Una muestra que recupera parte de la historia gauchesca, en el MEC de Fernández Oro

A partir del arte es posible recuperar gran parte de nuestra historia: la literatura gauchesca es un claro ejemplo, con sus representaciones de aquella sociedad del siglo XIX, en el que aparecía la dicotomía que propuso Sarmiento en su Facundo, y que luego llegaría a plasmar como un proyecto político de país en Civilización o Barbarie.

En esa línea fue el trabajo que el equipo del Museo Estación Cultural Lucinda Larrosa, de Fernández Oro realizó, y que estará expuesto hasta el 10 de octubre.

La muestra “Costumbres argentinas, la mirada sobre el Otro” expone “una reflexión en torno a la participación de la imagen en la configuración de modelos culturales”, según explicó Carmen Di Prinzio, directora del MEC y que, que junto a Ailín Bustingorry y Rodrigo Quiroga investigaron el trasfondo de una serie de 6 litografías del artista Juan Carlos Huergo que datan de 1960 y que estaban en exhibición en lo que antes fue el Museo Doña Lucinda.

Di Prinzio profundizó y explicó que “las láminas pertenecen a la obra ´El gaucho a través del tiempo´, y la colección completa está conformada por 12 litografías acuareladas, que tuvieron un tiraje de 220 ejemplares”.

Se trata de piezas en las que el artista plástico retorna a un género poético que ya no estaba vigente, aquella gauchesca que buscaba “organizar una genealogía iconográfica en torno al gaucho, que fue una figura clave en la cultura argentina”, señaló. “Tanto el gaucho como el indio fueron lo que en la argentina del siglo pasado, la elite intelectual y dirigente proyectó para construir un ´otro´, apoyados en la falsa oposición de civilización versus barbarie”.

Los profesionales orenses viajaron al Instituto de Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la Universidad de San Martín, adonde se realizó un proceso de recuperación físico y estético de las litografías. La búsqueda fue con la intención de poner en relieve la forma en que las imágenes son vehículos y herramientas en la construcción de imaginarios, y sobre todo mostrar como participan de esas elaboraciones a lo largo de nuestra historia.

Un poco de historia: ¿Quién fue Juan Carlos Huergo?

Nació en París, en 1889 y falleció en Buenos Aires, 1962. Fue un pintor, dibujante, litógrafo e ilustrador. Se estableció en Argentina en 1890 y se nacionalizó en 1911. Su especialidad fueron las acuarelas e ilustraciones. Estudió en la Academia de Bellas Artes de París y en la de Buenos Aires. Sus primeros pasos fueron en la revista Caras y Caretas, y más adelante pasó a colaborar en el diario La Nación y en la revista Plus Ultra.

Como dibujante se dedicó especialmente a retratar escenas costumbristas y gauchescas, e ilustró páginas de libros que hoy son clásicos, como por ejemplo “El Matadero”, de Esteban Echeverría.

Entre sus dibujos inolvidables figuran decenas de avisos a todo color de “Los cigarrillos 43” que forman parte de una de las campañas de mayor valor artístico dentro de las realizadas en la industria del cigarrillo. También le dio vida al personaje Juan Bonete, para las tapas de la revista Gran Bonete, e ilustró almanaques para la marca de cigarrillos AVANTI, en 1949, con acuarelas y tintas en blanco y negro que acompañaban con estrofas del Fausto Criollo, un poema humorístico escrito por el poeta Estanislao del Campo.

Participó en muchas ediciones del Salón Nacional de Arte y ganó numerosos premios y menciones de honor. Ocupó los cargos de Vicepresidente de la Sociedad Argentina de Artistas Plásticos y agente de publicidad en la firma Huergo y Zuanich.