La trucha que merecía volver al agua

Esta historia llega desde el otro lado de la cordillera. En Santiago de Chile, Daniel Vainstein exploró Google Maps hasta encontrar en la Región de los Lagos el lugar perfecto para ir por la trucha de su vida a bordo de su kayak. ¿Qué pasó después? Lo comparte en este relato atrapante.

«Ni en mis sueños mas locos imagine sacar una trucha de estas dimensiones», escribió Daniel. Foto: @fishkyk

Esta maravillosa trucha migratoria es la mezcla entre constancia y casualidad. Los meses antes de viajar al sur de nuestro país pasaba horas buscando puntos de pesca en Google Maps y siempre llegaba a uno en particular, con la conclusión de que debía poder pescar ahí.

Viajé más de una vez al sector intentando encontrar algún acceso al lago que me dejara a menos de 7 kms del coto, ya que los kayaks no son especialmente rápidos y en caso de emergencia más que eso seria negligente. Finalmente lo conseguí, aunque ese día perdí más tiempo en encontrar el punto de acceso que el tiempo que tendría para pescarlo antes que oscureciera.

Tres días después pude volver, no dormí nada esa noche de la emoción de poder pescar en el lugar que tantas veces miré desde Santiago a través del celular.

Cuando llego, equipo mi caña (bastante liviana ya que el fin de semana anterior mi caña de trolling se partió en dos). Decidí ir con una truchera y mi carrete 3000 (ya que el 5.500 no encajaba), una línea delgada y un lider 0X de 6 kg, el que alguna vez utilicé para pescar salmones sakura en el lago General Carrera, le tenía confianza, aunque siempre está la duda de si aguantará en el caso que llegase a salir un monstruo.


"De pronto, la caña se dobla"


Y así fue, 15 o 20 minutos luego de zarpar, noto un pequeño pique en la caña, seguido de otro, y de pronto la caña se dobla dando inicio a la pelea.

Voy notando que el pez al otro lado de la línea es más grande de lo esperado, me digo que debo mantener la calma, aun tenía mucha línea y el lago es grande, había tiempo de cansarlo. Entonces, llevo mi mano a la salida de la línea del carrete y yo mismo ayudo a salir la línea para que el pez no de un cabezazo y me reviente el delgado lider.

Pasados unos 10 minutos, me acerco lo suficiente para verlo, con el gancho preparado ya que cualquiera, incluyéndome, pensaría que lo que mordió mi señuelo (recomendación de otro kayakista semanas antes) era un hermoso chinook, pero mi sorpresa fue cuando luego de varios arranques diviso que en vez de un salmón, era una trucha.

Y aunque costó, logré subirlo sin el gancho para no dañarlo. En mi incredulidad de que fuera una trucha, intento fotografiarla para enviársela a unos amigos mas profundizados en el tema (por decisión, yo no suelo sacrificar truchas). Además, cualquiera que pesque un pescado de gran tamaño en un kayak sabe lo complicado que es manejarlo, y luego de darse varios golpes y lanzar mi gancho al agua, esta logra cortar mi lider y lanzarse al agua (no antes de morder el cable de mi ecosonda).

Cuando cae al agua me invade la frustración, por no alcanzar a fotografiar lo que seguramente sería la trucha de mi vida, pero noto que se queda flotando a unos metros.

Entonces manteniendo la calma y girando con dificultad un kayak de 4 metros de largo, logro acercarme, viendo que es al menos del doble del tamaño que mi chinguillo decido subirlo metiendo mi mano por la parte que recubre sus agallas teniendo el máximo cuidado de no pasarlas a llevar, la vuelvo a subir con dificultad por su tamaño y peso, y luego de inevitables golpes y de cortarme y clavarme anzuelos, me doy cuenta que no hay marcha atrás, lamentablemente ya no peleaba y no tendría como revivirla, entonces decido acabar su sufrimiento.


Una trucha migratoria de 9,3 kilos


Me consoló bastante saber que era macho y que no era grande el daño provocado. Intento quedarme con lo bueno, logré sacar una trucha que ni en sueños imaginé, una hermosa trucha migratoria de 9.3 kg, duplicando así mi récord anterior.

Para mí es un trofeo al esfuerzo y constancia, me habría encantado que continuara su vida nadando, pero las cosas resultaron de otra forma y debo disfrutar ese momento y el hermoso trofeo que recordaré el resto de mi vida.

Podés seguir las aventuras de pesca de Daniel en https://www.instagram.com/fishkyk/



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