Vivir en alerta ante la inseguridad ciudadana
La inseguridad en nuestra ciudad ha dejado hace mucho tiempo de ser una sensación pasando a un estado de vulnerabilidad en las calles que dispara actitudes defensivas.
Mirar a un lado y otro antes de salir de nuestra casa, girar la cabeza constantemente para comprobar si hay alguien detrás cuando se camina de noche por la calle, esquivar algún barrio o calles por los que se solía transitar sin ningún miedo, dejar de ir a lugares habituales por temor a ser víctimas de un delito, sospechar de todo el mundo… Eso es vivir en alerta permanente.
Ocurre cuando la sensación de inseguridad se apodera de los temores que cada uno tiene por la constante reiteración de delitos, que para algunos pueden parecer comunes pero que son de extrema gravedad.
Muchos ciudadanos, que antes veían la delincuencia como algo lejano, empiezan a pensar que ellos están también en la lista de las víctimas de esos delitos. Ya nadie está exento de nada en esta vida y sobre todo de la delincuencia juvenil que se suma al consumo de estupefacientes que atentan contra quienes están en estado de vulnerabilidad (adultos mayores, abuelas solas o cualquier otra persona).
La inseguridad crece a diario y hasta se estaría sospechando que habría zonas liberadas. Hay que tomar ya cartas en el asunto. Es un tema que hay que combatir sin más demora para garantizar la convivencia y la tranquilidad.
Estos hechos deberían estar en la agenda de quienes cumplen funciones ineludibles por ocuparse activamente en resolver esta problemática que cada día va creciendo sin parar.
Leandro Martínez
Titular de Apostemos por la Vida
Viedma
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