rider.arg, Youtube: Penny Rider.

“Me subí a una moto por primera vez a los 23 años, invitada por un amigo a un viaje corto. Cuando lo hice supe que esto era lo que quería hacer”, dice Julia Turner, Penny, desde Rosario, una viajera nómada que hizo de los caminos su hogar y de su moto, una Honda XR 150, su compañera inseparable a la que llama Tina. A sus 30 años, se dedica a descubrir pueblos ocultos y lleva como bandera la libertad.

Desde el 2022 ya no tiene un punto fijo, vive una eterna aventura. Aunque a veces se detiene una semana en alguna ciudad con buen interne para editar y subir videos, su tiempo es un viaje perpetuo. “En este momento, llevo una semana en Rosario. Aprovecho para trabajar un poco, subir vídeos y editar contenido, porque después, en los pueblos pequeños, a veces no tengo señal”, dice.

Muestra lugares y da detalles de cómo vivir una vida diferente. Redes: Instagram: penny.rider.arg, Youtube: Penny Rider.

Fue durante la pandemia que tomó la decisión, en 2021 todavía estaba atada a su trabajo y responsabilidades, así que viajaba en los fines de semana y vacaciones, pero en 2022 pudo salir completamente a este viaje que no termina.

Penny no sigue un itinerario fijo y siempre elige ir por los caminos de tierra o ripio, que la llevan a lugares únicos y solitarios. Su recorrido es un zigzag constante a través de la toda Argentina. “Ahora planea ir desde Rosario hasta l Chaco, Formosa, Salta y Jujuy, para explotar cada rincón. Pasó por La Pampa, estuvo con los Menonitas en Guatraché, después seguirá por Santiago del Estero para ir subiendo, y jura que cada parada es un nuevo descubrimiento.

Lo que más disfruta de su vida nómada es la riqueza de los pequeños pueblos que visita. “Cada uno cuenta su historia. Todos tienen algo interesante y depende de la provincia en que estén tienen sus características comunes. La gente del pueblo se muestra muy orgullosa de lo que tienen. No pasa en las ciudades, en el pueblo te quieren mostrar todo y te reciben como parte de la familia. Yo llevo la carpa pero si quisiera no la armaría nunca, siempre alguien te invita”, dice.

Penny relata con emoción esos encuentros. En Río Negro, su provincia, al andar por los pueblos se dio cuenta que había otro mundo. “Conocí algo tan cercano a donde siempre viví, pero de una forma completamente nueva”, destaca.

En estos pueblos, encuentra una hospitalidad que la deja asombrada. “Me abren las puertas de sus casas como si me conocieran de toda la vida. Siempre hay una señora que sale y te pregunta, ‘Nena, ¿comiste?’. Es una experiencia increíble”.


Viaje sola o con familia


No fue fácil al principio. Cuando les contó a sus padres que iba a comprar una moto, pusieron el grito en el cielo “lo veían como algo riesgoso, como el pasaje a una muerte segura”, dice y se ríe de cómo hoy, las cosas cambiaron y los dos se sumaron a esta pasión. Su papá se compró una moto y salen a dar vueltas juntos y aunque la mayoría de sus viajes los hace sola, vivió dos experiencias con su mamá que quedarán para siempre guardadas en sus recuerdos.

Vivió dos experiencias con su mamá que quedarán para siempre guardadas en sus recuerdos.

“Le enseñé a manejar una moto, y ahora a veces viaja conmigo. Hicimos un viaje a Salta de dos meses y otro a Misiones. Este año, vamos a ir a Ushuaia”, Julia relata que viajar con su mama “es muy lindo el intercambio de roles, poder ser yo la que guíe y le enseñe a mi mamá, siendo que toda la vida fue ella la que me enseñó todo”.

No planifica sus viajes con antelación porque le gusta sorprenderse. A veces no sabe ni qué ruta va a tomar. Le encanta descubrir cada lugar sin expectativas previas y Argentina en cada rincón la recibe con sus maravillas.

“Por ejemplo, ahora sé que en Chaco está el Impenetrable y en Formosa, el Bañado La Estrella, pero no he buscado fotos ni información. Quiero sorprenderme con lo que encuentre”.

Julia reconoce que lanzarse a la aventura requiere organización y planificación, pero también valentía para dar el salto. “Nunca va a estar todo perfecto para largarse, así que cuando más o menos esté, hay que jugársela porque perfecto no va a ser nunca”, les recomienda a los que tengan ganas de salir.

Su historia es inspiración. Después de 87.000 kilómetros recorridos, algo tiene claro. “De afuera parece mucho más difícil de lo que es. La vida es una sola y pasa rapidísimo. Peor es crecer y arrepentirse de lo que no se hizo. Conozco a mucha gente que se arrepintió de cosas que no hizo, pero a nadie que se arrepienta de lo que sí hizo, aunque no haya salido como esperaba”, concluye.

“Voy a seguir compartiendo mis historias y mostrando la maravilla de cada lugar que visito. Argentina es un país increíble”.

Julia, Penny, Turner

La aventura en dos ruedas, una comunidad muy grande


Para Julia, su moto, a la que llama “Tina” en honor a Argentina y a Tina Turner se convirtió en su fiel compañera. Aunque, claro, en 87.000 kilómetros, alguna vez le falló. “La moto es chica, una Honda XR 150, pero es perfecta para mí. Es una moto que la mayoría de la gente usa para el día a día, pero yo la adapté para mis viajes. Aprendí a resolver muchos problemas mecánicos, aunque a veces necesito ayuda”.

Enfrentó desde roturas menores hasta una reparaciones completas del motor y explica que cuando no puede sola, la comunidad de motoviajeros es una red de apoyo invaluable. Si se queda en medio de la nada, escribe en el grupo de Whatsapp y siempre alguien la ayuda.

“Es una comunidad preciosa. Tener una moto para viajar es muy diferente a tener una moto para el día a día. En la ruta, nos saludamos entre todos, y si necesitás ayuda, siempre hay alguien dispuesto a brindarla”.

Julia participa en varios grupos de motoviajeros en redes sociales. “Hay grupos en Instagram, en Facebook, algunos organizados por marcas o zonas. Es una red de apoyo increíble”.

Su equipaje consta de un baúl con computadora, drone, cámaras y micrófono. Otro en el que lleva la ropa y lo de uso personal. También lleva carpa, bolsa de dormir y lo imprescindible para arreglar la moto si algo sucede. Una caja con herramientas, aceite, cámaras.

En cuanto a la vida, pudo combinar su profesión, el diseño con la creación de contenidos que comparte a través de sus redes sociales. Allí hace videos en los que muestra lugares pero también da detalles de cómo financiar una vida diferente. Comparte e inspira a otros a seguir sus sueños y descubrir la belleza de los pequeños pueblos que muchos pasan por alto.

Redes: Instagram: penny.rider.arg, Youtube: Penny Rider.

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