A 1700 metros: cómo es la vida en el Refugio Frey de Bariloche
Este destino imperdible para los amantes del trekking inició la temporada estival.
Montañas como agujas al cielo, una laguna fría y de color verde, una casita con techo a dos aguas, paredes de piedra, ventanas cuadradas con vidrio repartido y una chimenea por la que sale humo. Parece un dibujo de la infancia, pero no. Es el refugio Frey, uno de los más pintorescos de Bariloche y un lugar imperdible si sos amante de la montaña y el senderismo.
“Estamos ubicados a 1700 metros sobre el nivel del mar en el Parque Nacional Nahuel Huapi. Este es uno de los refugios más tradicionales de la ciudad, construido en 1957. Estamos iniciando nuestra temporada estival”, anunció Juan José, uno de los responsables del refugio Emilio Frey, quien nos dio la bienvenida como el capitán de un barco o el piloto de un avión.
Por su ubicación relativamente cercana a la ciudad de Bariloche, el refugio Frey recibe turismo nacional e internacional a lo largo de todo el año, pero en verano el movimiento tiene días muy intensos: “Ahora en verano son muchos los acampantes y la gente que viene a caminar por el día. Escaladores de todo el mundo vienen a disfrutar de las paredes de granito”, explicó.
La logística de un refugio tiene sus particularidades. Por empezar es “muy costosa”, aseguró José, e implica varios pasos de trabajo desde comprar la mercadería hasta subirla a mochila. “Eventualmente, dos veces, al año se hace con helicóptero lo que encarece mucho los costos y es una de las razones por las cuales los refugios no siempre parecen tan accesibles al bolsillo común”, indicó.
La vida en un refugio requiere sacrificios que a simple vista no se ven. Se necesita una organización precisa y un trabajo constante, que casi no se detiene. Esta temporada hay grupos de seis personas que trabajan durante siete días arriba de la montaña y siete días para “bajar al pueblo”. El día de recambio es el martes.
A pesar del descanso, el trabajo es “muy exigente”. “Trabajas en el lugar donde vivís, las comodidades son precarias y no hay mucho espacio. Por ejemplo, ahora tres de los seis refugieros y refugieras que trabajan prefirieron dormir en carpa. A veces, el público en general no sabe el esfuerzo y sacrificio que estar acá arriba”, indicó.
No hacer fuego y bajar la basura
Al inicio de la temporada de verano uno de los problemas más graves son los incendios. “El año pasado tuvimos un incendio muy grande en una zona del Parque Nacional”, recordó, “a todos nos gusta hacer fuego, pero la prohibición de hacerlo y de traer el calentador propio es para prevenir un daño ambiental que después se convierte en irrecuperable”.
Con respecto al manejo de los residuos implementaron un sistema solidario y así lo explica José: “El refugio recibe la basura orgánica, pero les pide a todos los visitantes que colaboren bajando su propia basura y, si es posible, también la que generan otras personas. Por ejemplo, no cobramos el agua caliente. La damos gratis a cambio de llevar la basura para abajo”.
Hay otra recomendación fundamental para prevenir accidentes: cumplir con las pautas. Recordó que el Parque Nacional Nahuel Huapi tiene un permiso de trekking que es gratuito y obligatorio. “Es muy importante hacer ese permiso y seguir las recomendaciones en la web del Parque y en la del Club Andino también”, indicó.
Siempre que salimos a la montaña hay que tener presente el equipo que necesitamos, la estación del año, y las condiciones climáticas específicas de ese día. “Muchas veces una tormenta que en la ciudad se percibe como algo suave acá arriba. La montaña puede ser muy peligrosa, entonces también hay que tener en cuenta eso”, insistió.
Un poco de historia del refugio Frey
El Refugio Emilio Frey fue inaugurado el 17 de febrero de 1957 y se construyó para festejar el 25° aniversario del Club Andino Bariloche. En octubre de 1955 Víctor Enevoldsen, Armando Ojeda y Eriberto Wechler subieron a elegir el lugar y en diciembre del mismo año inició la obra.
Lorenzo Enevoldsen, padre de Víctor, hizo los planos. La construcción estuvo a cargo de siete personas: dos picapedreros, dos carpinteros, un oficial albañil y dos ayudantes. Se pagó con fondos de la entidad y donaciones.
Se llama así en homenaje al ingeniero Emilio Frey (1872-1964), un agrimensor y topógrafo argentino educado en Suiza. En 1895 integró la Comisión de Límites que dirigió Francisco P. Moreno y también trabajó en varios estudios científicos junto a Clemente Onelli y Bailley Willis.
Fue uno de los socios fundadores del Club Andino Bariloche en 1931, institución que presidió durante 23 años. También fue Intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi en 1934.
Cómo llegar al refugio Frey
La forma más convencional es tomar un sendero que comienza a un costado de la playa de estacionamiento del cerro Catedral a 20 km del centro. Allí hay un gran cartel de madera con letras blancas que anuncia el refugio.
Tras dos horas de marcha cruzamos el arroyo por un puente. Unos 20 minutos más tarde llegamos a Piedritas, parada clásica de descanso (se recomienda no ingresar). Una hora más tarde se llega al Refugio Frey, a 1700 m de altitud.
La segunda opción es más exigente y requiere usar los medios de elevación del cerro Catedral para llegar al Refugio Lynch o a Punta Princesa y desde allí segui el “filo” hasta la Cancha de Fútbol, bajando a la laguna Schmoll y luego a la laguna Toncek. El terreno es de piedra, bastante irregular y accidentado al principio, de dificultad media.
Hay una tercera alternativa, la “Picada Eslovena” que arranca en la casa del guardaparque en la orilla oeste del lago Gutiérrez y que empalma con la senda normal en el Valle de Van Titter.
El refugio Frey en datos
- Dificultad: fácil a media
- Tiempo de marcha: entre 6 y 8 horas ida y vuelta
- Capacidad para 40 personas. Hacer reserva previa
- Distancia: 10 km. Desnivel: 700 metros
Tarifas en el refugio Frey
- Pernocte: $40.000
- Pensión completa $89.000 incluye pernocte, cena completa (sopa, plato principal y postre, variedad de té), desayuno y vianda (sándwich, barrita de cereal, fruta y alfajor).
- Media pensión $74.000 (pernocte, cena completa (sopa, plato principal y postre) y desayuno.
- Cena: $17.000 – (guiso o pasta) $21.000 – (carne o plato vegano).
- Sopa: $3.000
- Postre: $6.000
- Pizza Muzzarella: $20.000
- Pizza con jamón o Tomate: $25.000
- Empanada: $5.000
- Tarta jamón y queso/ humita/ zapallo/ vegana $10.000
- Sandwich (fiambre o vegetariano): $10.000
- Desayuno o merienda (cereales con leche, té, café, tostadas, dulce de frutas nas y manteca): $13.000
- Vianda (Sandwich + Barrita de cereal + fruta + plus) $16.000
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