A los 83, acampa a orillas de un río en una joya de la Patagonia y pesca estas truchas
Don Alberto Goyenechea tiene dos pasiones: los vinos y las truchas. Por eso cada temporada viaja desde la bodega en Mendoza al Limay Medio, el tramo del río que corre entre Neuquén y Río Negro al norte de la Patagonia. Duerme a su orilla y cuando se despierta, sale a pescar. Mirá cómo le va...
A los 83 años, don Alberto Goyenechea siempre vuelve al mismo lugar para hacer lo que más le gusta: pescar. Sus amigos ya no pueden venir, pero lo acompañan sus sobrinos y así, feliz, es parte del grupo que se hace una escapada desde la bodega en Mendoza y ya en el sur, como todos, sueña con piques imposibles de truchas inolvidables. El lugar elegido: el Limay Medio, que corre entre Neuquén y Río Negro al norte de la Patagonia, conocido en el ambiente de los pescadores por sus marrones y arcoíris de gran porte en este paraíso donde la corriente transparente deja ver el color de las piedras, mientras los caballos galopan en libertad y vuelan las bandadas de avutardas entre los sauces. Este escenario de película tiene su propia banda de sonido: el rumor del río, los relinchos, el canto de las aves y ese chirrido leve, inconfundible y esperanzador de las líneas que se despliegan desde los reels. Por ahí camina don Alberto, con cuidado, para probar suerte desde la orilla, con movimientos lentos para no resbalarse. Duerme a orillas del Limay y cuando se despierta, tras asomarse a esa maravilla, después de desayunar larga la pregunta: "¿Cuándo salimos?"
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios