Un hombre llega a juicio acusado del intento de femicidio de su expareja
Se desarrollará en los tribunales de Bariloche desde mañana hasta el jueves, cuando se harán los alegatos. Entre la fiscalía y la defensa citaron a 20 testigos.
La noche del 14 de abril pasado, Magdalena Magaraño recibió una llamada desde un número desconocido. Cuando atendió, reconoció de inmediato la voz de su expareja, que estaba furioso, porque ella lo había bloqueado tras una fuerte discusión. El mensaje fue breve, pero demasiado intimidante. «¿Sabés lo que tengo que hacer con vos? Volarte la cabeza”, fueron las palabras que la mujer escuchó.
Magaraño estaba con sus dos hijos en su casa, en Bariloche, y resolvió cerrar los postigos de las ventanas, que están orientadas hacia la calle Fagnano. Había un antecedente preocupante. En enero último, su expareja Carlos San Martín, se había presentado, enfurecido, frente a su casa y le había roto los vidrios porque se había enterado de que había un hombre en el interior del domicilio. Magaraño nunca imaginó que su expareja superaría ese límite casi cuatro meses después.
Mañana empieza el juicio contra San Martín que está imputado por el delito de intento de femicidio, portación ilegal de arma de fuego y daños. Todos cometidos en un contexto de violencia de género.
El fiscal del caso Tomás Soto tratará de demostrar que San Martín fue el autor del ataque contra la vivienda de la mujer, que ocurrió a principios de este año, y del disparo con una escopeta que impactó en una pared del interior del domicilio de su expareja, a muy corta distancia de la cabeza de Magaraño. Ese ataque con arma de fuego sucedió en los primeros minutos de la madrugada del 15 de abril último.
La defensa tiene otra teoría para explicar el hecho ante el tribunal, que estará integrado por la jueza Romina Martini y los jueces Juan Martín Arroyo y Marcelo Chironi. Para el defensor particular Rodolfo Rodrigo se trató, en realidad, de un abuso de armas. Su objetivo es comprobar en el juicio que San Martín nunca tuvo intención de matar a su expareja.
La defensa intentará acreditar que desde la vereda de la calle Fagnano no se puede observar hacia el interior del domicilio de la víctima. En consecuencia, es imposible que San Martín haya apuntado hacia la mujer.
Para la fiscalía, San Martín apuntó desde la calle hacia su expareja, que estaba de espaldas y colgaba ropa en un tendal, mientras hablaba con su hijo, que estaba en el comedor. El proyectil calibre 22 atravesó el postigo, rompió el vidrio de la ventana e impactó en la pared, a muy corta distancia de la cabeza de Magaraño.
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