Vecinos solidarios repararon el acceso principal del hospital de Bariloche
Se organizaron por redes sociales, pidieron los permisos necesarios, reunieron los materiales que salieron de donaciones y se reunieron este sábado para hacer el trabajo.
Hace unos 20 días, Emiliano Daniel Genin esperaba para ser hisopado en el hospital Ramón Carrillo. Mientras aguardaba prestó atención al estado calamitoso del acceso principal. Las escalinatas destrozadas, las piedras lajas que se colocaron posiblemente en el siglo pasado rotas y pozos eran la imagen de la bienvenida.
Dice que publicó en su cuenta de facebook una crítica dirigida al Municipio para que haga los arreglos necesarios. “Viven haciendo propaganda”, recordó. Una persona respondió y propuso hacerlo con la ayuda de vecinos. A Emiliano le gustó la idea y pusieron manos a la obra.
Allí formalizaron la convocatoria, hicieron un relevamiento en el lugar y elaboraron el listado de los materiales que se necesitaban. Gestionaron los permisos ante las autoridades del hospital. La cruzada estaba en marcha.
Las donaciones surgieron de manera espontánea. Arena, ripio y cemento. Otros aportaron líquido anticongelante (por las bajas temperaturas), una hidrolavadora, una hormigonera y carretilla. En forma simultánea, aparecieron personas dispuestas a poner el hombro.
Eligieron este sábado porque no llovería. Emiliano avisó y la convocatoria indicaba congregarse a las 11 en el acceso del hospital, por la calle Moreno. Hizo el último repaso para verificar que nadie desistiera a último momento.
Once personas se sumaron al trabajo solidario para poner en condiciones el acceso al hospital. “Todos llegaron con sus herramientas”, destacó Emiliano. La misión era reparar lo que había deteriorado el paso del tiempo.
Mientras unos elaboraban hormigón, otros preparaban el lugar a reparar, mientras otro grupo se encargó de pintar la baranda y las rejas del portón.
“Muchos vecinos que vinieron no tienen trabajo”, valoró. Llegaron de varios puntos de la ciudad. Hubo un voluntario que vino desde el kilómetro 14. Ninguno se conocía. “Simplemente el mensaje que puse fue ¿quién quería colaborar?”, relata. “Lo que más me gratifica es que respondieron muchos albañiles desocupados”, afirmó.
“Pasaban muchos en auto tocando bocinas”, contó. “Vecinos que vinieron a traer tortas fritas, una gaseosa y facturas”, destacó. “Terminamos a las 17.15 aproximadamente”, informó.
Emiliano aseguró que no es la primera acción solidaria que impulsa. “Pero ninguna fue tan grande como esta, que ahora la tengo en un cuadrito”, sostuvo.
Valoró el compromiso que todo el grupo asumió desde el primer día. “Todavía sigo confiando en la gente”, aseveró. “Los gobiernos pasan, las decadencias quedan y los vecinos están”, expresó.
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