Vaca Muerta suma inversiones pese a la incertidumbre electoral

Cuando la incertidumbre electoral en torno a quién comandará las riendas de la Nación cala profundo en la economía argentina y muchas empresas abren el paraguas y demoran inversiones, Neuquén recibió en menos de una semana tres definiciones de inversión que apuntan a los hidrocarburos de Vaca Muerta.

La apuesta por hacerse de activos en la zona no sólo alcanzó a firmas nacionales, sino también a compañías extranjeras incluyendo a una que no estaba en el país, como es el caso de ConocoPhillips, la tercera petrolera más grande de Estados Unidos.

La firma protagonizó el primer anuncio de inversión, el jueves pasado, cuando dio a conocer que adquirió el 50% de los activos de la alemana Wintershall en dos áreas de Vaca Muerta: Bandurria Norte y Aguada Federal.

Por los plazos de concesión de esos bloques el desembarco de ConocoPhillips no será para la exploración sino que buscarán pasar antes de fin de año a la fase de desarrollo intensivo en la cual las inversiones se incrementan.
Un día después, el viernes pasado, el gobierno neuquino otorgó dos nuevas concesiones para la búsqueda de hidrocarburos no convencionales a Tecpetrol, la firma que desarrolla Fortín de Piedra, y desde la cual se detalló que mientras en la fase piloto se invertirán 113 millones de dólares, en la fase de actividad intensiva se volcarán más de 7.000 millones de dólares.

El tercer anuncio se conoció ayer de la mano de Gas y Petróleo del Neuquén, la empresa del Estado provincial, que dio a conocer que tres empresas presentaron ofertas para acceder a bloques sobre Vaca Muerta.

Si bien en este caso aún no se abrieron los sobres de las ofertas económicas, sí se detalló que las firmas que hicieron los pedidos para aliarse con la estatal neuquina, son Equinor, la gigante petrolera estatal de Noruega; Capex, una firma con presencia en Neuquén tanto en el rubro de hidrocarburos como con la central térmica Agua del Cajón; y la salteña Petrolera San Miguel.

Las elecciones por la gobernación de Neuquén de marzo fueron seguidas minuto a minuto por las petroleras y fue el mismo gobernador Omar Gutiérrez quien enfatizó que era ésa elección a la cual miraban las firmas para definir sus inversiones.
Es que los principales candidatos a la presidencia de la Nación ya se han pronunciado a favor de la continuidad de la actividad en Vaca Muerta, un motor energético y de inversiones que se muestra confiado ante la contienda electoral que divide al país.

Tres ofertas para acceder a áreas de GyP

Equinor. La firma noruega presentó una oferta por el bloque Águila Mora Noreste, un área que es lindera a Bajo del Toro donde la operadora ya tiene presencia en la búsqueda del petróleo de Vaca Muerta.
Capex. La empresa dedicada a la energía realizó una oferta por el bloque Parva Negra Oeste, un área ubicada en la ventana del gas seco. La firma tiene presencia en la provincia pero hasta el momento no estaba asociada con GyP para el desarrollo de hidrocarburos.
Petrolera San Miguel. Es una operadora oriunda de Salta con pocos antecedentes recientes en la industria. La oferta que presentaron es por el área Catriel Viejo, un bloque convencional.

La oportunidad mundial versus el modo argentino

Si hay una condición que distingue al argentino, como colectivo, es la de considerar que lo suyo o lo nacional es lo mejor del mundo. Pero en el mercado global Argentina no es un país petrolero, sino un país con petróleo. Una diferencia que se resume en contraponer la producción nacional que en junio alcanzó los 497.000 barriles de crudo por día contra los más de 12 millones de barriles por día que produjo Estados Unidos.

Sin embargo el potencial de Vaca Muerta sí es de calidad mundial tanto en petróleo como en especial en gas. Pero su desarrollo enfrenta un problema muy difícil de entender desde afuera de las fronteras que es el ‘modo argentino’ de hacer las cosas y también de poner palos en las ruedas.

Los recientes anuncios de inversión, en su mayoría de firmas extranjeras, vienen a funcionar como un voto de confianza a un desarrollo en el que casi todo el arco político nacional está de acuerdo en que no hay que frenar.