Video: el inolvidable viaje de La Trochita con turistas extranjeros
El legendario tren a vapor volvió a atravesar la estepa patagónica. Los pasajeros fueron alemanes, ingleses, japoneses y neozelandeses, entre otras nacionalidades, en el viaje más largo de los últimos años: 127 kilómetros desde Jacobacci a la estación Cerro Mesa.
La Trochita volvió a surcar la meseta rionegrina. En un charter con turistas extranjeros, cuatro años después, el pasado fin de semana unió Jacobacci con la estación Cerro Mesa, de Río Chico, en un viaje que se prolongó más de lo habitual y que fue tan cautivante como todos los anteriores.
El viernes 23, cuando empezó a asomar el sol, un “grupo cerrado” integrado por 30 de turistas provenientes de Alemania, Inglaterra, Nueva Zelanda y Japón, entre otros países, comenzaron a hacer realidad el sueño por que el viajaron miles de kilómetros hasta Jacobacci: fotografiar y viajar en la Trochita, uno de los pocos trenes a vapor de trocha angosta que funcionan en el mundo.
Puntualmente a las 7:30 la vieja locomotora Baldwin Nº 3, fabricada en Inglaterra en 1922, comenzó a remolcar la formación de vagones, secundada por otra máquina: una Henschel Nº 104 fabricada en ese año, pero en Alemania.
Fue el inicio de un largo viaje de 127 kilómetros que demandó cerca de once horas y que volvía a realizar después de cuatro años.
En el cambiante y pintoresco trayecto, el zigzagueante trazado férreo recorre, rectas, curvas y desniveles que van desde los 800 a los 1200 metros de altura sobre el nivel del mar, mostrando la inmensidad de la estepa patagónica, salpicada en algunos lugares por manchones de nieve típicos de esta época y la riqueza de la fauna y flora silvestre.
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En los primeros 46 kilómetros que separan Jacobacci de Ojos de Agua, la formación realizó nueve paradas. “En algunos lugares nos hicieron desenganchar la locomotora en la que íbamos nosotros con Laurín, la Baldwin y nos pedían que nos adelantáramos unos 500 metros porque querían que la formación la encabece la maquina alemana, en la que iban como conductor y foguista Nelson y Cristian Sepúlveda, respectivamente”, agregó Mora.
A ello se le sumaron las viejas estructuras ferroviarias en los cuatro pueblos unidos por la vía. El panorama fue ideal para que los turistas lograran capturar “las mejores imágenes” y llevarse un recuerdo inolvidable del paseo ferroviario.
“Quedaron fascinados. Hicimos muchas paradas y arranques ‘en falso’ para que puedan sacar fotos desde distintos ángulos. Lo que genera nuestra Trochita en los turistas es algo inexplicable” señaló Juan Mora, un flamante conductor de maquinas a vapor, que en este viaje ofició de “foguista”, acompañando al conductor Horacio Laurín.
El viernes la formación llegó a la estación Cerro Mesa a las 17:45. Durante años Río Chico fue uno de los lugares de recambio del personal ferroviario, cuando la Trochita unía Jacobacci con Esquel, y guarda una gran riqueza ferroviaria.
Por eso miles de imágenes fueron capturadas por las imponentes cámaras fotográficas y servirán para engrosar el gran álbum de La Trochita. Allí pernoctaron.
El sábado muy temprano la formación inició un corto recorrido hasta la zona conocida como “la curva del huevo” donde el trazado férreo serpentea por los cerros en un descenso casi interrumpido de 200 metros.
En ese sector, el tren circula entre los 1000 y 1200 metros sobre el nivel del mar, en una zona que ofrece cambios abruptos hasta llegar al río Chico, donde el valle se encajona dejando espacio solo para el agua, debiendo transitar por un corte hecho en una ladera rocosa.
En horas de la tarde, la mayor atracción del viaje estuvo en el puente Bayle de 105 metros de largo –el más extenso de Sudamérica– que desemboca en el túnel de 108 metros que atraviesa una alta montaña.
Ambas son las obras más importantes del trazado. Durante varias horas, el tren ingresó y salió del puente y del túnel cuantas veces fue necesaria ante el pedido de los turistas. Desde que el sol calentaba el techo de los vagones hasta que se escondió en el horizonte y la luna comenzó a reflejarse en el río.
Cada uno de los momentos y movimientos quedaron registrados las memorias digitales y también en las humanas. El domingo temprano la Trochita emprendió el regreso a Jacobacci para dar fin a otra experiencia muy positiva, que abre una gran puerta de cara al futuro.
Mejoras en el trazado
Para esta experiencia hubo que realizar importantes mejoras en el trazado férreo que había sido erosionado por las lluvias y nevadas. Fue un trabajo realizado por el Ente de Desarrollo de la Región Sur y Vialidad Rionegrina. “Fue muy positivo todo. Era un viaje que se realizaba después de varios años y había cierto temor. Por suerte todo salió mejor de los previsto. La Trochita funcionó muy bien y los turistas se fueron muy contentos. Para la empresa fue muy productivo desde todo punto de vista” señaló el gerente general de Tren Patagónico, Alberto Llanca. El ferroviario agregó que “este viaje nos va a abrir muchas puertas” y adelantó que para el próximo año hay pedidos de cotizaciones de viajes de distintas empresas turísticas y que se organiza la vuelta de los viajes entre Jacobacci y Ojos de Agua para este verano.
Agradecidos y generosos
Por pedido del coordinador del grupo de turistas, la empresa Candijelas Eventos, encargada del catering y el alojamiento, realizó importantes aportes en la Escuela Primaria Nº 163, lugar donde pernoctaron los extranjeros. “Se mostraron muy respetuosos, agradecidos y generosos. Me pidieron que se realicen algunas refacciones en las duchas, que quedaron como donación. También donaron pintura y hule, entre otras cosas, a requerimiento de los directivos” señaló Simón Vejar responsable de la empresa de catering. En cuanto a la comida, admitió que no tuvo pedidos de platos típicos de la zona como corderos o chivitos. “El menú servido en cada almuerzo y cena, respondió a pedidos específicos del grupo. Les gustó mucho la cerveza artesanal que le servimos se fueron muy contentos” añadió.
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