Un infierno muy encantador

Hubo un tiempo en que Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota fue under de verdad. Recuerdos de aquella noche en Palladium.

Tras la vuelta de la democracia, el Bajo de Buenos Aires, otrora terreno de cabarets, piringundines, percantas y gaviones, cedió su espacio a una buena parte de la movida under de aquellos años, cuyo ojo mayor era el inolvidable y mágico Palladium de Reconquista al 900, “lo mejor del Tercer Mundo”, tal como se promocionaba al lugar. Un templo encantador surgido en los años de la nueva fascinación porteña posdictadura, refugio de movidas creativas que emergieron sin pausa una vez roto el duro cascarón del huevo castrense.

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