Volver a la escuela exige reorganizar el sistema con nuevos formatos e inclusión


La docencia tiene que resolver la selección y articulación de contenidos escolares de 2020 y 2021, sobre la base del conocimiento situado de lo sucedido con cada grupo escolar y con cada alumno/a en particular.


Hay que preparar escuelas seguras con condiciones para enseñar y aprender, garantizando que todos regresen y permanezcan en ellas.

Organizar la educación sistemática en tiempo de pandemia exige planificar la reorganización del sistema educativo y de la escuela. Es una construcción compleja de condiciones y de recursos, de garantías para el ejercicio pleno del Derecho a la Educación de todo el estudiantado. La pregunta es: ¿cuáles son las condiciones sociales, políticas, culturales, pedagógicas y sanitarias que contribuyen a esta construcción?
La educación es clave para el ejercicio de los otros derechos, es herramienta insustituible para enfrentar discursos y prácticas de naturalización de la desigualdad social y tentaciones autoritarias de los poderes fácticos.
La pandemia nos obliga a construir nuevos formatos escolares, sistemas mixtos que combinen la clase presencial con la clase virtual y/o a distancia, organizados desde los principios de igualdad e inclusión educativa para proteger el derecho a la educación.
Desde estos principios hay que reorganizar la escuela, las formas de enseñar y de aprender, diseñar estrategias de afiliación y reafiliación escolar, reconstruir, construir y fortalecer vínculos solidarios a pesar de la necesaria “distancia física”.

Lo sanitario y lo pedagógico


Volver a la escuela exige de una organización institucional que resuelva la conjunción entre regulaciones sanitarias y pedagógicas para que tenga lugar la actividad central de la escuela, enseñar y aprender.
La pandemia nos obliga a pensar en otros tipos y formas de enseñanzas, aprendizajes, evaluación, acreditación y reorganización del trabajo docente para que las y los docentes puedan enseñar con pertinencia, asegurando aprendizajes significativos y relevantes.
La docencia tiene que resolver la selección y articulación de contenidos escolares correspondientes al 2020 y 2021, sobre la base del conocimiento situado de lo que ha sucedido con cada grupo escolar y con cada alumno/a en particular.


Es necesario planificar, desarrollar, evaluar enseñanzas y aprendizajes en una organización escolar con tiempos presenciales, virtuales y/o a distancia, jornadas escolares más cortas en la presencialidad y sumamente heterogéneas en la virtualidad.
Organizar secuencias didácticas que estimulen y posibiliten los aprendizajes, resolver metodologías, materiales didácticos, actividades de aprendizajes y de evaluación que ordenen lógica y pertinentemente el aprendizaje presencial, virtual y /o a distancia.
Atender esta complejidad de la enseñanza requiere de organizar más colectivamente el trabajo docente para poder atender los tiempos presenciales y virtuales de cada grupo escolar y resguardar el tiempo de la jornada docente a la tarea de enseñar.


Por ende, la reorganización de la escuela en tiempos de pandemia debe contar con una inversión suficiente para que cumplan con su trabajo los responsables de enseñar, los responsables de velar por el cumplimiento de protocolos, condiciones sanitarias, de resolver la higiene del edificio escolar, resguardando derecho a la educación y a la salud.
Enfatizo que la tarea central de la escuela es enseñar, para que todos y todas aprendan el conjunto de conocimientos y saberes socialmente válidos que les posibiliten conquistar autonomía, generar proyectos personales y sociales.
La enseñanza es una construcción creativa que articula la lógica del conocimiento que se enseña, las lógicas y formas de aprender del estudiante, las situaciones y contextos particulares en los que ambas lógicas se entrecruzan. Pese a la complejidad del contexto hay que enseñar como un acto político pedagógico de justicia, provocando el deseo de aprender y partiendo de la condición de igualdad de los sujetos que aprenden.
Entiendo necesario advertir sobre discursos pedagógicos que invitan a volver a una escuela sin aprendizajes, enfatizando acciones de “contención y de atención emocional”.
Bajo este discurso de “aparente humanismo” subyace una propuesta de disciplinamiento de las subjetividades inscripta en posiciones innatistas, positivistas propias del siglo XIX, recuperadas por la pedagogía tecnocrática del neoliberalismo que propone formar individuos emprendedores y adaptados al sistema.


Esta pseudopedagogía reduce el fenómeno emocional a “ejercicios de autocontrol” para la adaptación acrítica, niega las dimensiones históricas, culturales, políticas y biográficas asociadas a las emociones y coloca en el individuo toda responsabilidad por su presente y su futuro.
La enseñanza justa, vinculada al derecho, reconoce la unidad de los procesos afectivos e intelectuales, el origen social y cultural de los procesos psicológicos incluidas las emociones en la tarea de aprender.
Rearmar escuelas bajo el patrón del Derecho en contexto de pandemia es reorganizar la institución educativa, el trabajo escolar, las relaciones con las familias y promover derecho a la educación y derecho al cuidado, para generar confianza, solidaridad, respeto y responsabilidad por los demás, derechos que deben ser garantizados y protegidos por el Estado para promover la autonomía y el bienestar de familias y sujetos.
Debe contemplarse establecer acuerdos educativos de cuidado entre docentes y familias, interpretados como espacios de protección del estudiantado y de sus derechos, condición necesaria para desarrollar procesos de aprendizajes afectivamente valiosos, culturalmente relevantes y pedagógicamente significativos.
Hay que preparar escuelas seguras con condiciones para enseñar y aprender, con garantías en las acciones de seguimiento para que todos/as regresen y permanezcan en la escuela, atendiendo especialmente a la población escolar en situación de pobreza.
Pese a la pandemia son tiempos en los que la educación pública no solo debe resistir a la desigualdad, sino que debe abrir en cada momento una oportunidad para construir una vida más justa para todos.


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