Una vida a la sombra en África
Albinos, víctimas de un capricho de la naturaleza. Son marginados por ignorancia y superstición.
JOHANNESBURGO (DPA).- En África llevan una vida en la sombra y buscan salir a la luz. La mayoría los llama albinos, aunque ellos prefieren decir que tienen albinismo. Son víctimas de un capricho de la naturaleza, a quienes les falta el maquillaje natural de la piel: la melanina. La palabra albino provine del latín «albus» y significa blanco.
La ignorancia, las supersticiones y los prejuicios los han convertido durante siglos en marginados sociales, pero esta situación está a punto de acabar. Por todo África se siente el cambio: iniciativas, organizaciones, grupos de autoayuda y seminarios educativos pretenden acabar con la falsa imagen de estos «negros blancos».
«En Sudáfrica nuestra si
tuación mejora poco a poco», dice Nomasonto Mazibuko, fundadora de la asociación de albinismo de Ciudad del Cabo. Esta ex profesora criada en Soweto organiza campañas, promueve la presencia de los albinos en los medios y sobre todo fomenta un mayor conocimiento de esta particularidad. Según afirma, en África nace un albino por cada 4.000 hombres, pero otras fuentes señalan que el porcentaje es de uno por cada 17.000.
Ojos enrojecidos y piel nívea. En Europa no llaman tanto la atención, pero en África son el centro de todas las miradas. «Los principales factores del albinismo son psicosociales. Hay prejuicios contra todo el que es diferente, y es especialmente duro en las naciones donde la mayoría de la población es de piel oscura», subrayan los organizadores de un seminario sobre albinismo reciente.
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