Vélez y algo más que una alegría 

De no haber sido por los goles, el «horroroso» hubiese sido una justa aplicación a lo que resultó la producción de Vélez (3) y San Lorenzo (1).

Los pibes, que constituyeron la mayor parte de los protagonistas, corrieron mucho y jugaron poco. O nada.

Pero, la verdad, ser impiadosos con ellos en la crítica hasta podría considerarse algo injusto. ¿Es que son acaso los culpables de que uno y otro equipo -también como pasará esta noche con Boca- presenten alineaciones donde faltan los nombres más conocidos, o mejor dicho las figuras? Seguramente no.

De allí la comprensible queja que antes del cotejo se escuchó de los organizadores, planteando su malestar por la actitud de los clubes de presentar formaciones con gran número de juveniles.

Que la cosa se pondría interesante porque a los cuatro minutos, el lateral velezano Ledesma aprovechó un rebote a un disparo suyo y puso la pelota cerca del palo izquierdo del arco «santo» defendido por Ramírez y que ya pasado el cuarto de hora empatara Bevaqcua fue un espejismo.

Es que el nivel no levantó. Por el contrario, fue bastante chato. Por momentos, en Vélez, la tarea de Castromán y Darío Husaín -autor de un golazo a los 29- marcó ligera diferencia.

En los dirigidos por Ruggeri, muy poco para destacar. Ni siquiera Netto pudo hacer valer su veteranía para ejercer el mando -futbolístico, se entiende- de un equipo bastante desordenado, donde casi nada aportaban otros «conocidos» como Adrián González o Guillermo Franco.

Lo del complemento se fue haciendo tan tedioso que más de uno deseó el pitazo final. Nada cambió. Pasada la media hora, Husaín hizo una de las suyas y anotó el tercero, para un resultado que abre sobremanera la atracción para el clásico que jugarán esta noche Boca y Ríver.