Zulema Walter: el misterio de su desaparición lleva un año
“Nunca encontramos siquiera una zapatilla”, afirma la familia de la docente jubilada que desapareció en junio del año pasado.
Pablo Leguizamón
En una fría mañana de junio de 2017 desapareció sin dejar rastros, Zulema Walter, una docente jubilada, quien vivía con su familia en esta capital. Un vasto operativo policial revolvió tierra y agua. Las hipótesis son que pudo haber caído al río Negro, sin embargo no existen indicios acerca de lo ocurrido; en tanto que para la Justicia no surgen elementos de criminalidad, dentro de la investigación.
“Fehacientemente, sabemos que el uno de junio del año pasado se tomó un taxi sin rumbo todavía determinado”, afirman su marido Claudio Travaglio y sus hijos Mariángeles y Rodrigo, quienes recibieron a RíoNegro en su vivienda de la calle San Luis al 600.
El testimonio del chofer da cuenta de que el vehículo la trasladó hacia la puerta de un gimnasio ubicado sobre la avenida costanera. Está en las inmediaciones de la intersección con la calle de acceso al puente ferrocarretero.
Una segunda testigo, supuestamente una empleada doméstica que lavaba una vereda, facilitó datos. Dio a entender de que la mujer retrocedió desde esa esquina trasladándose en diagonal hacia un vivero que se encuentra a escasas dos cuadras del río. Es la esquina de costanera y Don Bosco, y esta arteria desemboca en la costa ribereña junto a los pilotes del puente.
La desaparecida había sido operada por tercera vez de la rodilla derecha para superar un antiguo accidente. Hacia fines del año pasado, un médico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) le había recomendado, como último tratamiento, que cumpla con caminatas diarias. Un informe técnico consigna que tenía problemas psicológicos, y el día de la desaparición había dejado el teléfono celular y sus documentos en la vivienda.
Ese primero de junio de 2017, Claudio había salido a realizar unos trámites, reponer el stock de pastillas que tomaba Zulema, y cuando regresó a la casa, Zulema ya no estaba. De inmediato hizo la denuncia en la Comisaría Primera por su desaparición. A continuación, se desplegó un intenso operativo con lanchas por el río, canes de rastreo y buzos.
Como familia esperan contar con algún vestigio como para hacer un cierre. Los Travaglio, apuntan que “para nosotros sigue abierto aunque sabemos que hay que volver a trabajar, y si bien para la Justicia es probable que pudo haber sido un suicidio, para cerrarlo del todo necesitamos una evidencia contundente”.
Asimismo, reconocen que para el fiscal interviniente, Juan Pedro Puntel, el caso “es difícil por no contar con elementos”.
La Justicia también hizo su despliegue allanando la casa del taxista, denunciando el caso a Interpol, intervino Prefectura Naval e incluso se contrataron observaciones por vía aérea. Todo con resultados negativos.
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