Razones para ver cine argentino
Para combatir la frase hecha “yo no veo cine argentino” es que Mariano Oliveros escribió un libro que analiza los motivos por los que el público local no le da siquiera una oportunidad a las películas nacionales, y propone mecanismos para revertirlo.
El especialista en marketing y mercado cinematográfico Mariano Oliveros es el autor de “Yo veo cine argentino”, un libro que tuvo su presentación pública en el último Festival de Cine de Mar del Plata y en el que investiga los motivos que llevan a muchos espectadores argentinos a no darle una oportunidad a su propio cine y propone diversos mecanismos para que los directores y productores locales reviertan definitivamente esa tendencia.
Periodista y productor ejecutivo del filme de terror “Los olvidados”, que se estrenó recientemente en distintas salas del país, Oliveros expone en su segundo libro cuáles fueron los grandes cambios culturales que se dieron en la última década en el consumo audiovisual en la Argentina y cuáles son las oportunidades que deberían aprovecharse en el panorama actual de la producción y exhibición cinematográfica.
El libro está dirigido principalmente a realizadores, productores y miembros de la industria del cine argentino, ya que no se queda en el simple estado de la cuestión sino que se encuentra repleto de datos, informaciones y consejos que Oliveros considera más adecuados para lograr revertir en los espectadores locales su tendencia a repetir la frase “yo no veo cine argentino”.
“Me preocupa mucho el prejuicio y los conceptos equivocados que se manejan entre las personas que se dedican a esto. Puedo entender y aceptar fácilmente que ‘Doña Rosa’ no vea cine argentino. Pero que realizadores y productores sigan manejando preconceptos de consumo que murieron con la llegada de lo digital y de las multiventanas de exhibición es muy preocupante”, afirmó Oliveros en una entrevista.
P- ¿Cómo ideaste este libro y con qué propósitos?
Mariano Oliveros- Hago análisis de la taquilla y del mercado argentino desde que armé mi blog en 2008. Pero desde muy chico sigo la evolución del cine en Argentina y del cine argentino en el mercado. A medida que pasaban los años, se me hacía más difícil encontrar información sobre el tema. Salvo los textos de Octavio Gettino y alguna entrevista suelta, no había demasiado que sirviera para poner blanco sobre negro con respecto a lo que le espera a una película argentina al momento de ingresar al mercado. Empecé a escribir en Taquilla Nacional artículos sobre esto y la cantidad de directores y productores que se acercaron a comentar o preguntar fue abrumadora. Sin mencionar la cantidad enorme de estudiantes de cine que me decían que les enseñaban a filmar una película pero no qué hacer después con ella. Ahí me decidí y empecé a escribir el libro.
P- ¿Qué preocupaciones puntuales te inquietaban cuando lo escribías?
MO- No quería que el libro quedara en lo puramente estadístico. No se trata de lograr X cantidad de espectadores sino de saber cuáles son los márgenes reales de ventas que tiene hoy un determinado género o estilo. Además, quería erradicar el concepto de que porque a alguien le gusta el cine arte o de autor no le interesa ser “seducido” a nivel visual o emocional a través de los materiales de comunicación.
P- ¿El público argentino es tan reticente a ver cine nacional como creemos? ¿O se trata de un mito en declive? Quiero decir ¿es posible que se esté viendo más cine argentino ahora que hace algunos años?
MO- Las ventas para el cine argentino se duplicaron a partir de 2013. Antes se vendían por año entre 3 y 4 millones de entradas para el conjunto de películas nacionales. De 2013 en adelante esa cifra está entre 6 y 7,5 millones. Obviamente los grandes tanques tienen mucho que ver, pero hay películas muy valiosas que logran encontrar su espacio dentro de un mercado que está complicado por la saturación y la sobreabundancia de oferta en todos los medios. Hoy hay que convencer a la gente de que vaya al cine a ver una película en vez de esperarla en Netflix. Ahí está el caso de “Desearás al hombre de tu hermana”, que vendió flojo en cines (70.000 entradas) pero explotó en Netflix. Había interés, pero no el suficiente para salir de la casa y pagar.
P- ¿Cuáles son los principales desafíos que tiene el cine nacional a la hora de generar nuevas audiencias?
MO- El principal desafío tiene que ver con el recambio generacional que se dio en cuanto a quien es el espectador/consumidor (o sea, el que paga en cines). Las películas familiares representan el 45 por ciento del total de ventas anuales y si sumamos a las películas cuyo grueso de espectadores tienen de 30 años para abajo llegamos a casi el 70 por ciento. Las películas nacionales, salvo casos aislados, no son títulos que puedan ser vistos primordialmente por esos grupos. Por eso cuando sí se hacen, como es el caso de “Mamá se fue de viaje”, explotan. Tampoco es la idea de hacer películas “sólo” para esos grupos. Pero sí empezar a incorporar temáticas y estilos más cercanos al consumo de hoy. En los noventas, los programas televisivos con actores adolescentes pegaban el salto al cine y de ahí salió buena parte del star system del cine argentino. Hoy la televisión no está generando esas estrellas. Y el cine por sí sólo no tiene poder, en Argentina, para instalar una figura, salvo casos muy excepcionales como el de la “China” Suárez.
P- ¿Cómo cambia el consumo de cine argentino en Buenos Aires y en otras zonas del país? ¿Influye en algo la distancia con la metrópoli?
MO- El Gran Buenos Aires es, lejos, la zona que mayor cantidad de entradas vende en todo el país, seguido de la Capital Federal. Entre estas dos zonas vendieron el año pasado el 52 por ciento del total de entradas que se cortaron en todo el país. Con el cine argentino no es muy distinto, aunque sí hay una preponderancia, en cuanto a lanzamientos, a centrarse más en Capital Federal. Una película puede ser un éxito en Capital y replicar ese éxito fuera de la ciudad. Pero es muy difícil encontrar una película argentina que no funcione en estos dos centros urbanos y que sí funcione en otra parte del país.
P- ¿Cuáles son tus conclusiones en relación a la posibilidad de nuevas formas de atraer al público a ver cine argentino?
MO- En lo que tiene que ver con la promoción, privilegiar lo visual y lo sonoro. Trailers atractivos, independientemente del género o estilo, con fuerte apoyo en lo visual, en lo musical. No temerle a cierta manipulación sensorial o emocional del espectador. El espectador común no es el de los festivales. Quiere ser seducido y reducir riesgos. Asegurarse que por la inversión de plata va a recibir una satisfacción mínima y esperada. El costumbrismo típico local, o el autoral que no destaca a nivel visual o sonoro, con total chatura o apatía narrativa, es lo que aleja al espectador de las salas. Si vas a entretener, entretené bien. Y si vas a ser arte, sé lo más bello que puedas. Tenemos toda la historia del cine de todos los países del mundo a un click de distancia. Ya no hay lugar para medias tintas.
Yo veo cine argentino ¿y usted?
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