Cómo llegar al Laberinto Patagonia, una opción para ponerse a prueba rodeado de bosques y montañas
Enclavado en un entorno único, se trata de una de las mayores atracciones de la Comarca Andina.
La Patagonia, desde Neuquén a Tierra del Fuego, ofrece múltiples posibilidades para disfrutar de un entorno natural único, donde conviven húmedos bosques, escarpadas montañas, llanos de sorprendente extensión y aguas cristalinas como en pocos lugares.
Y entre todo eso, una de las opciones que asoma por su innovación y originalidad se encuentra en Chubut, precisamente en la localidad de El Hoyo, al noroeste de la provincia, cerca del límite con Río Negro.
Allí, donde el verde se confunde con el turquesa de los lagos y ríos, está enclavado el Laberinto Patagonia, que representa la mayor atracción de la llamada Comarca Andina y también una experiencia única en la Patagonia.
Su popularidad, apalancada por los visitantes así como también por la difusión en redes sociales, llevó a muchos turistas, viajeros y curiosos a preguntarse sobre su ubicación y los caminos más fáciles para llegar.
Si se lo quiere visitar, la vía más rápida sin ninguna duda es la escénica Ruta Nacional 40, que recorre de norte a sur y viceversa el país, y en este caso conecta a la región cordillerana de Chubut en su extremo norte.
Partiendo desde El Hoyo, la localidad más cercana, se deben recorrer apenas 5 kilómetros, el primero de ellos por la mencionada ruta en dirección sur, desde la cual se desprende un camino mano derecha, que se denomina «camino al Desemboque» y no cruza el puente sobre el río Epuyén, sino que lo bordea.
Por esa traza, hay seguir viaje por alrededor de cuatro kilómetros, hasta el predio del laberinto que se podrá apreciar despejado sobre la izquierda del camino que en la mayor parte de su recorrido bordea el río.
Laberinto Patagonia: una experiencia diferente en la cordillera de Chubut
En el valle del Río Epuyén, a 15 kilómetros de El Bolsón y a 14 kilómetros del Lago Puelo, se encuentra el laberinto Patagonia, el más grande de Sudamérica y el cuarto más grande del mundo, que permanecerá abierto sábado y domingo, y luego cierra hasta la próxima apertura el 08/12/24.
«La historia comenzó a escribirse en el año 1996, luego de plantar los árboles que hoy dan forma al laberinto. Fueron esenciales para su concreción la motivación, el trabajo, los conocimientos de kabbalah, historia, geometría sagrada, mitología y filosofía. Y magia. Mucha magia», cuentan en la página @laberintopatagonia, dónde está toda la información para ir.
Desde el año 2013 las puertas están abiertas y es maravilloso ser testigos de la experiencia que miles y miles de personas se llevan para siempre. «La forma en la que se atraviesan esos pasillos habla mucho de quiénes somos. Puede ser un espejo de la manera que tenemos de andar y desandar nuestros propios laberintos, nuestros caminos y nuestro mundo interno», destacan aquellos que soñaron este lugar y trabajaron en hacerlo realidad, Claudio Levi y Doris Romera.
Las cinco hectáreas del laberinto incluye “Comer y Beber”, un espacio gastronómico en una loma a un costado, donde se tiene una visión panorámica de toda la misteriosa construcción. Tiene un menú de señas orgánicas, también una confitería y una sidrería.
Comentarios