Un proyecto que cambiará la vida de los celíacos cipoleños
Una ordenanza tiene como objetivo principal el acceso a los alimentos sin gluten tanto en restaurantes y otros locales de comidas. Uno de los artículos plantea la necesidad de crear un registro voluntario de comerciantes interesados en elaborar y vender productos sin TACC.
La vida de Francisco Ramos cambió por completo cuando en medio de la internación de su hija más grande le diagnosticaron a ella y a él que eran celíacos. Ramos asegura que durante su niñez sufrió muchas descompensaciones y que en ningún momento le dijeron que era lo que padecía. “Todos me trataban por los dolores estomacales que sufría, pero jamás me dijeron que era celíaco. Recién me vengo a enterar cuando tenía 31 años y porque internamos a mi hija”, recuerda.
El hombre, a sus 46 años, aseguró que debió cambiar por completo sus hábitos alimenticios y que debió informarse para saber qué podía comer. “En esa época -en referencia a cuando se enteró de su afección- no había mucha información con respecto a esta enfermedad. Era difícil poder acceder a saber cómo debíamos cuidarnos”, explica.
Ramos contó a DeCipolletti que al poco tiempo de saber que él y su hija eran celíacos confirmaron que su mujer también lo era. Agregó que su hijo más grande es el único que no la padece ya que a la más pequeña se le declaró cuando tenía 8 años. “En casa éramos -su primera hija ya formó su propia familia y se fue a vivir a otra casa- cuatro celíacos así que desde que nos diagnosticaron empezamos a cocinar comida especial para nuestra afección. De a poco nos fuimos acostumbrando”, puntualizó.
Señaló que lo más difícil no fue hacer el cambio alimenticio sino que fue acomodarse económicamente.
“Lo más complejo es encontrar productos que sean accesibles y para eso hay que recorrer. Pese a que en algunos lados encontramos las harinas, que nosotros podemos consumir, más baratas ya que son muy costosas. Hay que pensar que son un 500% más caras que las comunes”, aclaró.
Ramos espera que el proyecto de ordenanza que fue presentado por la concejala María Eugenia Villarroel, y que se está trabajando a través de reuniones con los vecinos (ver aparte), los ayude a difundir sobre de qué se trata esta enfermedad y que todos aquellos que la padecen tengan acceso a los productos alimenticios y a poder salir un fin de semana a comer afuera con la familia.
“Son muy pocos los restaurantes que tiene una carta para celíacos y los pocos que elaboran alimentos para nosotros no son accesibles para todos por sus costos. Es por eso que luchamos para que este proyecto se apruebe porque creemos que a través de la ordenanza podremos mejorar la vida de todos”, concluyó.
“En casa éramos cuatro celíacos así que desde que nos diagnosticaron empezamos a cocinar comida especial”,
comentó Francisco Ramos, diagnosticado con la enfermedad celíaca.
Ramos espera que el proyecto de ordenanza en el que se trabaja, a través de reuniones con vecinos, los ayude a difundir de qué se trata esta enfermedad.
Datos
- “En casa éramos cuatro celíacos así que desde que nos diagnosticaron empezamos a cocinar comida especial”,
- Ramos espera que el proyecto de ordenanza en el que se trabaja, a través de reuniones con vecinos, los ayude a difundir de qué se trata esta enfermedad.
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