Una aceitada red de espionaje
Las investigaciones sobre el espionaje que realizaban los Juárez surgieron tras la denuncia del ex policía Rubén Vivas, que durante cuatro años se desempeñó en la División Informaciones de la Policía de Santiago del Estero, popularmente conocida como D 2 y «Gestapo santiagueña».
La mayoría de los testimonios calificó de «ilegales» el espionaje al que se sometía a la gente sobre «amistades, lugares que habitualmente concurrían y hasta de comentarios a través de la prensa».
Los testigos también hicieron referencia a «escuchas telefónicas» y posterior desgrabación de los diálogos que se lograban captar a través de «pinchaduras» en líneas de teléfonos, entre ellas las de empresas periodísticas del medio. La información «secreta» fue localizada a principio de 2004, en el edificio del D 2, de calle Sáenz Peña 568, de la capital santiagueña, lugar en el que la intervención federal procedió a la instalación de una oficina defensora de los derechos humanos y que el actual gobernador Gerardo Zamora mantiene su estructura.
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