Vaca Muerta es la única región del país con crecimiento de la producción de petróleo
El incremento en la extracción nacional no es generalizado y se debe al alza del shale. En algunas provincias se perdió más de la mitad de los barriles en la última década.
La producción nacional de petróleo subió nuevamente en noviembre y permitió que el mes no solo fuera el mejor desde el 2012, sino que incluso se superar por casi un 6% el nivel de producción de la prepandemia. Pero como reza el dicho, no todo lo que brilla es oro, ya que la realidad en las diversas provincias y cuencas productivas no es homogénea, ni mucho menos, sino que este alza solo se explica por el avance de la producción de una zona reducida: Vaca Muerta.
De acuerdo a los registros de la secretaría de Energía de la Nación si uno observa la producción de petróleo de cada una de las provincias productoras del país sin contar a Vaca Muerta el escenario es preocupante.
Sin excepción, todas las provincias petroleras han perdido miles de barriles de producción en los últimos años, trazando en las gráficas la triste línea del declino.
Pero esa gráfica decreciente, y en algunos casos en picada, no solo da cuenta del declino de la producción convencional, convertida ya en campos maduros en la mayoría de los casos. Sino que además en algunas provincias como es Río Negro y Santa Cruz, también da cuenta de una menor producción del petróleo de las arenas compactas (tight).
En contraposición, en la gráfica de la última década la producción de los campos de Vaca Muerta es la única que muestra no solo un crecimiento sostenido, sino incluso acelerado en los últimos años.
Este nivel de generación de los pozos shale hicieron que en octubre, al compararse las provincias productoras de petróleo en contraposición a Vaca Muerta, es esta última región -si puede ser considerada como tal- la principal productora de petróleo del país, tras haber desplazado por primera vez de ese podio a Chubut y su gran generación de Escalante.
La jurisdicción que tradicionalmente ha liderado la producción de petróleo del país es Chubut. Esta provincia pasó de producir una década atrás, en 2012, 152.400 barriles por día en promedio, a 143.600 en el 2020, a un promedio diario de 140.047 barriles entre enero y octubre del 2021.
Esto implica que la caída en la producción en la última década fue del 8,1%, siendo de este modo la jurisdicción que menos producción perdió.
Mendoza es otra provincia típicamente petrolera. La zona del sol y el vino pasó de producir 79.415 barriles por día en 2012, a 58.261 en el 2020 y apenas 55.686 en los primeros diez meses del 2020.
En números
- 43%
- cayó la producción de petróleo de Río Negro en la última década.
Este nivel de producción hace que Mendoza haya perdido el 29,87% de su producción petrolera, la mayor parte en los últimos tres años.
Río Negro no escapa de este cuadro. La provincia de las peras y las manzanas perdió en esta última década más del 43% de su producción, ya que pasó de producir 42.175 barriles por día en 2012, a 25.449 en el 2020 y entre enero y octubre del 2021 marcó un promedio de solo 23.788 barriles diarios.
La Pampa también tiene una gráfica en picada directa. En esta jurisdicción la caída en la producción llega casi a la mitad en la última década, pues se pasó de un nivel de 26.914 barriles diarios en 2012, a un promedio de solo 13.827 barriles diarios en el corte del 2021 estudiado.
Por último, la provincia de Neuquén merece también un análisis especial, en este caso al observar su producción excluyendo el shale oil que se extra de Vaca Muerta.
En 2012 Neuquén produjo un promedio de 104.741 barriles por día, que se desplomó hasta los 41.154 barriles diarios en 2020 y a los 37.585 barriles en los primeros diez meses del 2021, marcando así una baja del 64,11% si no se tiene en cuenta la generación shale, dado que al igual que las demás provincias que no exportan o posee la formación no convencional, en Neuquén tanto la producción convencional como la de tight están en clara caída.
Analizar la evolución de la producción de Vaca Muerta durante la última década implica remontarse a un 2012 en el que recién se habían conectado los primeros pozos de la formación y la producción era de apenas 685 barriles por día.
El crecimiento ha sido sostenido año a año, ya que en 2013, la extracción promedio del año fue de 1.727 barriles y pasó a 15.660 barriles diarios para el 2014 cuando Loma Campana comenzó a acelerarse. En 2015 la producción tuvo un promedio de 22.132 barriles por día, prácticamente igualando a la de La Pampa. En 2016 Vaca Muerta rindió 29.637 barriles diarios, y en 2017 llegó a los 36.905, superando ya a Río Negro.
Para el 2018 desde Vaca Muerta se generaron 56.208 barriles por día, y en 2019 se llegó a los 90.664 barriles, posicionándose como la segunda jurisdicción productora de petróleo del país.
En 2020, la producción promedió 113.661 barriles y se disparó en los primeros 10 meses del 2021 a 128.949 barriles diarios, superando a Chubut en el promedio del año, ya que el último registro de noviembre situó la producción de Vaca Muerta aún más arriba, en 198.700 barriles diarios.
Más de la mitad de los equipos petroleros operan en Neuquén
Un informe reciente del consultor especializado Mariano de la Riestra detalló que a nivel nacional fueron 51 los equipos perforadores petroleros, más conocidos como rigs, que estuvieron activos.
Tal como sucede con los niveles de producción, la mayor parte de estas torres se ubicaron en la Cuenca Neuquina y en especial en Vaca Muerta, aunque también algunos equipos continuaron trabajando en el segmento del tight.
En detalle, sobre el total de 51 equipos de perforación activos en noviembre, la Cuenca Neuquina concentró el 60%, con un total de 31 torres en marcha.
La segunda jurisdicción más activa fue la Cuenca del Golfo San Jorge, que comparten Chubut y Santa Cruz, en donde los fierros en actividad fueron 17. En tanto que el mapa se completa con tres torres en funcionamiento en la Cuenca Austral.
Esta concentración de equipos marca nuevamente en dónde está centrada la atención de las empresas, pero también plantea el desafío no solo para Vaca Muerta y Neuquén, sino para el conjunto del país, de lograr que la infraestructura de transporte pueda acompañar el acelerado ritmo de crecimiento de la producción.
En el caso del gas natural ya se sabe que se llegó tarde y en este invierno no se podrá elevar la producción pues los caños están topeados, por lo cual es aún más imperioso que se aceleren las ampliaciones que están en marcha en la capacidad de transporte del petróleo.
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