Chapu Nocioni, de la NBA a pescar truchas en el Limay Medio: «Por fin se me dio»
Brilló en la NBA y ahora comenta los play-offs. Se hizo una escapada al río que corre entre Neuquén y Río Negro al norte de la Patagonia. Y no le pudo haber ido mejor: una gran trucha para el gran Chapu.
Como jugador, Chapu Nocioni brilló en la Selección Argentina, en España y la NBA. Ahora, en los play-offs del mejor básquet del mundo, aporta en las transmisiones televisivas los detalles y los conceptos como solo pueden hacerlo los que la vivieron desde adentro, en su caso, por ejemplo, nada menos que en el templo de Michael Jordan en Chicago. Alma de la Generación Dorada, está radicado en La Pampa y cada vez que puede despunta su pasión por la pesca con mosca. El fin de semana pasado se hizo una escapada al Limay Medio, el río famoso por sus grandes truchas migratorias que corre entre Neuquén y Río Negro al norte de la Patagonia.
Todavía suenan los ecos de su alegría cuando pescó una de esas grandes marrones que remontan en el delta de la desembocadura desde el embalse que generó la central hidroeléctrica El Chocón a unos 170 km de Neuquén capital: «Por fin se me dio», comentó después, de regreso al campamento. Chapu hasta el final, también todavía suenan los ecos de su reacción cuando se le escaparon otras dos, pero esa es otra historia que compensó los otros piques que tuvo.
Un delta de 15 kilómetros al norte de la Patagonia
«El Chapu está enamorado de este lugar», cuenta el guía de pesca Pablo Oscar Blasco, que lo recibió junto a sus amigos en el campamento Limay Medio Desembocadura, a metros del cauce principal del río en ese delta de unos 15 kilómetros que conoce a fondo desde que acompañaba a su padre en las aventuras de pesca. «Da muchas alternativas para pescar, los brazos, los arroyos, el cauce principal», describe.
«El tema con el Chapu era cómo hacíamos para que entrara en los catres. ‘No se preocupen’, estoy acostumbrado’ nos dijo. Es muy simpático, se adapta a todo, no le esquiva a nada. Un lujo de persona. Vino con sus amigos y fue un gustazo tenerlos, todos son así, muy buena onda», agrega el guía.
2.03 metros en la lancha
El otro tema con el Chapu es llevar sus 2.03 metros en la lancha y ver, pero Pablo se las ingenió para llegar a los pozones y correderas de esa maravilla de la Patagonia.
¿Y cómo anduvo en la pesca el Chapu? «Está aprendiendo muy bien, anda por el buen camino, con muy buenos tiros. Por eso pudo pescar esas tres lindas truchas y devolverlas. Sin buenos tiros se complica… El año pasado también vino con sus amigos, pero esta vez le fue mejor. Compartimos un cordero al asador, una buena picada. Estaba fresquito con la helada. Se fueron contentos», dice Pablo y cuenta que el Limay sigue bajo, pero que se observan grupos de truchas que remontan el río. Ya es hora de despedirse: quedan pocos días de temporada y los amigos lo están esperando para salir a pescar.
El complicado acceso a las costas del Limay Medio
En cuando al acceso de los pescadores a la costa del Limay Medio, son muchos quienes levantan su queja por los problemas que enfrentan para entrar. Del lado neuquino hay que pagar en dos campings por el acceso, una única vez, no importa la cantidad de días. Se trata de Fortín Nogueira ($ 1400) del lado de la represa y Media Luna ($ 1000) del lado de la desembocadura, como describía días pasados en una nota con el Voy el guía Matías Fernández Carro.
«Solo queda libre el puente de Pichi Picún Leufú. Y del lado rionegrino, ya sea entrando desde Cerro Policía o Naupa Huen, hay que pagar en los campos, depende de lo que cobre cada uno. También se puede entrar en lancha remontando desde El Chocón, pero hay que tener una y saber usarla con caudales bajos. Es complicado, es cierto», agregó Matías.
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