¿Arrancó el calorcito y tu cuerpo pide playa? acá hay tres opciones para armar con tiempo tu plan para el verano

Falta bastante para el verano. Pero el calorcito ya se siente y los que aman la playa fantasean con vacaciones junto al mar.

Si sos de ese team, nada mejor que ir sumando opciones para que, cuándo sueñes con tu próximo destino costero, tengas a mano algunos rincones de ensueño de esos que garantizan relax y paisajes únicos junto a las olas. Mirá cuáles son…

Playas Doradas, una costa de oro y el agua más azul

Si te gustan las playas tranquilas, donde el tiempo parece detenerse, no busques más. Playas Doradas, a 32 km k de Sierra Grande, en Río Negro, es uno de esos lugares únicos para desconectarse del ruido y conectarse con la naturaleza.

La particularidad de su costa es su baja pendiente, por lo cual hay que avanzar mucho mar adentro para que el agua logre superar las rodillas de una persona de estatura promedio, y eso lo vuelve ideal para los que vacacionan con chicos, que pueden estar relajándose sin estar tan pendientes de los juegos de los niños.

En cuanto a sitios de interés una de las playas dignas de conocer es Las Casitas, ubicada en el punto más alejado de la zona céntrica y bordeada de un delicado perfil rocoso que ofrece el reparo ideal para disfrutar de bellos atardeceres.

Además, es un lugar clave para practicar deportes como kite surf y carrovelismo. También para fanáticos de la pesca, que accederán desde sus costas a piques de especies variadas.

La Conchilla, una playa con banda sonora natural

En el Puerto San Antonio Este, a 65 km por ruta 3 de Las Grutas, en Río Negro, hay una playa especial. No es por su belleza solamente, sino por su sonoridad.

Ocurre que en ella la arena está tapizada por un colchón inmenso de restos de moluscos bivalvos. Esas miles de conchillas de un material nacarado, como fragmentos de la mejor porcelana, se levantan cuando el mar llega a la costa.

En ese vaivén ocurre la magia de lo musical. Porque, al caer, los miles de caracoles que se extienden a lo largo de la orilla hacen, al unísono, un sonido vibrante, que anestesia los sentidos y pone en ‘modo Zen’ hasta al más reticente a dejarse llevar…

También es reconfortante hundir los pies en ese colchoncito que cruje al pisarlo, y, al caminar, nos ronronea bajo las plantas como un gato, provocando la misma relajación que el sonido que se escucha en la orilla.

En fín, un lugar único, digno de visitar.

El Doradillo, ballenas respirando ahí nomás…

En El Doradillo, esa playa que está a 15 km en dirección al norte de Puerto Madryn, Chubut, las ballenas son las que mandan.

Y ocurren varias cosas, que convierten al sitio en un lugar salido del mundo de los sueños. Primero, la abundancia y cercanía de estos animales, que, al ser tan inmensos, parece increíble que estén a metros de la orilla. Eso es posible por la pendiente del fondo, que tiene una profundidad tal que permite que se muevan con total libertad.

Sin embargo, eso no ahuyentará la sensación de estar avistando algo imposible: un montón de ballenas a una distancia tan breve que será surrealista ponerse a tomar mate mientras se pasean.

Pero, enseguida, empezará otra experiencia que excederá lo visual. Se escucharán respirar, con una nitidez tal que los soplidos y las aspiraciones se adueñarán del paisaje.

El lugar, en definitiva, es hermoso para disfrutar del descanso. Y la buena noticia es que las ballenas llegan en el invierno y permanecen hasta diciembre, así para avistarlas de cerca hay una franja muy amplia.