Bariloche: cuatro paraísos ocultos para una caminata corta que te recargue de energía

Un día soleado, con cálidas temperaturas invitan a caminar. Por eso la ciudad propone paseos cortos para disfrutar al aire libre y conocer paisajes diferentes sin mucho esfuerzo.

Desde la Piedra de Habsburgo se ve el sur de la ciudad, los cerros Ventana y Carbón.

Los días de calor volvieron, en la naturaleza las plantas se visten de verde, también los bosques y hay senderos amigables y tranquilos, accesible para toda la familia que es lindo descubrir en Bariloche. La nieve se despide de los senderos y a partir de mediados de noviembre hasta abril, todos los caminos se pueden transitar sin problemas. Te recomendamos tres paseos rodeados de naturaleza y lejos del ruido, perfectos para una escapada que te recargue de energía.


Piedra de Habsburgo


Llegar a la Piedra de Habsburgo implica un paseo de 4 kilómetros desde la cima del cerro Otto. El desnivel es bajo, de 85 metros, y en una caminata sin apuro el recorrido (ida y vuelta) puede demandar dos horas. A la cumbre del cerro se puede llegar en Teleférico o en auto y desde allí parte el sendero en dirección al sur.

Ascenso con el Teleférico del Cerro Otto hasta la cumbre: Ver horarios y tarifas en en la página. Si vas en noviembre, el teleférico permanecerá cerrado desde el 1 de diciembre por tareas de mantenimiento programado, de cara a la temporada de verano 2025.

El camino transita parte de un territorio privado, después se atraviesa una tranquera y está permitido ingresar. Hay decenas de visitantes cada día y cuando el sol acompaña, muchos más.

El circuito invita a atravesar una sendero boscoso. Se pasa por pequeños miradores naturales hasta llegar al gran mirador que se formó en torno a una gran roca: la Piedra de Habsburgo. Desde allí se puede observar el paisaje del sur de la ciudad, los cerros Ventana y Carbón, y una porción del lago Gutiérre


El sonido de la cascada


La cascada de los Duendes ideal para ir con niños que podrán conocer la flora y la fauna.

La cascada de los Duendes es un clásico en primavera y verano. Un entorno natural agradable, de escasa dificultad y que permite al visitante adentrarse en un bosque típico de la zona. Este salto de agua es parte del arroyo Pescadero y está a solo 600 metros del inicio del sendero, en la cabecera del lago Gutiérrez, donde hay una casilla de guardaparques (allí se pueden dejar el vehículo).

Es un paseo ideal para hacer con niños que podrán conocer la vegetación y aves de este sector del Parque Nahuel Huapi, en un circuito autoguiado con cartelería. El camino bordea el arroyo y llega a la cascada que cautiva con su sonido envolvente.

Este circuito está atravesado por una bicisenda para quienes realizan actividades de mountain bike y tiene senderos alternativos como ir a un mirador o llegar hasta la playa Muñoz en la costa del lago Gutiérrez, con un trekking más exigente y largo.


Un rincón de agua dulce


El Circuito Chico de Bariloche tiene su propio lago Escondido. Está inserto en el Parque Municipal Llao Llao y tiene un sendero corto, si se llega en automóvil hasta la casita del guardaparque ubicada sobre la ruta provincial 77.

Desde ese punto es solo un kilómetro ida y vuelta y el paisaje que se descubre es único, un espejo de agua dulce en medio de un bosque. Un muelle de madera invita a acercarse a la costa, el único punto para estar junto al agua.

El lago Escondido forma parte del corredor Circuito Chico.

Desde el muelle se puede tomar un sendero alternativo para regresar hasta la llamada Bahía de los Troncos que está en la orilla del lago Nahuel Huapi. Este camino solo implica 2 kilómetros ida y vuelta.

Hay que estar bien atento mientras se pasea por las rutas, ya que no está muy señalizado. Sino en Google Maps buscalo como “muelle de la laguna Lago Escondido”

El Circuito Chico tiene muchas más paradas atractivas. Otra opción puede ser descubrir el puente Romano realizado en piedra y que rememora los puentes del viejo imperio. Muy cerca, está el ingreso a Bahía López para llegar a otro extremo de la costa del lago Nahuel Huapi.


Los brotes del Amancay


El Valle del Challhuaco comienza de a poco con un encanto especial producto de un color amarillo intenso que le aportan las flores de Amancay que cubren toda el área. Esta especie comienza a brotar y su presencia florecida se hará más visible entrando el verano.

El Challhuaco está a unos 18 kilómetros del centro de la ciudad, tomando un camino rural desde la avenida Circunvalación. Allí se puede dejar el automóvil en un estacionamiento previo y realizar una caminata corta de media hora para llegar a un punto panorámico desde donde se tiene una vista del paisaje de transición de la Cordillera de los Andes y la Estepa Patagónica.

En el Valle del Challhuaco las flores de Amancay cubren toda el área.

En este área, que pertenece al Parque Nacional Nahuel Huapi, hay senderos delimitados. El camino conduce a una bifurcación en la que se cruza el sendero que va a la cumbre del cerro Challhuaco ( 2.054 msnm) y otra, hacia la derecha, que termina en la laguna Verde donde habita una pequeña rana que es una especie endémica del parque.

Desde aquí se puede continuar 15 minutos más hasta el llamado mirador del Pedregoso desde el cual se alcanza a ver hacia el fondo la ciudad y el lago Nahuel Huapi. En todo el trayecto es desnivel no es pronunciado salvo algunos puntos. Además de este sendero, se puede optar por otros al mirador del Valle o el del Ñirihuau.


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