Acusan a una víctima de violencia de género del homicidio de su marido en Centenario

Nadie sabe con certeza la edad de Emeliana, ni cuántos de sus hijos viven. Desde los 15 años sufre maltrato, ahora la quieren juzgar por un crimen del que poco recuerda.

Emeliana es una migrante indocumentada, hablante del quechua. Foto Matías Subat.

Si una mujer como Emeliana Cuestas Pari, migrante indocumentada, hablante de quechua, trabajadora rural y empobrecida hubiera gritado que su pareja, Valentín Anagua, ejercía violencia contra ella y sus hijos, ¿quiénes habrían sido capaz de oírla y de actuar con debida diligencia para evitar que su cuerpo siga siendo arrasado?

Emeliana está acusada de haber matado a Valentín el 1 de enero de 2015. En cinco días se cumplirá un año. Ocurrió en una chacra de la ciudad de Centenario, en una precaria vivienda construida con madera, nailon, cartón y árboles secos (ver recuadro).

La defensora oficial, Verónica Zingoni, aseguró que los resultados del examen toxicológico señalaron que Emeliana había consumido alcohol, al igual que Valentín, además de medicación para la epilepsia. Tenía rastros de haber mascado coca. Había sufrido lesiones recientemente, y según testigos, esa misma noche intentó quitarse la vida.

No encontrarán denuncias por violencia de género que haya hecho en comisarías, ni en juzgados de Familia. Hacía tres meses que estaba en la provincia, cuando sucedió el hecho, y hace poco más de tres años que vino a la Argentina proveniente de Bolivia.

Emeliana no recuerda qué pasó. Señala su cabeza y dice “no, no.” Dedica sus días a pinchar la tierra: produce tomate, zapallito, choclo que son vendidos en el mercado concentrador. Quien relató lo sucedido fue su hija más chica, que estuvo con sus padres aquella noche.

“De esa declaración en cámara Gesell surgen cosas que ella no contó, porque incluso cuando llegan al lugar del hecho estaba en estado de shock. De la declaración de la nena surgen más detalles del hecho y de la vida que ella había llevado con su marido. Lo sufrida que había sido su vida y los maltratos que recibía”, afirmó Zingoni.

Y agregó: “Sigue indocumentada, pero ahora inició el trámite. Por ser indocumentada no se le suministraba en salud pública la medicación para la epilepsia, y la estaba comprando. El neurólogo del hospital Castro Rendón le hizo estudios complementarios y determinó que estaba mal medicada. Ahora se le da la medicación correcta y por salud pública. La hija logró retomar la escuela primaria.”

Hay muchos datos de su vida que no se conocen con exactitud. Emeliana tendría aproximadamente 49 años. Tuvo 12 hijos, aunque no se sabe cuántos de ellos han fallecido. Era pareja de Valentín desde los 15 años (ver recuadro).

“Si tomamos esos hechos tal como dice la fiscalía, hay muchos elementos que son débiles, tanto en la evaluación de la situación y del contexto social, de género y hasta antropológico. Me parece que esto pasa en general con el sistema penal. Es como una procesadora de carne y realmente no alcanza a ver los grandes elementos humanos que hay de por medio. No han analizado inclusive su situación de lucidez al momento de los hechos, por lo menos debidamente”, sostuvo el defensor Fernando Diez, que junto a Zingoni llevan el caso.


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