Una escuela ambulante en Neuquén capital
Está ubicada a sólo cinco kilómetros del centro.
NEUQUÉN (AN).- La comunidad de la Escuela 356 recibió hace un año esa denominación, pero desde hace 18 años lucha por la construcción de su propio edificio para dejar de ser una escuela ambulante y con precarias aulas a pesar de encontrarse a sólo cinco kilómetros del centro de la capital provincial. Ayer cerca de un centenar de estudiantes, padres y docentes reclamaron en la sede del Consejo Provincial de Educación por una solución definitiva y bajo una consigna muy simple: “queremos tener una escuela igual a las del resto de la provincia”. Conocida hasta el año pasado como el Anexo de la Escuela 234, la Escuela 356 se emplaza en el extremo noroeste de la ciudad, en el sector Los Hornitos de Valentina Norte Rural, más allá de donde pasa el último recorrido de los colectivos urbanos. Con 168 alumnos el colegio se parece más a un campamento petrolero que a una escuela dado que está formado por tráileres y el SUM no tiene techo, aunque sí paredes con ventanas, vidrios y rejas. Mantenida en buena parte por el esfuerzo de los docentes que ven en este establecimiento más que un espacio de formación académica, la Escuela tiene una historia tanto ambulante como errante. “Esta escuela comenzó funcionando en una iglesia del barrio y usando como calefacción madera quemada en un tambor”, explicó María Silvia Cerda, una de las madres que ayer reclamó en el CPE. Con el paso de los años se construyeron las primeras dos aulas de material en el mismo lugar donde hoy funciona el colegio, pero las aulas quedaron chicas ante el crecimiento del barrio y la falta de baños obligó a la colocación de las primeras casillas. Desde hace un mes el colegio sumó tres trailers que quedaron en desuso en la EPET 17 de esta ciudad, destinándose uno al baño de docentes y los restantes a aulas. Sin embargo los problemas son muchos en la escuela y aún más las carencias, aunque la mayor preocupación de la comunidad es que al estar montada sobre un terreno de propiedad privada de construirse un edificio definitivo sería en proximidades a la escuela 354 emplazada a tres kilómetros del barrio. “Estos chicos no pueden hacer educación física porque no tenemos un lugar, ni elementos”, aseguró la profesora de educación física, Paola Córdoba, a la vez que detalló que “lo peor es que el SUM no tiene techo y el agua se junta en ese espacio que es el paso a las aulas, un baño desborda al SUM, la mayoría de las aulas no tienen calefacción porque hay baja tensión y las que tienen gas casi nunca tienen presión”. A pesar de funcionar el trailers alquilados por el CPE y similares a los usados por los equipos petroleros, los docentes reconocen que “hay chicos que están mejor acá que en sus casas (…)”.
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