Cruzó la ruta 40 de La Quiaca a la Patagonia, con el auto como hogar y descubrió todo esto
La aventura comenzó en el 2019 en La Quiaca y durante cinco meses Gonzalo Granja recorrió 8 provincias hasta Bariloche. La pandemia lo sacó de la ruta 40 y en septiembre volvió a retomar la misión. En total fueron 13 meses y 65.000 kilómetros.
Una cámara, ideas, la capacidad de mirar, la sensibilidad para retratar fue parte del equipaje más valioso que Gonzalo Granja llevó en su viaje. Durante 13 meses recorrió toda la ruta 40. Su auto fue su dormitorio con vista a los mejores paisajes, esos que quería atrapar con su cámara. Mientras sumaba kilómetros, una frase sonaba en la mente: “conocer para entender, entender para valorar y valorar para empezar a cuidar. Nadie cuida lo que no conoce”.
Acaba de terminar de hacer 8 meses de viaje por el sur. Salió en septiembre del 2021 desde Córdoba. Antes, recorrió durante 5 meses el norte del país, hasta Bariloche. Siempre lo hizo hospedándose en su auto, dónde llevaba sus equipos y algo de ropa. Tiene un proyecto grande que arrancó en 2019, y que terminará en el libro “Desde la Quiaca a Ushuaia” que publicará en 2023.
“La búsqueda fue retratar y compartir el patrimonio natural de Argentina, la diversidad que hay no solo en paisajes, si no también en flora, la fauna y como nos vinculamos. Qué actividades se realizan: parapente, kayak, escalada y todas las maneras de dialogar con la naturaleza de norte a sur en el país”, dice Gon desde su casa, mientras todavía intenta acomodar la mente a la vida sin el viaje.
El registro quedó completo. Pudo recorrer 12 provincias argentinas, unidas por la ruta 40 y sumó Ushuaia. Si bien la ruta 40 tiene 5190 kilómetros, el odómetro del vehículo al terminar la vuelta marcó 65000 kilómetros, por lo que fue un constante entrar y salir del camino para documentar todo lo que rodea esta «columna vertebral que recorre Argentina».
Tiene 32 años, estudió diseño y comunicación. Ejerció 5 años como docente y la fotografía siempre estuvo en su vida. Le encanta viajar y cuando llegaba de un viaje y compartía las fotos, veía que era un momento especial. Sintió que había una posibilidad de compartir un mensaje. Así se fue armando un oficio y hoy vive de la fotografía al aire libre y de naturaleza.
En el álbum de su experiencia tiene fotos publicadas tres veces por la revista National Geographic en Español como foto del día, recorrió Nueva Zelanda de Norte a Sur en motorhome y realizó el cruce de los Andes en Bicicleta.
“Esto surge porque hice un libro que se llama Maravillas de Córdoba y fue algo que le dio sentido a mi vida. Retraté este lugar y fue como dar algo, habiendo recibido tanto. Hoy ese libro viaja más que yo y lo que pasó en torno a eso, me hizo pensar en que importante sería hacer algo así con toda Argentina”, cuenta.
Recién llegado del sur, piensa en esos caminos de jarillas, piquillines y silencios y sin dudar asegura que lo primero que lo impactó de la Patagonia, fueron las distancias. “Esa cuestión de perspectiva”, reflexiona.
“En el norte dicen ‘ahísito nomás’ y puede ser muy lejos. Y en la Patagonia pasa eso, hay gente que está acostumbrada a hacer más de cien kilómetros para ir a comprar las cosas para la vida diaria. Para alguien que viene de otro lado, ese acá nomás te descoloca. A su vez, sorprende lo inhóspito, que haya un lugar del planeta, así de salvaje, como hay varios, pero es un tesoro nuestro. Por horas podés manejar sin ver una casa, solo naturaleza, solo estepa. Es impresionante”, relata.
Para Gon eso hace una Argentina interminable, llena de rincones, en los que se dio el gusto de revisar para sorprenderse. Encontró lugares de los que no había visto nunca una foto, de los que no hay instrucciones de como llegar y se sabe algo de ellos, pero poco.
El auto fue durante estos 13 meses la herramienta para llegar a su meta. No es un motorhome en el que se puede estar parado, solo tiene un lugar para dormir. Sacó los asientos de atrás, y sus amigos lo ayudaron a hacer un mueble en el que se podía poner un colchón, una bolsa de dormir.
“No era amplio, pero si una solución. Dormir sobre un colchón cómodo y despertar a primera hora a retratar el amanecer estando en el lugar indicado era lo importante”, confiesa.
Caminos de Patagonia, por la ruta 40.
El recorrido por el sur arrancó desordenado. Bajó de Córdoba por La Pampa, y a la altura de Comodoro, cruzó a la cordillera. Quería arrancar desde la localidad de Perito Moreno, porque en septiembre había algo puntual para retratar allí. De ahí, bajó hasta Ushuaia. Esto, que se dice en una oración, llevó tiempo. Había lugares en los que quedaba atrapado, no podía ir en un día, porque era “como ir a un lugar que sirven comida gourmet y solo probar un pedacito”.
El viaje
- 65 000
- kilómetros recorrió “tejiendo” la emblemática ruta 40 y sus caminos aledaños.
El Chaltén, fue uno de ellos. Allí estuvo un mes, en Tierra del Fuego también. “La cuestión es no acelerar procesos, para que lo que voy a retratar tenga cierta profundidad. Que se pueda sentir cierta intimidad en la foto. Dar con la mirada del local, para compartir que lugares considera los mejores, no es solo una carrera”, dice Gon y vuelve sobre los objetivos que trazó en el comienzo del viaje, que están en las fotos que hoy muestra.
Pasear siempre se relaciona con el placer, pero en realidad no es un trabajo fácil. Se siente agradecido de conocer cada lugar, de descubrir personas, pero la tarea no fue sencilla, aunque a la hora de balance siempre diga “vale la pena”.
“Vas al Lago Espejo, pero si ese día no está el reflejo, hay que esperar, un día, o cuatro. Lo mismo para con el clima. Eso hace especial a estas búsquedas. Que uno tenga que entregarse a eso, si no llevara esfuerzo, sería una cuestión pasajera, no la sentiríamos tan espectacular”, jura.
De Ushuaia volvió por cordillera y siguió para arriba por Chubut y Río Negro, en Bariloche encontró, la punta del ovillo que había comenzado a desenroscar en 2019 y la pandemia enredó.
“Está todo el material. Siento que muchas cosas no podrán entrar en el libro. No alcanza la vida para poder hacer un registro de todo, pero sí, fue importante hacer un recorte de lo que debía estar. Que no termine siendo un libro de cascadas, ni volcanes, sino de demostrar la diversidad. Para que el que lo vea, sienta que tenemos todo, que no nos falta nada, más que cuidarlo”, concluye.
Redes viajeras: de La Quiaca a Ushuaia, patrimonio natural argentino
Cree que las redes dan la posibilidad de invitar a otros a un viaje. «Son parte de la vida diaria de muchas personas y podemos en estos canales, compartir lo que queremos sin el filtro de alguien más. Es una era increíble», dice con admiración y comparte todo lo que hace en www.gongranja.com.
Con este proyecto siente que miles de personas lo acompaña en las redes y están siempre cerca, en un ida y vuelta. Al principio del proyecto hizo una campaña de financiamiento colectivo para llevarlo a cabo, la gente podía comprar libros, cuadros, cupos de work shopp, para aportar dinero para el viaje, más la venta del libro de Córdoba.
«La gente se re copó y con eso cubrí el combustible. Si uno busca documentar algo que es de todos, cierra un círculo. Gran parte de esto se mueve porque hay mucha gente apoyando y confiando», dice y se va, para volver.
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