Visita a Aniello, otra de las bodegas que han hecho conocida a Mainqué en el exterior

Aniello es una bodega que tiene un par de años en Mainqué, Río Negro. Es una de las últimas incorporaciones a una región que da un excelente registro de vinos en el país.

En esa zona conviven cercanamente con proyectos como Noemía y Chacra

La conocí hace 5 años, cuando comenzaba su historia sobre las estructuras de lo que fue la antigua bodega Podlesch fundada en 1927.

Antes, en una primera etapa, sus dueños habían comprado una finca que se llama 006 (también es el nombre de una de las líneas de la bodega) y que está ubicada justo sobre la margen norte del Río Negro, se encuentra a 39° Latitud Sur, a 350 metros sobre el nivel del mar.

Los suelos son aluviales, muy heterogéneos, moderadamente profundos y pedregosos con algunas áreas de mucha arena, y otras de suelo tipo franco.

De esta forma se puede cosechar y elaborar la misma variedad en tres tipos de suelo diferentes, cosechando en tres momentos distintos, y dando por resultado vinos completamente disímiles entre sí, y a la vez muy conectados.

En una segunda etapa los dueños compran una vieja bodega de la zona construida en 1927, con 1 hectárea de antiguos viñedos plantados en 1932 y 4 hectáreas plantadas en 1947, de una selección masal de Malbec pre filoxera, actualmente en proceso de reciclado y recuperación.

A la edificación de la bodega se le hacen alguna reformas manteniendo la mística tradicional de la construcción.

En esta nueva etapa de Aniello con el enólogo Leo Borsi a la cabeza hay un viraje a lo que el viñedo quiere expresar. Suelos silvestres con flora autóctona, una poda pensada más en la planta que en el rendimiento y algunas otras cuestiones que marcan el rumbo.

Caminando con el agrónomo responsable detectamos más de 7 variedades de plantas del lugar como achicoria, paico, chipica, plantago y correhuela, entre otras.

Borsi es un reconocido enólogo proveniente de San Rafael, se mueve entre Francia, España y Argentina en una autopista de calidad y conocimiento.

Borsi comenta: “tenemos grandes ideas sobre lo que queremos en Aniello, actualmente filtramos a medias, microvinificamos pequeñas porciones elegidas del viñedo y proyectamos trabajar con gravedad en la bodega en el futuro”.

Si bien la bodega piensa sumarle a su “cotizado” Trousseau un par más de varietales para completar una línea premium, su segmento medio “Soil” nos deja con la boca abierta en una degustación intensa en el breve tiempo que tenemos.

Bien el Blanc De Noir, tropical, frutal y herbáceo a la vez. Prensado directo, muy fino en su final.

Diez puntos su Merlot de la misma línea, quizá más “flaco” que el mismo varietal en el segmento “entry level”. Es increíble como a medida que se sofistica la línea, el Merlot va mutando… Es sorprendente todo lo que se puede hacer con un Merlot”.

Probamos un Pinot -Trousseau de pie franco proveniente del viñedo de 1932, fresco, ligero, conmovedor.

Otra de las perlitas es un Malbec del viñedo de 1947, microvinificado de una única parcela que promete un futuro poderoso.

Al niño bonito de la bodega se le suma un Merlot y un Malbec. El Trousseau estandarte de Aniello ya no estará solo en su segmento. Pudimos paladear algunas pruebas definitivas de los nuevos miembros y quedamos todos con la boca abierta.

La bodega Aniello forma parte de la ruta del vino de Río Negro.

Hágame caso, agende, recorra y pruebe los vinos.

En cada proyecto a lo largo del camino uno puede obtener las piezas que forman la identidad rionegrina que sostienen el alma de la región vitícola.

Se abre otra instancia interesante en el proyecto Aniello, una nueva etapa sobre lo mucho construido desde el principio de esta bodega.