Viajes para el recuerdo: “Asia nos voló la cabeza y decidimos volver”

La última vez que fueron a Asia, Juli Rasjan y Leo Sánchez  recorrieron  7 países en 4 meses, unos 70.000 km, tomaro 18 vuelos, y no saben bien cuantos buses, trenes y tuktuk (vehículo triciclo motorizado). Fueron 129 días lejos de casa, familia, amigos, comida, comodidad pero se llenaron de paisajes, sabores, olores y colores de otras culturas que así recuerda Leo.

En 2018 pasamos 45 días recorriendo Tailandia, Malasia, Bali (Indonesia), Emiratos Arabes (Dubai y Abu Dabi), y los últimos 5 días en Sudáfrica. Tuvimos la posibilidad de ir a grandes templos antiguos y modernos, playas paradisíacas, hacer safari en Sudáfrica, conocer el desierto y una ciudad futurista como Dubai, pero sobre todo empaparnos de cada cultura.

Asia fue un continente que nos “voló la cabeza”, por eso decidimos volver. Nuestra segunda experiencia fue de cuatro meses, de octubre 2019 a febrero 2020. Pasando por Japón, Maldivas, India, Myanmar, Vietnam, Camboya y Filipinas.

En Japón todo fluye, es casi la perfección, todo ordenado, la gente es muy amable y servicial. Su cultura es fantástica. Templos milenarios, parques, festividades y buena comida.

Maldivas es el paraíso para la gente que le gusta la playa. Todo el mundo imagina Maldivas y las cabañas sobre el agua pero para nosotros esas islas resorts eran inalcanzables, los precios rondaban desde 1000 dólares la noche. Por suerte desde hace unos años, abrió el turismo en las islas locales, donde vive la gente del país, y podes hospedarte, comer y recorrer a un precio accesible, sin dejar de disfrutar el paraíso.

Al ser un país musulmán no se puede beber alcohol ni comer cerdo. Y en cada isla local hay una playa llamada bikini beach, en las cuales las mujeres pueden usar bikini y los hombres estar sin remera, ya que en el resto de la isla debíamos estar con el cuerpo cubierto.

India es una locura. La primera impresión es caos, pero van pasando los días y te vas amoldando a su ritmo particular. Colores, aromas, sonidos de bocinas todo el tiempo, vacas que son sagradas para el hinduismo, perros callejeros, cabras y miles de personas, todo eso transcurre en las calles.

Myanmar (antiguamente Birmania) es un país que abrió hace relativamente poco al turismo, por lo que está menos preparado para recibir extranjeros. Tienen templos y paisajes increíbles, pero creo que lo mejor es su gente, muy autentica y simpática, manteniendo un ritmo de vida tranquilo.

Es un país que vive de la agricultura y en muchas zonas rurales del trueque de alimentos. Sin dudas la joya del país es Bagan, una ciudad con más de dos mil templos budistas en ruinas. Si este lugar deslumbró a Marco Polo imagínense a nosotros.

Vietnam es un país muy variado. Desde las montañas y el frío del norte, hasta las playas y la humedad del sur, sin poder olvidar la guerra tan cruel que atravesaron. Es increíble como el país se levantó y reconstruyó después de tan grande tragedia. Hoy está lleno de extranjeros, como turistas o residentes, y muchos de ellos adivinen de donde son? Si, de Estados Unidos.

En Camboya solo pasamos 5 días, conociendo su capital Phnom Penh y la ciudad de Siem Reap, donde se encuentra Angkor wat, un complejo de templos hinduístas considerado como la mayor estructura religiosa jamás construida, y uno de los tesoros arqueológicos más importantes del mundo.

Por último, estuvimos en Filipinas, otro paraíso de playas. Miles de palmeras, arena blanca, agua turquesa y cristalina, formaciones rocosas, y muy buena gente.

Hay más de siete mil islas para elegir y recorrer. Algunas muy masificadas y llenas de turistas, y otras como Kalanggaman donde eramos sólo 6 durmiendo en la isla. En cuanto a la comida, encontramos platos similares a los nuestros, ya que Filipinas fue colonia española. Incluso, algunas palabras y los números son igual o parecidos al español.

Además de conocer gente local de cada país, tuvimos la posibilidad de conocer gente viajera de todo el mundo. En nuestros viajes siempre tratamos de ahorrar lo más posible, por eso siempre preferimos hostels en lugar de hoteles, lo que te da la posibilidad de conocer mucha más gente. A veces dormimos en habitaciones privadas, otras compartimos cuarto hasta de 24 personas.

Preferimos movernos en transporte público con los locales, no usar taxi. Comer en la calle, como come la gente de Asia, los restaurantes son más que nada para turistas. Tratamos de que el viaje sea lo más auténtico posible.

Me llevo un gran aprendizaje sobre la vida en pareja, de a dos es más fácil cuando hay amor y objetivos en común. Pasamos 129 días juntos las 24 horas. Siempre nos apoyamos el uno a otro. Mi pareja, mi mejor amiga y compañera de aventuras.

Detrás de un gran viaje hay un esfuerzo enorme, pero el punto es que si uno hace lo que le apasiona ese esfuerzo vale la pena y se transita con mayor facilidad. Por eso a todos aquellos que piensan “que suerte que te podes ir de viaje tanto tiempo”, o “como me gustaría poder hacerlo”, los invito a que se cuestionen si lo que están haciendo los llevará al lugar donde quieren estar dentro de los próximos meses o años. ¡Hasta la próxima aventura! 

Vos también podés compartir tu viaje.

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